SOCIEDAD › DIEZ AñOS, POR HOMICIDIO DURANTE LOS RECLAMOS DEL 19 DE DICIEMBRE

Después de 9 años, condenado y libre

El padre de la dueña de un supermercado de Merlo mató a un joven que miraba cómo la gente llevaba alimentos del local. Estuvo prófugo cuatro meses. Lo condenaron a 10 años y 8 meses. Es el cuarto condenado, pero el primero en quedar libre.

 Por Eduardo Videla

Recién ahora, a casi nueve años de los crímenes de diciembre de 2001, llegó la condena a uno de los acusados. Miguel Angel Lentini, el hombre que mató a balazos a Cristian Legendre, un chico de 19 años que miraba cómo sus vecinos iban a pedir comida a un supermercado, fue condenado a diez años y ocho meses de prisión. Pero no irá a la cárcel, al menos por ahora, ya que sus abogados apelaron el fallo y el acusado –que estuvo cuatro meses prófugo y ni un día en prisión– se fue caminando a su casa. “Yo agradezco que lo hayan juzgado y condenado, pero nos queda la sensación de que todo está a favor del asesino. Nosotros somos las víctimas y todavía tenemos que seguir luchando”, dijo a Página/12 Nora Vega, la mamá de Cristian.

El chico no fue asesinado por uno de los integrantes de las fuerzas de seguridad que reprimieron la protesta contra el gobierno de Fernando de la Rúa ni por un vigilador privado que custodiaba comercios, sino por un hombre enceguecido que disparó de manera salvaje contra personas indefensas, en las puertas de un supermercado de Merlo, donde un grupo de personas se había reunido para pedir alimentos. El homicida es el padre de la dueña del local, que ni siquiera había llegado a ser saqueado, como sí ocurrió con otros negocios en esos días.

Nora no va a olvidar más esa tarde agobiante del 19 de diciembre. Estaba en su casa del barrio Petrachi, casas bajas y sencillas, calle de tierra, cuando vio pasar a un grupo de gente con bolsas vacías. “No eran de acá, venían de otros barrios”, dice. Recuerda que en esa época había saqueos, pero también una ola de rumores que asustaban a la gente. “No parecía que vinieran a saquear, había mujeres y chicos”, relata.

Salió a ver con sus hijos: a dos cuadras de la casa estaba el supermercado Stefi, un negocio mediano, en la esquina de Gamboa y Helvecia. “La gente estaba en la puerta del local, como esperando, y el dueño salía con bolsas de alimentos. Agarraba la bolsa que le daba el dueño y se iba”, cuenta Nora.

Fue con tres de sus hijos; Fabiana, que tenía 29; Miguel Angel, de 23, y Vanesa, la más chica, de 16. Cristian no estaba en ese momento con ella: había ido con su bicicleta a la peluquería, que queda casi enfrente del supermercado.

La madre recuerda ahora lo que pasó después como si fueran escenas sueltas de una película. “Vi que venía este hombre con su hija, él era el suegro del dueño del supermercado. Bajaron del auto a una cuadra y caminaron hacia el negocio. Llevaba un arma en la mano. Y cuando pasó al lado nuestro escuché que rezongaba: ‘¿Por qué no les van a hacer esto a los políticos?’”, cuenta Nora.

Desde donde ella estaba, lo veía a Cristian. “Estaba en la vereda de enfrente, en la esquina, con la bicicleta. Estaba en cuero, con la remera al hombro. Ni siquiera estaba en la puerta del supermercado.”

Ella no lo escuchó, pero los testigos que estaban al lado de Cristian contaron que el chico, cuando el hombre pasó al lado de él, le dijo: “¿Qué hacés, viejo? Guardá el arma que hay muchos chicos, no vas a tirar”. Fue lo último que dijo el hijo de Nora. Lentini le apuntó al cuerpo, le dio dos tiros en el pecho y cuando el cuerpo del muchacho se dio vuelta, otros tres disparos por la espalda.

El agresor siguió tirando, no al aire sino a la gente, y no mató a nadie más porque la puntería esta vez le falló: hirió a una mujer en la rodilla, a un chico en una pierna y a otro muchacho en el hombro.

Cristian murió en el acto. El homicida escapó y se ocultó durante cuatro meses. Luego se presentó, junto con su abogado, pero se le concedió la eximición de prisión. Llegó al juicio oral que se inició el 21 de octubre y terminó una semana después, el jueves 28. El Tribunal Oral Nº3 lo encontró culpable de homicidio y le dio diez años y ocho meses de prisión, en coincidencia con lo que había pedido el fiscal Bernardo Koper. Pero le concedió el beneficio de la libertad hasta que la sentencia quede firme, ya que la defensa de Lentini apeló la sentencia a la Cámara de Casación.

“No teníamos dinero para pagar un abogado”, dice Nora, como dando excusas de por qué no habían sido querellantes en la causa. Tampoco tuvieron asesoramiento de ninguna organización hasta hace poco, cuando se acercó al programa Anti Impunidad del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Ya era tarde para ser parte en la causa.

De los 39 crímenes cometidos entre el 19 y el 20 de diciembre de 2001, sólo tres fueron juzgados hasta ahora. El primer condenado fue el policía Esteban Velásquez, quien asesinó en Rosario a Claudio “Pocho” Lepratti. En agosto de 2004, el juez Ernesto Genesio lo sentenció a 14 años de prisión. El segundo juicio fue en marzo de 2007. Un Tribunal Oral de La Matanza condenó a 15 años a un comerciante y a seis años a un vigilador privado por el asesinato de Damián Ramírez, un chico de 14 años, y de Ariel Salas, que recibió un disparo cuando venía de trabajar y bajaba del colectivo.

El tercer caso es el de Cristian Legendre, pero Lentini es el primer condenado que queda en libertad. La familia de Cristian teme, además, que como el hombre tiene 74 años termine a lo sumo con una prisión domiciliaria.

Cristian era papá de un bebé que ese 19 de diciembre cumplía dos meses. Hoy, el chico tiene casi nueve años. “La mamá todavía no le ha contado demasiado, es muy chiquito todavía –dice Nora–. Hay tiempo para que sepa cómo mataron a su papá.”

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Nora Vega, la madre de Cristian Legendre, dice que “nos queda la sensación de que todo está a favor del asesino”.
Imagen: Luciana Granovsky
 
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