SOCIEDAD › EL SUPUESTO PAGO PARA EVITAR LA AUTOPSIA DE BELSUNCE

Dos amigas que van a careo

Por Raúl Kollmann y
Horacio Cecchi

”Señora María Inés Ongay, usted declaró bajo juramento que la señora Nora de Taylor le contó que el viudo pidió que no se hiciera autopsia y que a raíz de eso se hizo un arreglo y se pagó. Señora Nora de Taylor, usted sostuvo bajo juramento que jamás le dijo semejante cosa a la señora Ongay y que el viudo, Carlos Carrascosa, nunca le pidió que no le hicieran autopsia. La contradicción es evidente y les doy la palabra para que polemicen entre ustedes. Queda abierto el careo”. De esta forma, palabras más palabras menos, el fiscal Molina Pico pondrá en marcha lo que aparentemente será el primer careo del caso. Las protagonistas son dos amigas de María Marta, una que señala que se pagó para no hacer la autopsia y la otra que niega ese dato clave.
La mayoría de los criminalistas sostienen que los careos hechos a más de dos meses de un delito suelen servir para poco. En primer lugar porque se hacen sobre la base de declaraciones que también se tomaron mucho después del crimen y en las que el que lo necesitó tuvo tiempo para armar su discurso y perfeccionar su coartada. Pero en segundo lugar, porque también en esos dos meses hubo tiempo para consolidar los argumentos y por ello generalmente los dos careados se mantienen en sus posiciones. La lógica habitual es que Nora de Taylor sostenga “yo nunca te dije eso” y Ongay conteste “sí, me lo dijiste”. La diligencia puede terminar en un “te lo dije, no me lo dijiste, te lo dije, no me lo dijiste” interminable, aunque el fiscal pueda llevarse una impresión de quién miente y quién no miente. En este caso, para Molina Pico lo trascendente sería una confirmación de que se pagó por no hacer la autopsia, algo que dejaría nítidamente claro el encubrimiento y sería un paso muy fuerte hacia saber quién mató a María Marta porque alguien tendrá que explicar por qué se tapó el crimen. Por esta razón, es difícil que Taylor acepte haber contado que hubo un pago por no hacer la autopsia.
Ongay era una amiga muy cercana a María Marta, pese a que vivía en Bariloche. Muy poco después de la muerte de su amiga ya se enteró de que no había perdido la vida en un accidente y fue un factor importante en alertar a los demás sobre lo que había pasado. Taylor, en cambio, no era tan amiga de María Marta y, según se desprende de las escuchas telefónicas que constan en la causa, era en cambio muy amiga de Carrascosa. El hecho de que ahora compartan abogado, el doctor Marcelo Nardi, es otro indicio de esa amistad.
En su declaración, Ongay dijo textualmente que en un diálogo mantenido con “Pichi” Taylor, ésta le contó que “el Gordo había pedido dos cosas: que no se la llevaran ni le hicieran la autopsia y que la enterraran al día siguiente en el último horario. Yo le pregunté cómo hicieron para hacer eso ya que hay un abc a seguir y no lo siguieron. Entonces ella me dijo que hubo una ambulancia, después otra, después la policía, entonces se arregló y pagamos para que se hiciera lo que el Gordo quería”.
Taylor, en cambio, declaró: “Yo tengo que decir categóricamente que jamás escuché ese disparate que dice Ongay y que jamás, por ende, lo pude haber dicho. A mí jamás Carlos me dijo que no le hagan la autopsia. El tema de la autopsia se habló a la mañana siguiente, cuando se dijo que venía un forense. Es un disparate que diga que se pagó a la policía. No puedo creer lo que dice Ongay”.

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