SOCIEDAD

Millones de PC que buscan la cura de enfermedades

Voluntarios del mundo entero ofrecen la capacidad ociosa de sus computadoras. Así, esta semana se empezó a buscar una cura a la viruela. También se trabaja en remedios para el cáncer.

 Por Pedro Lipcovich

Desde el miércoles pasado, más de tres millones de computadoras personales trabajan en conjunto para encontrar una cura contra la viruela, ante el riesgo de que reaparezca esta enfermedad. El proyecto se suma a un plan de más vastos alcances para encontrar nuevos remedios contra el cáncer, y sucede a un programa contra el ántrax que finalizó en tiempo record, menos de un mes, el año pasado. Estos emprendimientos se concretan gracias al aporte de voluntarios de todo el mundo, quienes ofrecen los tiempos libres de sus computadoras para que, mediante un programa que se baja de Internet, las máquinas participen en las investigaciones. La idea originaria se había planteado hace cuatro años en el marco de la búsqueda de señales cósmicas de inteligencias extraterrestres, y después se extendió a proyectos de salud que requieren una capacidad superior a la de las mayores computadoras existentes.
En cuanto al caso de la viruela, resulta un compendio de lo mejor y lo peor de la fantaciencia hecha realidad: como primer acto, aquella enfermedad fue la primera en ser erradicada del planeta, en los años ‘70 y gracias a la vacunación; pero, en el segundo acto, se teme que grupos terroristas se hayan apropiado de algunos de los virus de viruela que se conservan bajo custodia, y los usen contra poblaciones inermes; en el tercer acto, que ahora comienza, la Red de Redes entra en acción para buscarle cura a una enfermedad tan inexistente como amenazante.
El Smallpox (viruela) Protection Project fue desarrollado por la Universidad de Oxford, en Gran Bretaña. Karl Harrison, del departamento de química computacional en aquella universidad, explicó que “conocemos la forma de las proteínas que están presentes en el virus de la viruela; estamos probando 35 millones de pequeñas moléculas para establecer si algunas de ellas pueden bloquear o interferir la función de alguna de esas proteínas, lo cual haría posible atacar el virus en el organismo humano”.
Aplicar ese método de ensayo y error a 35 millones de moléculas distintas, una por una, no exige mucha inteligencia pero sí –para que la tarea pueda completarse en un lapso razonable– una capacidad de cálculo sólo alcanzable compartiendo recursos computacionales.
El programa desarrollado en la Universidad de Oxford se llama “Screensaver Lifesaver”, y fue diseñado para el plan de búsqueda de drogas contra el cáncer mediante “química computacional distribuida”. El software se baja de Internet (www.chem.ox.ac.uk/curecancer.html) y no ocupa más de 2 megabytes en el disco duro de la computadora. El programa para procesar paquetes de datos se recibe por Internet. Está diseñado para trabajar sólo cuando la computadora, estando encendida, no es utilizada (es decir, bajo las mismas condiciones en las que se activan los protectores de pantalla). En cuanto el usuario pasa a utilizar la máquina, el “Lifesaver” se suspende. Los resultados obtenidos se enviarán automáticamente cuando la máquina se conecte a Internet, y se recibirán nuevos datos a analizar. El usuario, entretanto, utiliza normalmente su máquina sin ninguna perturbación.
El proyecto central de “Lifesaver” es el que procura encontrar nuevos fármacos contra el cáncer. “El número de moléculas que hay que examinar se estima en doscientos millones para cada proteína cuyo funcionamiento (en la célula cancerosa) se pretende obstruir. Cuando los números son tan grandes, superan aun la capacidad de las supercomputadoras, y también la duración de las vidas de los investigadores que se embarcaran en el plan. Pero distribuyendo la tarea entre millones de computadoras, el tiempo puede reducirse significativamente”, explican los investigadores de Oxford.
En enero del año pasado, la misma universidad lanzó –también, ante el riesgo terrorista– el Proyecto de Investigación de Antrax, que fue completado en sólo 24 días. Consistió en el examen de 3570 millones de moléculas candidatas a atacar esa enfermedad, a partir de las cuales se llegó a una selección de 300.000, que pasaron a fases más avanzadas deinvestigación. Esa selección, de no haberse distribuido la tarea entre millones de compus, “hubiera requerido años en lugar de unas pocas semanas”, según los directores del proyecto.
Claro que el proyecto clave, y que da nombre al emprendimiento, es la cura del cáncer. “Si este proyecto resulta exitoso, la contribución pública en cuanto a capacidad computacional podría convertirse en una de las más poderosas herramientas para el desarrollo de nuevos medicamentos”, se esperanzan los investigadores de Oxford. Cierto que, ya en dos oportunidades, esta investigación ha debido ceder espacio a la de esas dos enfermedades, el ántrax y la viruela, cuya promoción se teme por parte de la misma especie que había aprendido a prevenirlas.

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Los usuarios ceden el tiempo libre de sus PCs para investigar.
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