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“Suggest drinking with moderation” –se sugiere beber con moderación–, decía la etiqueta del J&B. Pero el uruguayo mucho inglés no sabía, o al menos no quería saber. El uruguayo es Pablo Moreira, un personaje de la city montevideana que ayer protagonizó un simulacro de atentado, aunque un poco pasado de copas. Fue en el vuelo 855 de United Airlines, proveniente de Miami, que arribó a Ezeiza a las 10.21 de la mañana. En pleno viaje, Moreira mantuvo una fuerte discusión con algunos miembros de la tripulación y unas horas más tarde, aprovechando que el pasaje dormía, se acercó sigilosamente hacia la cabina de mando y forzó la puerta, pero en vano: entre la tripulación y los pasajeros lo detuvieron y lo amarraron con cinturones a un asiento en el que debió permanecer hasta que el avión aterrizara.
No habían pasado más de un par de horas de vuelo y Moreira, un joven de 28 años conocido en la city uruguaya por su desempeño en la sucursal del ABN Amro Bank de Montevideo, ya había tenido tiempo de discutir por cuestiones no establecidas con personal de a bordo. Quizá fuese esa misma disputa la que lo impulsó, unas horas después, exactamente a las 3 de la madrugada hora local, a levantarse de su asiento de la fila 39 de la clase turista en dirección a la cabina de mando. Fue en esos momentos cuando los pilotos del avión comenzaron a escuchar golpes en la puerta de la cabina y, al observar por una cámara interna cómo el pasajero aplicaba patadas a ésta, advirtieron por los micrófonos a la tripulación.
Inmediatamente, Moreira fue rodeado por agentes de seguridad, azafatas y pasajeros, entre los que al parecer se encontraba un agente del FBI. Allí se inició una pelea que terminó con el joven esposado, maniatado con cinturones y con un corte de cuatro centímetros en la cabeza, que alguien le propinó con una hacha para abrir cristales en caso de emergencia. Controlada la situación, los pilotos alertaron al aeropuerto de Ezeiza, donde la Policía Aeronáutica montó un importante operativo de seguridad que concluyó con el traslado del detenido al sector de sanidad de la estación aérea y más tarde a una oficina del lugar. Hasta allí llegaron para asistirlo, su hermano, que viajó esta mañana especialmente desde Montevideo, y el cónsul de la Embajada de Uruguay, Alfredo Menini Terra.
Aunque en un primer momento se había informado que Moreira continuaría su viaje hacia Uruguay, desde donde sería reembarcado hacia Estados Unidos para ser juzgado allí por el incidente, el vocero de prensa de la Fuerza Aérea Argentina, comodoro Jorge Reta, explicó que el hombre “se encuentra en calidad de detenido a la espera de que Migraciones resuelva su situación porque es un pasajero en tránsito”. Respecto del hecho, Reta comentó que al momento de descender del avión Moreira se encontraba “completamente confundido” y advirtió que no recordaba lo ocurrido. “Igualmente, se mostró arrepentido y aceptó que había tomado whisky antes de subir al avión”, agregó Reta.
Por su parte, voceros de United Airlines informaron que el hecho será notificado a diversos organismos de seguridad, entre ellos Interpol y el Buró Federal de Investigaciones (FBI). En el caso también participa el juez federal de Lomas de Zamora, Patricio Santamarina.