SOCIEDAD › LOS RASTROS HALLADOS EN UN AUTO DE CUELLO PERTENECEN A TOMáS

El ADN, una prueba decisiva

Las muestras fueron obtenidas en la manija de la puerta del acompañante, en un auto que pertenece a los padres de la última pareja de Cuello. Según testigos, el acusado lo condujo el día en que fue secuestrado Tomás.

 Por Emilio Ruchansky

En el Fiat Palio Weekend que, según varios testigos, manejaba Adalberto Cuello el día del asesinato de Tomás Dameno Santillán, se encontraron rastros de ADN del niño de nueve años y de Cuello. “Con estos elementos entendemos que ya se encuentra plenamente comprobada tanto la materialidad del hecho como así también la responsabilidad del imputado”, comentó ayer el fiscal Javier Ochoaizpuro al informar la novedad, un día después de que la Justicia dictara la prisión preventiva sobre Cuello, único sospechoso del asesinato ocurrido en la ciudad bonaerense de Lincoln. El fiscal adelantó que pedirá “alguna pericia más para terminar con la etapa de colección de pruebas” y elevar el requerimiento a juicio en el menor tiempo posible. En diálogo con Página/12, el defensor Hugo Icazati aseguró que el martes próximo solicitará, en principio, el arresto domiciliario para Cuello.

Según detalló el fiscal de Junín en conferencia de prensa, “el rastro de Santillán fue obtenido de la manija de la puerta del acompañante, mientras que el ADN que corresponde a Cuello fue obtenido en el volante del rodado”.

El auto pertenece a los padres de quien fue la última pareja del detenido, la docente María Inés Márquez, quien declaró que el vehículo era nuevo y Cuello lo manejó por primera vez el 15 de noviembre, el día en que Tomás fue secuestrado, a pocas cuadras de la escuela a la que asistía, entre las 12 y 12.30.

Dos testigos confirmaron que el acusado subió al Palio rojo quince minutos antes de las 12 y otro, que anduvo por la calle Primera Junta, en dirección a la avenida Massey, cruce donde los perros perdieron el rastro del niño. A dos cuadras está la escuela adonde concurría Tomás. La fiscalía, como se desprende del escrito donde se pide la prisión preventiva, concluyó que, tomando tres caminos distintos, Cuello podría haber llegado en ocho minutos desde la casa que compartía con Márquez al colegio.

De allí, sólo tardaba cinco minutos en llegar al predio La Vieja, un predio cercano a la planta recicladora de Lincoln, donde fue hallado el cadáver de Tomás, dos días después de su desaparición. A las 12.53, Cuello subió a su Facebook una foto de Juan Martín, el bebé que tuvo con la madre de Tomás. Este hecho, la supuesta coacción del acusado a su novia para que ratifique su coartada y el relato de varias personas que aseguraron que hacía 15 días que vigilaba los pasos del niño sugieren, para la fiscalía, que Cuello planeó el asesinato.

Ochoaizpuro planteó que Cuello aprovechó una oportunidad: el 15 de noviembre, Tomás no había asistido a la escuela con su primo, como solía hacerlo. En días previos merodeó en su camioneta blanca a la salida de la escuela, según relató el primo de la víctima. “Esa situación les provocaba mucho miedo porque en varias oportunidades había golpeado a Tomás, cuando veían la camioneta blanca les agarraba dolor de panza”, escribió el fiscal citando al primo cuando pidió la prisión preventiva.

Por otra parte, el asiento del acompañante donde viajó Tomás, como indica el peritaje, habría sido limpiado con una remera por Cuello. Así lo afirmó la madre de María Inés Márquez, Inés López. Su pareja, el policía retirado Carlos Gastaldi, agregó que el Palio tenía “gran cantidad de tierra en su parte posterior, como cuando uno anda a alta velocidad por una calle de tierra”, como la senda cercana al lugar donde apareció el cuerpo. Márquez comentó que el día de la desaparición de Tomás, Cuello volvió a casa, tiró sus zapatillas a la basura “y estaba todo transpirado”.

El jueves pasado, el juez de Garantías Nº 1 de Junín, José Raúl Lucchini, accedió al pedido de prisión preventiva sin que estuvieran incorporados aún los peritajes de ADN que “son imposibles de refutar”, según el fiscal. “Después de un round hay que sentarse y descansar”, dijo ayer el defensor de Cuello. Icazati exigió que otra fiscalía investigue a Márquez “por falso testimonio”, ya que modificó su primera declaración. Ayer el fiscal comentó que “fue algo genérica y sin especificaciones contextuales que tengan que ver con sostener la coartada de Cuello”.

Para Icazati, Márquez fue coaccionada para declarar en contra de su defendido. Además, insistió en que el auto era de su familia y no de Cuello. “Habría que investigar qué hizo ella después de las 12”, sugirió. Por otra parte, este abogado también denunció a López, madre de Márquez, por encubrimiento: “Si es cierto que Cuello limpió el auto, ¿por qué no lo dijo antes?”. El asesinato de Tomás, agregó, se dio en un contexto de “relaciones tortuosas y tormentosas”, describió y refirió la relación anterior de más de diez años entre Márquez y Cuello, previa a la de Leonor Santillán, madre de Tomás.

El fiscal estableció a través de varios testimonios que Cuello responsabilizaba al niño por la separación con Leonor y habría dicho a un compañero de trabajo que le haría daño para “escarmentar” a su ex. Ochoaizpuro contó que en los resultados preliminares de la psicóloga que entrevistó al acusado se “manifiesta que tiene una psicopatía”. Más allá de eso, el ADN es la prueba más contundente del fiscal para acusar a Cuello por “homicidio agravado por ensañamiento y alevosía”, un delito por el que le pueden aplicar prisión perpetua.

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Para el fiscal, Cuello venía planificando el crimen.
 
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