SOCIEDAD › ARGENTINA VOTO EN LA ONU CONTRA LOS HOMOSEXUALES

Para los gays, ni derechos

La Comisión de Derechos Humanos debía tratar una resolución contra la discriminación por orientación sexual. Cancillería apoyó el cajoneo del proyecto. Antes, había ordenado oponerse.

Una resolución de denuncia sobre la discriminación por orientación sexual y de pedido de igualdad de derechos en el mundo para gays, lesbianas, bisexuales y transexuales iba a ser aprobada por primera vez en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Sin embargo, después de ser pospuesta su votación el jueves, ayer quedó directamente aplazada hasta la próxima sesión de la comisión, en marzo de 2004. El cajoneo de la iniciativa fue apoyado por la Argentina que, de cualquier manera, ya había decidido votar en contra de la resolución. Los representantes diplomáticos en Ginebra tenían órdenes expresas del secretario de Culto, Esteban Caselli, de rechazar el texto presentado por Brasil, con lo que la Argentina quedaba alineada con los países islámicos, promotores del boicot. La resolución instaba “a todos los Estados a promover y proteger los derechos humanos de todas las personas independientemente de su inclinación sexual”. Caselli, la mano derecha de Carlos Ruckauf, mandó oponerse “por razones de orden público”.
La votación de la resolución había sido dejada para el jueves, anteúltimo día de sesión de la Comisión de Derechos Humanos. Así, con un plazo limitado de antemano, ese día comenzó el polémico debate. Cinco enmiendas que ya habían sido presentadas por países de la Conferencia Islámica previeron que el tiempo sería escaso. Ayer, antes de cerrar el 59º período de sesiones, la presidenta de la Comisión, la embajadora libia Najat al Hajjaji, propuso someter a votación el aplazamiento del proyecto. Nada pudo cambiar la insistencia de la Unión Europea y Canadá, países que se sumaron a la resolución presentada por Brasil, para continuar el debate. Entonces la Argentina abandonó la abstención del día anterior, cuando Pakistán propuso una “moción de no acción” como primer intento de bloqueo al proyecto, que fue rechazada por 24 de los 59 países presentes.
Y ayer, cuando se votó la postergación del debate hasta 2004 y las abstenciones llegaron a diez, los diplomáticos argentinos apoyaron el cajoneo junto a otros 23 países, en su mayoría musulmanes y también africanos y asiáticos.
Consultados por Página/12, voceros de la Cancillería señalaron que el voto argentino en favor del proyecto “Los derechos humanos y la inclinación sexual” quede guardado en un cajón “no necesita fundamentación porque es sólo una cuestión de procedimiento: si no hay tiempo tiene que quedar para el año que viene”, dijeron. Lo cierto es que el aplazamiento apoyado por los diplomáticos argentinos era la mejor opción ante la imposibilidad de cumplir con el mandato de rechazar la resolución de plano, como les había ordenado Caselli, secretario de Culto y hombre de confianza del canciller, Carlos Ruckauf.
“Votar una postergación es también un acto de discriminación”, definió ayer César Cigliutti, presidente de la Comunidad Homosexual Argentina, tras conocer el voto de los representantes diplomáticos locales en Ginebra, a los que la CHA les había enviado una carta, con copia a Ruckauf, pidiendo el voto a favor del proyecto brasileño.
El voto argentino fue también disidente del resto de América latina, donde la mayoría se abstuvo. Incluso, México, Uruguay y Venezuela votaron en contra de la postergación. Las otras abstenciones fueron de Estados Unidos, Rusia e Irlanda. En tanto, Cuba no participó de la votación.
Firmado por Alemania, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Liechtenstein, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Portugal, Reino Unido e Irlanda del Norte, República Checa y Suecia, el frustrado proyecto de resolución expresaba “su profunda preocupación ante las violaciones de los derechos humanos que se cometen en el mundo contra las personas por motivo de su inclinación sexual” y pedía “al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos que preste la debida atención” a estas violaciones.
El proyecto fue considerado para la sociedad musulmana como “un desafío a su sistema de valores”. Cinco países de la Organización de la Conferencia Islámica –Arabia Saudí, Libia, Malasia, Pakistán y Egipto– habían presentado enmiendas para modificar el texto brasileño. “No vamos a permitir que nos impongan esos sistemas de valores”, afirmó el representante de Pakistán.
El embajador brasileño Luis Felipe Seixas Correa prometió que su país volverá a someterlo a votación en 2004. “Esta es una comisión que no puede tener tabúes. Volveremos el año próximo. Insistiremos. Quisimos plantearlo en Durban y no pudimos. La comisión es un lugar para debatir la orientación sexual y los derechos humanos”, definió el embajador.

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El secretario de Culto, Esteban Caselli, fue quien dio la orden de rechazar el proyecto.
El veto al frustrado llamado a no discriminar fue sustentado en “razones de orden público”.
 
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