SOCIEDAD

La privatización del espacio

El lanzamiento de la primera nave de fabricación privada en los Estados Unidos inaugura una nueva era en el transporte espacial. Lleva víveres a la EEI.

La primera nave espacial de fabricación privada de la historia despegó ayer por la madrugada de Cabo Cañaveral, Florida, hacia la Estación Espacial Internacional (EEI). Dragon, una cápsula no tripulada propiedad de la empresa estadounidense Space Exploration Technologies (SpaceX), fue lanzada al espacio con ayuda de un cohete portador Falcon 9, de 48 metros de alto. En su vuelo inaugural, la cápsula lleva 500 kilos de carga a la órbita, principalmente alimentos para los astronautas. De vuelta a la Tierra, traerá más de 600 kilos de basura. La iniciativa marca el comienzo de una nueva era en el transporte espacial.

Diez minutos después del despegue, Dragon se separó de la segunda etapa del cohete y alcanzó la órbita terrestre. Un minuto después, la nave desplegó sus antenas solares y comenzó a acercarse a la EEI, que se encuentra a 350 kilómetros de altitud y a la que debería llegar mañana. En su viaje durante dos semanas, Dragon efectuará una serie de maniobras y de pruebas y si todo se desarrolla como está previsto, la NASA dará la autorización para un acoplamiento el viernes a las 12.06 GMT, que se efectuará mediante un brazo robótico de la EEI controlado por dos de los seis astronautas que se encuentran en el laboratorio espacial. La operación permitirá la descarga y posterior carga de la cápsula, que llevará suministros y regresará a la Tierra con materiales de desecho.

Este vuelo de prueba tiene como objetivo mostrar que el sector privado está en camino de restaurar el acceso de Estados Unidos a la EEI, tras el retiro de la flota de transbordadores espaciales de la NASA, el año pasado. El lanzamiento estaba previsto para el pasado sábado, pero fue cancelado en el último minuto por un desperfecto. Los ingenieros de SpaceX descubrieron que la causa principal del problema había sido una válvula de retención defectuosa y las reparaciones se completaron el último domingo. Dragon es una nave espacial reutilizable construida para llevar y regresar tanto carga como astronautas a la EEI. Esta cápsula blanca mide 4,4 metros de alto y tiene un diámetro de 3,66 metros. Con sus dos alas de paneles solares extendidos, alcanza una envergadura de 16,5 metros. Asimismo, Dragon puede transportar más de 3310 kilos, repartidos entre la cápsula presurizada y su bodega no presurizada.

El próximo 31 de mayo, Dragon se desacoplará de la EEI y emprenderá el regreso a la Tierra, donde se prevé su amerizaje en el Océano Pacífico frente a las costas del sur de California, en Estados Unidos.

SpaceX –compañía que lleva adelante la iniciativa– fue fundada en 2002 y es la primera de varias empresas estadounidenses que intentan enviar su propia nave de carga a la EEI con el objetivo de garantizar el acceso al espacio de Estados Unidos para transportar viajeros en 2015.

“El mundo está alumbrando una nueva era en la exploración espacial en la cual las asociaciones privadas tendrán un papel cada vez mayor”, señaló el fundador y titular de SpaceX, Elon Musk. “El éxito de esta misión hasta el momento augura esta nueva era de la exploración espacial”, añadió desde la sede de SpaceX en Hawthornem, California.

SpaceX busca “revolucionar el transporte espacial para eventualmente permitir que la gente viva en otros planetas”. La compañía privada continúa desarrollando la nave y proyecta para mediados de 2015 que también pueda transportar personas al espacio.

Por su parte, Charles Bolden, administrador de la NASA, felicitó a SpaceX por iniciar “una nueva era en la explotación espacial”. “Le damos al sector privado la posibilidad de brindar transporte a la Estación Espacial Internacional a fin de que la NASA pueda centrarse en lo que mejor sabe hacer: explorar aún más nuestro sistema solar, con misiones a un asteroide y Marte en el horizonte”, agregó.

“Cada lanzamiento al espacio es un hecho emocionante, pero éste lo es especialmente, ya que representa el potencial de una nueva era en los viajes espaciales estadounidenses”, indicó John Holdren, asesor científico del presidente Barack Obama.

En la actualidad sólo las agencias espaciales de Rusia, Japón y Europa han sido capaces de enviar naves de suministro a la EEI.

SpaceX y algunas otras pocas compañías reciben apoyo financiero de la NASA para desarrollar esa capacidad de transporte de carga y tripulación. Por lo pronto, la empresa tiene un contrato de 1600 millones de dólares con la agencia espacial para abastecer a las EEI en los próximos años.

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