Víctor Enrique Granada, un jubilado de 74 años, fue asesinado durante un violento asalto a su casa en Rafael Castillo, partido bonaerense de La Matanza. Delicia, pareja de la víctima, aseguró ayer que su nieto, de siete años, no estuvo en el momento del disparo, pero minutos antes rogó a los delincuentes “que no le hicieran nada a su abuelito y que él les daba todos sus juguetes para que se llevaran”. El hecho ocurrió el miércoles y, según fuentes policiales, los asaltantes huyeron con apenas cien pesos y un celular, dejando abandonado en su fuga un aparato Nextel que, ahora, está siendo analizado. Alejandro, el hijo de Granada, recibió un disparo en el hombro y quedó internado pero fuera de peligro.

Según pudieron reconstruir los investigadores, el miércoles alrededor de las 20, y tras romper una puerta, dos personas entraron en la vivienda de los Granada, de dos pisos, en Manuel Estrada 301, a metros de su cruce con la calle Hilario de Almeira. La casa está en un barrio humilde y la víctima solía alquilar algunas de las habitaciones de la planta alta a pasajeros circunstanciales. Al entrar en la planta baja, los delincuentes se toparon con Delicia y su nieto. “Le estaba preparando la merienda a mi nieto”, contó la señora, que prepara viandas y las vende en el barrio.

“Entraron de prepo, rápido, pidiendo el dinero que tenía mi marido del alquiler de unos departamentos”, relató ayer la mujer. Fue en ese momento en que el niño les ofreció, primero unas naranjas y luego los juguetes “porque tengo muy muchos y mi papá dice que tengo que regalarlos”, habría dicho el niño, según contó ayer la viuda. Los ladrones insistieron en pedir la plata de los alquileres. Delicia afirmó que los dos asaltantes la amenazaron con una pistola para que les dijera dónde estaba su marido: “O te volamos la cabeza”. Evidentemente, agregó, “alguien les dio ese dato”.

La mujer les dio las llaves de una puerta de chapa que separa las habitaciones de alquiler en la planta alta del resto de la casa. Uno de ellos se quedó con Delicia y el niño y revisó las alacenas en busca de dinero. El otro subió con el arma y sorprendió a Granada, quien estaba con su hijo de 36 años, colectivero de la línea 96., Granada dijo que no tenía el dinero de los alquileres y hubo una pelea, de la que también participó su hijo; el primero recibió un disparo en el pecho, el segundo en el hombro.

Al bajar, los delincuentes encerraron a Delicia en el baño y, en la huida dejaron un teléfono celular Nextel. Solo se llevaron cien pesos que encontraron dentro de un cajón. Alejandro Granada fue trasladado a la Clínica Los Cedros de Tapiales con una herida de bala en un hombro y se informó que estaba fuera de peligro. Los investigadores de la Delegación Departamental de Investigaciones de La Matanza sospechan que los delincuentes son de la zona y que conocían a sus víctimas.

“Tenemos 38 años de casados y él era un caballero con todas las letras”, dijo Delicia en la puerta de su casa. La plata que reclamaban los ladrones, agregó, no existía porque cada peso que entraba por los alquileres era invertido en refaccionar y ampliar los cuartos que alquilan en la planta alta. “Ahora tengo que velar sola a mi marido porque mi hijo está internado, esto es terrible”, agregó la señora.