SOCIEDAD › UNA JUEZA CIVIL ADMITIO QUE UN HOMBRE QUITARA DE SU DNI EL APELLIDO PATERNO

Ausencia que no tiene nombre

Un hombre de 34 años fue autorizado por la Justicia civil a retirar de su DNI el apellido paterno debido a que dejó de tener contacto con su progenitor desde que había cumplido los 12 años. Este diario informó sobre un caso rechazado en Mendoza.

Un hombre de 34 años fue autorizado por la Justicia a suprimir de su documento de identidad el apellido paterno porque su progenitor lo abandonó cuando era un niño. La medida fue adoptada por la jueza nacional en lo civil número 86, María Bacigalupo, que permitió al hombre suprimir el apellido de su padre, debido a que dejó de tener contacto con él en 1991, cuando tenía 12. El domingo pasado, Página/12 dio cuenta de un caso semejante, también de instancia judicial, que se desarrolla en Mendoza, pero que por el momento fue rechazado por la Justicia en primera y segunda instancia.

En su resolución, la jueza Bacigalupo recordó que “la inmutabilidad del nombre es la regla” que sólo puede dejarse de lado “en situaciones verdaderamente excepcionales”. Y está claro que una de esas situaciones excepcionales es la que presentó el demandante.

El hombre tenía un “profundo rechazo hacia su progenitor”, sostiene el fallo, lo que hacía que evitara “en la medida de lo posible, la utilización de su apellido paterno”, según consta en la causa.

En el caso, el joven representado por el abogado Carlos Marcelo Moguilner, mantenía ambos apellidos, el paterno y el materno, pero recurrió a la Justicia para conservar sólo el de su madre.

La magistrada resolvió “admitir como justos los motivos que ha esgrimido el causante para lograr la supresión de su apellido paterno” y subrayó que “concomitantemente con la identidad, el nombre reviste, además de un carácter biológico, uno dinámico, que hace al equilibrio psicosocial de la persona”.

En la Justicia mendocina se dirime otro caso semejante, iniciado por una madre en representación de su hijo de 8 años. El caso, revelado el domingo pasado por este diario, trata de un niño que es obligado por la Justicia a utilizar en primer lugar el apellido de su padre a quien vio en escasas ocasiones y quien recién lo reconoció cuando el chico tenía 5 años, luego de una demanda de filiación. En dicho juicio, la madre pidió que su hijo utilizara en primer lugar el apellido materno, tal como venía haciéndolo hasta la fecha, y en segundo lugar ubicara el apellido paterno.

En primera y en segunda instancia, la Justicia mendocina rechazó el pedido del niño. El caso fue apelado y ahora tendrá que decidir la Corte provincial. “Si me tengo que cambiar el apellido de mi mamá, que me pongan Messi”, sostuvo el chico. La apelación ante la Corte se fundamenta en el derecho a la identidad de los chicos contemplado en la Convención Internacional del Niño, entre otros tratados internacionales y otros argumentos.

En la apelación, presentada por la abogada Cecilia Muschello, se sostiene que la identidad del niño se sostiene dentro de su familia, grupo de amigos, y en el colegio, donde todos lo conocen por su apellido materno. La abogada además sostiene la gravedad que implica que el niño sea obligado a usar el apellido de un padre que se había negado a admitirlo como hijo propio.

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El hombre tenía un “profundo rechazo hacia su progenitor”, lo que lo llevaba a evitar su uso.
 
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