SOCIEDAD › ANTES DE ESTRELLARSE, EL PILOTO DEL AIRBUS INTENTó ABRIR LA PUERTA

Un pedido a segundos del final

“Abre la puerta por el amor de Dios”, reclamó el piloto del Airbus 320 de Lufthansa, segundos antes de que impactara contra la montaña. En la grabación se escucha el sonido cuando intenta derribar la puerta, mientras detrás se oyen los gritos de los pasajeros.

Según las grabaciones registradas en una de las cajas negras del Airbus A320, el comandante del avión que se estrelló en los Alpes franceses pidió a los gritos al copiloto, Andreas Lubitz, que abriera “la maldita puerta” de la cabina y hasta pretendió derribarla. Quienes monitoreaban los controladores aéreos franceses comprobaban azorados cómo la nave perdía altura y los intentos por comunicarse con el avión eran en vano. Un periódico sensacionalista alemán describe el dramático minuto a minuto previo al impacto. Mientras, aún quedan cadáveres por rescatar, pero se logró aislar el ADN de 78 pasajeros, aunque por ahora no se identificó a ninguno.

Los agentes de la investigación hallaron en el domicilio de Lubitz una gran cantidad de psicofármacos y se presume que éste suspendió algún tratamiento, aunque eso sólo se sabrá si se logran identificar sus restos. De acuerdo con el informe del diario Bild, tras el control para preparar el aterrizaje, Lubitz le ofreció hacerse cargo del vuelo al comandante Patrick Sondenheimer para que éste pueda ir al baño; dos minutos más tarde, se oye decir a Sondenheimer: “Puedes asumir el mando”.

Poco después, ante la ausencia del comandante, el copiloto supuestamente accionó el sistema de descenso mientras los controladores aéreos franceses intentaban sin éxito comunicarse con la nave. A partir de ahí se reproduce el fatal minuto a minuto de las grabaciones registradas en una de las cajas negras del avión antes del tremendo impacto contra la montaña, que fue revelado por un informe en la edición dominical del periódico de mayor tirada en Alemania.

- A las 10.32 se detecta la señal de alarma automática por pérdida de altura. Es el primer signo poco venturoso de lo que se desencadenó luego.

- Inmediatamente después, en las grabaciones se oye un fuerte golpe, como si alguien intentara abrir de una patada la puerta de la cabina, y la voz del capitán que grita: “¡Por el amor de Dios, abre la puerta!”. En un segundo plano se oyen gritos de los pasajeros.

- A las 10.35, cuando el avión aún se encontraba a 7000 metros de altura, se perciben “fuertes ruidos metálicos contra la puerta de la cabina”, como si alguien la intentara derribar a empellones.

- Unos 90 segundos más tarde, a 5000 metros de altura, se activa una nueva alarma y se puede escuchar al piloto gritar: “¡Abre la maldita puerta!”

- A las 10.38, todavía a unos 4000 metros de altura, se oye la respiración del copiloto, que permanece en silencio.

- A las 10.40, el aparato toca la montaña con el ala derecha y de nuevo se oyen los gritos de los pasajeros. Esos son los últimos sonidos que registran las grabaciones de la caja negra del avión.

A todo esto, Kay Kratky, gerente de Lufthansa, dijo que la segunda caja negra podría “no emitir señal”, debido a la violencia del impacto del avión contra la montaña. La segunda caja negra es considerada imprescindible para determinar con exactitud lo que ocurrió dentro del avión.

El informe de Bild señala también que Lubitz estaba siendo tratado por un posible desprendimiento de retina, situación que le hacía temer el fin de su carrera como piloto. La fiscalía de Düsseldorf informó que durante el registro de la vivienda del copiloto y de la de sus padres halló varios documentos que arrojan luz sobre la situación personal de Lubitz, entre ellos “bajas médicas, actuales e incluso una vigente para el día de los hechos, hechas pedazos”. Andreas Lubitz, de 27 años y oriundo de la localidad de Montabaur, al parecer ocultó a Germanwings que estaba de baja cuando voló el pasado martes. Los investigadores buscan pruebas sobre posibles trastornos psíquicos y de visión del aviador, pero los rumores en ese sentido no han sido confirmados oficialmente. Hasta el momento se apunta que el copiloto estrelló intencionadamente el avión contra los Alpes, pero aún no se sabe por qué. Sin embargo, la fiscalía francesa informó que se sigue investigando, como causa del accidente, la posibilidad de alguna falla técnica.

Los agentes encontraron además recetas para tratar trastornos de bipolaridad, gran cantidad de blisters con somníferos y psicofármacos sin abrir, lo que apunta a que Lubitz pudo haber dejado de medicarse, algo que se espera poder determinar a partir del análisis de los restos del copiloto, si acaso éstos pudieran ser identificados.

Al respecto, el fiscal a cargo de la causa, Brice Robin, anunció que los investigadores franceses pudieron aislar el ADN de 78 de los 150 pasajeros, a pesar de que por el momento no se logró identificar a ninguno de ellos. Robin indicó también que para acelerar la investigación procurarán habilitar antes de la noche de hoy un camino transitable para vehículos todoterreno, pues hasta ahora los rescatistas, investigadores y forenses son trasladados cada día en helicóptero a la zona del accidente en los Alpes franceses.

Cabe señalar que la Gendarmería instaló en Seyne-les-Alpes un puesto avanzado con material procedente de su laboratorio de las afueras de París para efectuar el análisis de las muestras que llegan desde la montaña. Esos datos serán cruzados luego en la capital francesa con el perfil genético ante mortem de las casi 5000 pruebas que han aportado los familiares, lo que permitirá identificar a cada víctima.

Si se lograran rescatar los cadáveres en un lapso de siete días, como se espera, los investigadores entrarían entonces en una segunda fase para recuperar partes del fuselaje del avión, necesarios para establecer las causas del siniestro. Las partes de los cuerpos y del avión se encuentran esparcidos en varias hectáreas y en una superficie sumamente inaccesible.

Las labores de búsqueda de los restos de los pasajeros en el lugar de la tragedia prosiguen por sexto día consecutivo, con medio centenar de vuelos de helicópteros diarios para llevar personal. “La recuperación de los restos mortales de las 150 víctimas del accidente de Germanwings tiene absoluta prioridad”, subrayó el fiscal Robin.

Asimismo, durante el tradicional Angelus, el papa Francisco rezó por las víctimas del avión siniestrado, entre las que había tres argentinos y un grupo de jóvenes estudiantes alemanes, de entre 15 y 16 años de edad, que habían ido acompañados de dos profesoras a un curso de intercambio en Barcelona para aprender español.

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La base en Seyne-les-Alpes donde se van reuniendo los familiares de las 150 víctimas.
Imagen: AFP
 
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