SOCIEDAD

Se va la tercera purga bonaerense

El Ministerio echó a otros 158 efectivos. En total, van 662 despedidos. Quedó afuera el policía de los casos Peralta y Echarri.

 Por Horacio Cecchi

Tercera purga policial en lo que va de la gestión de León Arslanian en el Ministerio de Seguridad bonaerense. En dos meses y 17 días, lleva 662 prescindibilidades, si se agrega la lista de 158 oficializada ayer. Pero no se trata de números sino de modelos en juego. Igual que en las anteriores, los expulsados están acusados de delitos aberrantes (asalto y homicidio; ahorcar a un preso y simular un suicidio; integrar un escuadrón de la muerte); o absurdos (matar al perro de un vecino; robar un cricket). Dos casos son paradigmáticos: el del comisario José Hernández, conocido porque mientras investigaba el secuestro de Diego Peralta, organizaba secuestros con una banda de uniformados. El otro es el del sargento Duilio Pinto da Silva: hizo dedo a un camionero, intentó asaltarlo y fue desarmado y detenido por el chofer. Ayer, al asumir el nuevo coordinador de la policía, comisario mayor Héctor Iglesia, sostuvo que “los jefes departamentales deben estar al lado de la gente”. Menuda tarea.
La Ley de Emergencia Policial habilitó al ministro a decidir prescindibilidades sin sumario previo. Lo notable es que desde la primera purga (resolución 802, del 15 de mayo pasado), que dejó fuera a 303 uniformados, una buena parte de los casos no tenía siquiera necesidad de sumario: tal como reveló Página/12 en aquella ocasión, había incluso condenados por hechos públicos (Ramallo, Budge, etc.) pero seguían con sueldo y galones.
Por ser la tercera, la resolución 981 ofrece menos sorpresas aunque no deja de sorprender. El caso más conocido es el del comisario José Hernández, un investigador de secuestros peculiar: intervino en los casos de Diego Peralta y Antonio Echarri. Mientras buscaba secuestradores, fue procesado, acusado de haber secuestrado a un comerciante a quien mantuvo cautivo en la propia DDI de Lomas de Zamora, en el 2002. Durante un mes estuvo prófugo junto a la banda que lo secundaba, todos policías de la DDI, hasta que en agosto de 2003 lo detuvieron. Unos días antes, se habían entregado el oficial principal Adrián Tocci y el sargento ayudante Pedro Fernández. También fue detenido el suboficial principal Osvaldo Lorenzón, quien además tiene sobre sus hombros la sospecha de una muerte a golpes de un detenido por ebriedad. Pocos días después, cayó Cayo, Gustavo, otro oficial principal de la banda de los investigadores.
El sargento ayudante Segundo Concha pertenecía a la 9ª de Lanús. Estaba en disponibilidad preventiva desde el 22 de diciembre del año pasado. Tiene su historia en Villa Fiorito: los vecinos aseguran que integraba una fuerza paralela dedicada a “limpiar” las calles de menores. No era un escuadrón de limpieza.
El oficial ayudante Hernán Alvarenga y el agente Norberto Otaño están detenidos y procesados por el homicidio doblemente agravado de un hombre que había sido detenido por ebriedad. Según la acusación, los dos entraron a la celda, lo golpearon y lo terminaron ahorcando con su propia remera. Después dijeron que el preso se había suicidado. El sargento primero Horacio Gallardo también está procesado pero por el homicidio de un menor. También el cabo primero Hugo Núñez fue detenido por homicidio: con ínfulas de cowboy, esgrimía su arma ante dos amigos, cuando disparó provocando la muerte de uno de ellos. En cambio, al agente Mauro Suárez lo acusan de haber dado muerte a una persona y fraguar un enfrentamiento, plantando un arma a la víctima.
Por robo en banda hay unos cuantos. Al sargento primero Agustín Romero lo detuvieron acusado de integrar una banda dedicada al robo y corte de autos, con otros cinco policías. El oficial subinspector Juan Zacallán también, pero sostienen que integraba una bandita dedicada a los robos. Lo mismo ocurrió con el cabo primero Carlos Vargas, acusado de salir a robar uniformado. El sargento primero Juan Mouzo fue detenido en un auto, después de un presunto intento de robo. El cabo primero Hugo Suárez pertenecía al Grupo de Prevención Urbana del Comando de Ituzaingó. Suárez fue tomado desprevenido en un acto peculiar de prevención: según laacusación, robó el cricket de un auto en El Palomar; llevaba ocho meses en disponibilidad. El sargento primero Luis Montivero se encuentra con prisión preventiva acusado de asociación ilícita: supuestamente integraba una banda que adulteraba órdenes de pasajes oficiales.
El subcomisario Clemente Melgarejo y el subinspector Héctor Abraham están detenidos, acusados de favorecer la fuga de un preso de la comisaría de Villa Ariza, a cambio del pago de 10 mil pesos y un Renault Mégane. Melgarejo ya había sido puesto en disponibilidad en el ‘99, por la fuga de 15 detenidos de la seccional de Bosques. El oficial inspector Claudio Seijas está preso, imputado de facilitar la prostitución de menores. Al comisario Roberto Scalercio le iniciaron un sumario penal y otro administrativo por el supuesto cajoneo de denuncias contra narcos, en la comisaría de Del Viso. Fue pasado a disponibilidad pero hace un mes se la levantaron y pasó a ser jefe del Grupo Marea Azul de San Martín. Scalercio ejerció docencia: fue profesor en la Vucetich entre el ‘81 y el ‘83.
Un caso peculiar es el del sargento primero Duilio Pinto da Silva: hacía dedo uniformado y fue levantado por un camionero. Ya dentro del vehículo, desenfundó su arma y amagó con un asalto, según la denuncia que pesa en su contra. Amagó, porque el camionero lo desarmó, lo redujo y lo dejó pintado y detenido. En cambio, el agente Pablo Eseiza fue expulsado porque estando de franco, se las agarró con un vecino: se plantó frente a su casa y disparó veinte veces dejando la casa hecha un colador y dando muerte al perro.
Los 662 expulsados podrían transformarse en mano de obra pero desocupada. A sabiendas de esta posibilidad, Arslanian dijo a Página/12 que “se hace un seguimiento de estos ex policías, y tenemos una base de datos y se hace un monitoreo sobre ellos”.
Será toda una tarea la del nuevo coordinador de la policía, el comisario mayor Héctor Iglesia, para alcanzar a cumplir su objetivo al asumir el cargo: ayer dijo que “los jefes de las departamentales deben estar al lado de la gente”.

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Héctor Iglesia, el nuevo coordinador general policial.
 
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