SOCIEDAD › DOCE AÑOS PARA UN POLICIA QUE BALEO A UNA NENA

Condena por gatillo fácil

“No existe mayor ofensa para el ciudadano que ser agredido por quien tiene la función de protegerlo.” Esta fue una de las afirmaciones de los jueces que ayer condenaron a 12 años de prisión a un suboficial de la policía bonaerense por el homicidio de Gisela Barreto, la nena de 12 años que el 28 de enero de 2000 fue baleada frente al hospital Bocalandro, en Loma Hermosa, partido de Tres de Febrero. El cabo Francisco Javier Talavera baleó a la nena cuando disparaba contra un ladrón que escapaba en un auto robado. Los magistrados consideraron como agravantes que el policía no haya prestado “ayuda humanitaria” a la víctima.
Talavera, que llegó libre al juicio oral, fue condenado a 12 años de cárcel por el delito de homicidio simple, cometido en las inmediaciones de la Ruta 8 y Pilcomayo. En la sentencia, los jueces aseguraron que el suboficial disparó “en forma indiscriminada, aun habiendo advertido la presencia de innumerables personas ajenas a los hechos”. El tribunal de San Martín consideró probado, además, que Talavera “plantó” pruebas para desviar la investigación y que no ayudó a Gisela, pese a los gritos desesperados de quienes acompañaban a la víctima. En cambio, los jueces absolvieron al suboficial de la Bonaerense Carlos Blas Valdez, quien acompañaba ese día a Talavera. El fiscal Mariano Gramático desistió de acusarlo al no haber sido el autor del crimen.
“Luego de que Gisela recibió el impacto mortal, los chicos que la acompañaban se dirigieron a Talavera con el fin de buscar ayuda. Talavera no respondió a ese llamado, por el contrario, su preocupación estuvo dirigida a tomar los recaudos necesarios para mejorar su futura situación procesal, demostrando así su desprecio por la vida”, indica la sentencia dictada por el Tribunal Oral Criminal Nº 3 de San Martín. El fallo coincidió con el pedido de pena que había hecho el fiscal de la causa durante los alegatos y dispuso también la inhabilitación de Talavera durante 10 años para utilizar armas de fuego.
La familia de Gisela, representada por el abogado Daniel Gillert, había pedido al Tribunal una condena de 18 años de prisión para Talavera. De todos modos, los allegados a la nena se mostraron conformes con el fallo. “Es lo que esperábamos, porque quedó desvirtuada la versión oficial de la policía sobre el enfrentamiento y se acreditó que Talavera fue el autor material del crimen, al disparar sin motivo y en la puerta de un hospital repleto de gente contra un auto en el que huía un ladrón que no había disparado”, manifestó Gillert. De acuerdo con las pruebas recolectadas, durante el juicio se demostró que los policías dispararon contra los vidrios de su patrullero para simular un enfrentamiento.

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