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El gobierno porteño busca “recuperar el transporte público en desmedro del privado”. Así lo manifestó ayer el secretario de Infraestructura de la ciudad, Roberto Feletti, en una reunión que mantuvo con todos los sectores del transporte –desde taxistas y colectiveros hasta ciclistas– para debatir un nuevo plan integral de tránsito. El objetivo: “Reducir la congestión y mejorar la calidad ambiental”. El nuevo sistema sería pactado en 15 días y entraría en funcionamiento en octubre próximo. Entre las medidas se prevé un nuevo sistema de estacionamiento medido (con eliminación de lugares en el microcentro), la restricción de la circulación de autos particulares y la ampliación de áreas peatonales.
“Como producto de la congestión creciente, Buenos Aires está afectada por la degradación ambiental, pérdida de actividad económica e inseguridad vial”, indica el borrador del pacto que el gobierno porteño pretende firmar con las cámaras y sindicatos que agrupan a los empresarios y peones de taxis, camioneros, colectiveros, comerciantes, Subterráneos de Buenos Aires, el Automóvil Club Argentino, asociaciones de ciclistas y los dueños de garajes, entre otros. A la lista también se suman los choferes de colectivos, nucleados en la Unión Tranviarios Automotor (UTA). Las reuniones comenzaron hace tres meses y la intención oficial es firmar el acuerdo en 15 días, después de nuevos encuentros con cada sector. Aunque en la reunión sobrevoló un clima de consenso, Feletti no dudó en aclarar: “Si no se llega a un pacto, se regulará en forma directa, mediante el orden público, lo que generará seguramente conflictos”.
Incluso, el secretario le encomendó al subsecretario de Seguridad porteño, Enrique Carelli, que, una vez implementadas las nuevas medidas, acelere los controles para su efectivo cumplimiento. “Para octubre, el sistema tiene que estar funcionando. Porque en noviembre y diciembre aumenta el flujo comercial en la ciudad”, dijo.
El plan también comprende el control del sistema experimental de carga y descarga, la mejora de la infraestructura y señalización. Las restricciones de circulación de autos particulares comenzarán, como experiencia piloto, en avenida Belgrano y de su resultado depende su extensión a otras calles. Respecto de los carriles rápidos, el borrador del plan señala que se “consolidará” este sistema para el autotransporte público de pasajeros y taxis ocupados en las avenidas Córdoba (entre Reconquista y Pueyrredón), Pueyrredón (entre avenida Santa Fe y Bartolomé Mitre), Entre Ríos (entre avenida Belgrano y Rivadavia), y Callao (entre Rivadavia y Santa Fe).
Claudio Palmeiro, del Sindicato de Peones de Taxis, manifestó en la reunión que “este consenso va a demandar un sacrificio de los sectores, porque todos vamos a tener que ceder algo. Esto no se arregla sólo con la inclusión de carriles exclusivos”. Desde la asociación que nuclea a los comerciantes de Avenida de Mayo reclamaron “que se tomen medidas consensuadas, que no sean tajantes y basadas sólo en el tránsito, porque los comerciantes necesitamos que la gente llegue a la ciudad”.
Entre las medidas también se prevé incorporar arterias de doble mano, con una reasignación de sentidos, y la creación de una bicisenda de doble mano en la calle Tucumán.