SOCIEDAD › PRESIONES A LOS CIENTIFICOS POR EL CAMBIO CLIMATICO

Un debate con el clima denso

Un grupo de expertos denunció que Estados Unidos presiona a los científicos para que minimicen el informe final. Tras los primeros debates, queda claro que el cambio climático ya es una realidad.

 Por Eduardo Febbro
Desde París

Apenas se inició en París la cumbre del grupo intergubernamental de expertos sobre el cambio climático (IPCC), las especulaciones más alarmistas acerca de la evolución de las temperaturas empiezan a corroborarse. Partes del proyecto de resumen que los científicos entregarán el próximo viernes resaltan el incremento imparable de las temperaturas como producto de las actividades humanas. El borrador señala que la temperatura de la Tierra podría aumentar en un abanico de tres a 4,5 grados suplementarios si la contaminación de la atmósfera se multiplica por dos en relación con el porcentaje que existía cuando comenzó la era industrial. Muchos de los científicos presentes en la capital francesa trabajan en medio de fuertes presiones. Algunos actores políticos y económicos, así como la primera potencia mundial, ejercen sus respectivas influencias para restarle impacto al informe.

En Estados Unidos, la unión de científicos preocupados denunció que varios expertos que trabajan para organismos oficiales fueron presionados para que no pongan en primer plano los peligros del recalentamiento del planeta.

La administración norteamericana es una de las más férreas enemigas de la ratificación del Protocolo de Kioto. Estados Unidos acumula la paradoja de tener el 5 por ciento de la población mundial y de ser responsable del 25 por ciento de las contaminaciones con gases de efecto invernadero.

El grupo intergubernamental de expertos sobre el cambio climático (IPCC) no escapa tampoco a la paradoja, incluso a la dualidad. IPCC debe combinar el rigor científico que impone la degradación del planeta con los criterios de la diplomacia. El climatólogo Jean Jouzel reconoce que, desde su creación, en 1980, por las Naciones Unidas y la Organización Meteorológica Mundial, el IPCC desempeñó un “papel decisivo en el avance de la diplomacia del clima”. De allí se desprende la importancia del texto que elaborará en París. No se trata de un mero informe sino, textualmente, de un resumen destinado a los “decididores” y cuyo contenido es votado frase por frase por todas las delegaciones. El informe final será publicado en noviembre y, por consiguiente, de aquí a esa fecha, éste puede ser enmendado.

Con todo, los miembros del grupo estiman que, pese a las presiones políticas, es difícil que se pueda volver atrás. El presidente del IPCC, Rajendra Pachauri, ya anunció: “Este informe comporta muchas indicaciones y elementos que establecen de manera clara no sólo que el cambio climático ya se produjo, sino también que es la actividad humana la que influenció dicho cambio”.

Los delegados del IPCC estiman que el aumento de la temperatura está condicionado a que los cúmulos de dióxido de carbono (CO2) presentes en la atmósfera se estabilicen. Sin embargo, esa hipótesis sana está lejos de ser plausible. El economista Jean-Charles Hourcade, director de investigaciones en el Centro Nacional de investigación científica (CNRS), considera que esos niveles pueden superarse si “no se lleva a cabo un esfuerzo consecuente”. Para alcanzar un aumento de 3 grados es preciso que el dióxido de carbono no supere las 550 partes por cada millón. Ahora bien, aun así el panorama es tórrido: Jean-Charles Hourcade explicó que “si logramos mantenernos a esos niveles habrá 3 grados más en el conjunto del planeta. Pero ya se trata de un choque térmico formidable que, en algunas partes del planeta, equivale a 10 grados suplementarios”.

Los concentrados de dióxido de carbono no cesan de incrementarse. Actualmente, la atmósfera contiene 380 partes, un nivel jamás alcanzado en 650 mil años. Antes de 1750 había 270 partes por millón y los porcentajes aumentan en 2 partes por millón cada año. Las conjeturas establecidas son tanto más catastróficas cuanto que, según varios expertos, “ni siquiera pueden excluirse valores superiores a 4,5 grados”. Jean-Charles Hourcade resalta al respecto que los expertos “son muy pesimistas sobre la sensibilidad del clima y la manera en la cual el clima soporta las emisiones contaminantes”.

Extractos del informe que trascendieron ayer ponen de relieve el hecho de que el alza de las temperaturas correspondientes a los gases derivados de las actividades humanas es “probablemente al menos 5 veces superior al impacto de la actividad solar”. En ese contexto, los esquemas previstos para el futuro incluyen una serie de calamidades ya identificadas: olas de calor, fuertes lluvias, sobre todo en las grandes altitudes, disminución de la lluvia en las zonas tropicales o subtropicales, actividades ciclónicas menos elevadas pero ciclones mucho más potentes. En resumen, los especialistas concluyen que, desde el año 1750, el impacto de las actividades humanas en el clima ha tenido como consecuencia el recalentamiento del planeta.

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El borrador señala que la temperatura de la Tierra podría aumentar hasta 4,5 grados suplementarios.
 
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