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El jefe de la Bonaerense promete detenciones en el caso Peralta

Ante la Comisión de Seguridad del Senado bonaerense, Sobrado sostuvo que habría detenciones en las próximas “24 o 48 horas” y puso en duda que hubiera policías involucrados en el caso.

 Por Horacio Cecchi

“En las próximas 24 a 48 horas va a haber detenciones.” El jefe de la Bonaerense, Oscar Sobrado, aseguró de ese modo que la investigación por el secuestro y asesinato del chico de El Jagüel, Diego Peralta, tendrá novedades importantes. Sus declaraciones no fueron producto de un desliz, ni tuvieron lugar durante una conferencia de prensa, ni como resultado de un off the record ante algún periodista, sino que lo dijo mientras era interrogado por la Comisión de Seguridad del Senado bonaerense, según aseguró a Página/12 uno de los participantes de la reunión. Eso sí, en la reunión y luego públicamente, Sobrado afirmó que “no hay policías involucrados, no me consta”, con lo que se deduce que las próximas detenciones corresponderán a alguno/os de los integrantes de la parte civil de la banda mixta que ahora es homogénea.
Durante casi dos horas, el virtual jefe de la Bonaerense fue exprimido por los senadores de la Comisión de Seguridad. La invitación surgida del bloque de la UCR no estaba relacionada estrictamente al caso que terminó con el incendio del destacamento policial de El Jagüel a manos de vecinos indignados, sino sobre el plan de seguridad, el hacinamiento en comisarías y la relación de la fuerza con el ministro de Seguridad bonaerense, Juan Pablo Cafiero (ver aparte). Pero siguiendo esas consignas, una de las preguntas que realizaron los senadores fue referida a la vinculación de uniformados en hechos delictivos como el caso Peralta u otros.
Según confió a este diario uno de los participantes de la reunión, Sobrado tomó el caso Peralta y respondió: “No me consta que haya policías involucrados”, y para subrayar su afirmación, el jefe policial sostuvo que “el juez (Carlos Ferreiro Pella) ha procedido con mucha prudencia, y en las próximas 24 o 48 horas ordenará las detenciones de algunas personas por este hecho”.
En realidad, Sobrado no faltó a la verdad: en el expediente sobre el caso Peralta no figura ningún uniformado involucrado, si se toma el término como procesado. “Cualquier abogado defensor diría lo mismo –aseguró a este diario una fuente judicial–. Pero que no estén procesados no significa que no figuren en el expediente.” La semana pasada, José Pablo García, el único detenido hasta el momento, volvió a declarar, mencionando a siete personas en la escena del secuestro de Diego Peralta, el 5 de julio pasado. Tres ocupaban un auto blanco, otros tres un Senda rojo y una mujer pasaba por el lugar en bicicleta. Dos de los ocupantes del Senda bajaron a secuestrar al chico, eran policías y García dijo no conocer sus nombres, aunque mencionó que los conocía porque eran del destacamento de El Jagüel. Del chofer del Senda dijo no saber quién era, aunque algunas hipótesis señalan que se trataría de él mismo.
Según García, en el auto blanco se encontraban el jefe de calle de El Jagüel, sargento Miguel Giménez, al volante y “dos chorritos que trabajan para él”. El nombre del sargento figura en el expediente, pero no consta en la causa que a García le hayan pedido que identifique por fotos a los otros dos policías. El viernes pasado, los peritos especialistas de Gendarmería que trabajan en el caso solicitaron al juzgado la realización de un plano de voz del sargento para comparar con las grabaciones realizadas a los secuestradores durante las comunicaciones con la familia.
De esas grabaciones se desprenden dos voces. Una, según los familiares de Diego, corresponde a la de García. “Jamás me voy a olvidar de una voz que es una tortura”, dijo Emilse Peralta, madre del chico asesinado. Los peritos trabajan en la comparación, que en caso de ser afirmativa permitiría procesar al detenido, quien hasta el momento se declara inocente.
Las declaraciones de García son tomadas por los investigadores como de quien viene. No descartan que tengan algún contacto con la realidad, pero hay detalles que no cierran, como la hora que declara haber presenciado el secuestro, las 8 de la mañana, casi media hora después de que ocurrió elhecho. El detalle no es fortuito. García sostiene su argumentación en que vio todo cuando entraba en un comercio, que recién abre a las ocho y no a las 7.35, cuando tuvo lugar el secuestro.
El 15 de agosto, fue designado Carlos Gentile, titular de la fiscalía federal 2 de Quilmes, para reforzar la investigación. Un día después de analizar el expediente, Gentile tuvo la claridad suficiente para realizar un pedido que hasta ese momento no se había solicitado: el registro de llamadas de todos los celulares de la zona ocurridas desde el secuestro.
Respecto al sargento Giménez, las declaraciones de García, que lo incriminan, no son descartadas pero son tomadas con pinzas y, según fuentes judiciales, no alcanzan más que para investigarlo. Por lo tanto, en la línea de fuego quedan los “dos chorritos” mencionados por García, fuera de algún otro integrante civil de la banda sospechosa de ser mixta.

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Sobrado, jefe de la Bonaerense, se presentó ante los senadores para hablar de seguridad.
 
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