SOCIEDAD › CONDENARON A BERNASCONI A 9 AÑOS Y 6 MESES DE PRISION

El fabricante de causas a la sombra

Lo condenaron por falsificar documentos e inventar causas por drogas contra famosos. Algunos de esos famosos estaban presentes: Maradona, Coppola y Tarantini festejaron la condena, aun mayor de lo que había pedido el fiscal. La defensa pedirá la anulación.

 Por Carlos Rodríguez

Cuando fue a ocupar su lugar en el banquillo, dándole la espalda a un público adverso que reunía a sus peores enemigos, Diego Maradona y Guillermo Coppola entre ellos, el ex juez federal de Dolores Hernán Bernasconi sintió que había perdido. Aunque estaba preparado para lo peor, igual fue sorprendido por el monto de la pena: nueve años y seis meses de prisión que superaron los 8 años que había pedido la fiscalía. El sonoro festejo de Diego y Guillote –abrazo con palmadas mutuas en la espalda y besos en la mejilla con ruido a culebrón–, contrastó con el silencio de ultratumba que acompañó la mirada que intercambiaron Bernasconi y su defensora oficial, Fabiana León, quien consideró que el fallo fue “un disparate y un ensañamiento innecesario”. La estrategia futura de León será “lograr la anulación del juicio”, según anticipó. Antes del fallo Bernasconi jugó a ser el protagonista de Las Brujas de Salem y se preparó a escuchar una decisión “de verdugos y no de jueces” (ver aparte).
Los jueces del Tribunal Oral cinco, Luis Di Renzi, Guillermo Madueño y Juan María Torino, concluyeron después de varios meses de sesiones que Bernasconi es culpable por los delitos de “falsedad ideológica de instrumento público en siete oportunidades” y de formar parte de una “asociación ilícita” dedicada a fabricar causas por drogas contra ricos y famosos, entre ellos Coppola y el ex futbolista Alberto “Conejo” Tarantini. En la sala de audiencias del primer piso del edificio de los tribunales de Comodoro Py, en Retiro, estuvieron presentes también la ex chica mediática Natalia De Negri, ahora toda una señora, el empresario Carlos Ferro Viera y Tomás Simonelli, algunos involucrados y luego absueltos que pasaron a ser víctimas de la causa carente de fundamento que fue construyendo el ex juez ahora condenado.
La lectura del fallo, prevista para las 16, comenzó más de una hora después y Diego Maradona esperó sentado sobre la escalera que lleva a la sala de audiencias, en un descanso entre la planta baja y el primer piso. De tan ansioso, miraba alternativamente los dos relojes que llevaba, uno en cada muñeca. El ex astro del fútbol estuvo acompañado por cuatro guardaespaldas y vestía pantalón bermuda y remera de color negro, con vivos dorados. Al salir de los tribunales protagonizó un incidente cuando se bajó del auto y utilizó su pierna izquierda prodigiosa para pegarle a un fotógrafo que, sin intención, había golpeado con su cámara una puerta de la 4 x 4 en la que iba Diego, que actuó como un rústico marcador de punta. El reportero gráfico rotaba entre el enojo y la anécdota, pasando de la condena por la injusta agresión a contar el caso como la apostilla de un partido soñado.
Antes de la tarjeta amarilla, Diego le dijo a Página/12 como en un susurro: “Se hizo justicia”. Y se fue muy rápido, dejando desairados hasta a sus custodios, que tuvieron que correr para seguirle los pasos. Antes había escuchado y festejado la sentencia a nueve años y medio de prisión, más el mismo tiempo de inhabilitación especial para ocupar cargos públicos, que cayó sobre la cabeza de Bernasconi. El ex juez ni siquiera tuvo el consuelo de contar en la sala con la presencia de su esposa, la periodista Alicia Barrios, ausente aparentemente con aviso.
La que asumió su defensa, además de la doctora Fabiana León, fue su hermana Blanka (con “k” para diferenciarse de cualquier otra Blanca) Bernasconi, quien le apuntó a uno de los jueces, Luis Di Renzi, que actuó como presidente del tribunal. “El juicio oral demostró que mi hermano -aseguró Blanka– no tiene nada que ver con el delito y el juez Di Renzi tenía que haberse apartado porque ya se había expedido 12 veces en contra de Bernasconi en la causa anterior” por el mismo tema, en la que fueron condenados el ex secretario del juzgado de Dolores Roberto Schlagel y los policías Daniel Diamante, Antonio Gerace y Carlos Gómez.
Alberto Tarantini, uno de los testigos de cargo contra Bernasconi y uno de los más perjudicados por el largo proceso judicial, se manifestó “muy conforme con el fallo” porque “además de hacer justicia permitió aclarartoda la verdad de la maniobra que me perjudicó a mí y a mi familia”. De todos modos consideró que “lo vivido no se paga de ninguna manera”. La que opinó lo contrario fue Natalia De Negri, quien además de estar también “muy contenta” con la sentencia, anunció ahora está apurando un nuevo juicio, esta vez en el fuero civil, “contra el Estado argentino por la detención ilegal, las falsas acusaciones y la persecución sufridas” por ella. Su objetivo para lograr la reparación que pretende se resume en una cifra: “Pido una indemnización de un millón doscientos mil pesos”. Al terminar la lectura del fallo –los fundamentos se conocerán recién el 27 de agosto a las 21–, Bernasconi salió en una camioneta que lo llevó al lugar donde cumple su detención, en el Escuadrón Buenos Aires de la Gendarmería, en la zona del puerto.

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Bernasconi hizo su último alegato por la mañana y se mostró como víctima.
 
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