SOCIEDAD › ACCIDENTE AEREO: 88 MUERTOS Y 42 SALVADOS DE MILAGRO

Tragedia con T de Tailandia

Una nave de la empresa One-Two-Go, con 130 personas a bordo, se partió al aterrizar en Phuket y se incendió. Además de tailandeses, viajaban turistas de diferentes nacionalidades.

En medio de una intensa tormenta de lluvia y viento, un MacDonnell Douglas MD-82 con 130 personas se estrelló ayer cuando aterrizaba en el aeropuerto de Phuket, en Tailandia, y como consecuencia fallecieron al menos 88 personas. Pese a la violencia del accidente, hubo 42 sobrevivientes, muchos de los cuales salvaron su vida escapando por las ventanillas de la aeronave, que luego de la colisión se incendió. Phuket es un centro turístico ubicado en una isla, que recibió el grueso del impacto del tsunami en diciembre de 2004.

Decenas de testigos vieron el aparato que, luego de tocar la pista, resbalosa por la lluvia, hizo una especie de rebote, se salió del asfalto y golpeó contra un desnivel del terreno, a uno de los costados de la pista. Allí se fracturó en dos partes como si fuera de hojalata y se prendió fuego en pocos minutos.

En la aeronave, una MacDonnell Douglas MD-82 que terminaba el trayecto Bangkok-Phuket, viajaban 123 pasajeros y siete tripulantes. “Algunas víctimas murieron por las llamas y otras al salir despedidas del avión”, declaró el vicegobernador de Phuket, Warraphot Ratsrimaa, quien después, ante los medios de comunicación, contó que los cuerpos de las víctimas se apilaban en el interior del aparato carbonizado.

Según las autoridades, de las 88 víctimas fatales, 50 no eran de nacionalidad tailandesa. De todas maneras, Ratsrimaa explicó que todavía falta que se realicen las autopsias y se identifiquen los cadáveres. Está confirmado que los sobrevivientes son 42, 27 extranjeros y 15 tailandeses. Si bien algunos de ellos fueron rescatados por los equipos del aeropuerto, muchos salvaron su vida escapando de la aeronave a pie, a través de las ventanillas o de las paredes de fuselaje destruidas. En la nave accidentada viajaban ciudadanos de Australia, Austria, Holanda, Irán, Italia, Suecia y el Reino Unido.

Fueron pocos los segundos que transcurrieron entre la violenta colisión del aeroplano contra una pared de árboles y el comienzo de un incendio en los restos de la nave, perteneciente a la compañía tailandesa OneTwoGo. “El avión se incendió inmediatamente después de detenerse”, relató Nong Khaonual, uno de los sobrevivientes.

Las llamas comenzaron a salir por los agujeros del fuselaje, resistiendo la lluvia que caía con fuerza. En ese momento llegaron al lugar donde había quedado la nave las dotaciones de bomberos y las ambulancias del aeropuerto. Marina Keisel, una parisina que está de vacaciones en Tailandia, se encontraba a bordo de otro aparato, estacionado en el aeropuerto, cuando el avión accidentado “aterrizó y se incendió”. “Veíamos el fuego salir de la aeronave. El caos se apoderó de nuestro avión”, relató en el hall de la aeroestación de Phuket, ya fuera del aeroplano en el que iba a volar.

Los equipos de rescate trabajaron en una escena impresionante, en la que entraban a la cabina de pasajeros del avión por las grandes roturas del fuselaje, que tenían todos los bordes retorcidos. En el interior de la nave, en las paredes y el piso, se observaba el tizne inconfundible que deja el fuego. A todo eso se sumaba el humo y la lluvia que acompañaban las tareas. El mal tiempo se mantenía desde hace días en la región, ubicada a 600 kilómetros de Bangkok, con lluvias constantes y ráfagas de viento.

El director general de la autoridad aérea tailandesa, Chaisak Angsuwan, afirmó que todo indica que la causa del accidente fue la mala visibilidad que había en el lugar al momento del aterrizaje de la nave, que realizaba el vuelo identificado con el código OG269. “El piloto decidió seguir pero el avión se desequilibró y se estrelló”, esbozó Angsuwan.

Según Aviación Civil de Tailandia, el piloto recibió permiso para abortar el aterrizaje en el último momento, luego de haberlo pedido varios minutos antes debido a la intensa lluvia y al viento. La autorización llegó demasiado tarde. Nong Khaonuan, un sobreviviente del accidente, declaró a los medios locales que él voló muchas veces y “puedo decir que el aterrizaje fue raro, perdimos altura de forma muy rápida”.

Luego del accidente, las autoridades aéreas dispusieron el cierre del aeropuerto y la suspensión de todos los vuelos, al tiempo que instalaron en el hall del edificio un centro de información para familiares y conocidos de los pasajeros que viajaban en el vuelo de One-Two-Go.

“Tengo un familiar en ese avión. Trabaja en el departamento de aduanas en Phuket, por lo que cada domingo tomaba el avión para ir a trabajar”, explicó angustiado Yongchan Phasriwong, mientras su mujer lloraba detrás de él. “La compañía no nos da información”, denunció. Phanee Waiyaphreuk, por su parte, quería saber si su hijo había sobrevivido. “He venido a pedir información sobre mi hijo, que formaba parte de la tripulación. Acababa de conseguir el título”, decía esta mujer con voz temblorosa. “Y aún no he recibido ninguna información de la compañía”, se quejó.

David McGivney, un irlandés de 23 años que se encontraba de vacaciones y este domingo tenía previsto volver a Bangkok, estaba en otro avión cuando ocurrió el accidente. Cuando le preguntaron si pese a lo ocurrido todavía tenía ánimo para volar hoy, respondió nervioso que “realmente no, por lo que quizá tome el autobús esta noche”.

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El avión, partido en dos, en una foto tomada y cedida por un particular en el preciso momento del drama.
 
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