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La dirigente del ARI Elisa Carrió criticó ayer con dureza la iniciativa que aplican o impulsan varios municipios que consiste en la creación de un cuerpo de “vigiladores comunitarios”. La opinión de Carrió sobre el tema es que existe “una íntima relación entre delito, policía y política” y que por tal motivo “en la medida en que no se destrabe ese nudo gordiano en el conurbano, no importa que se creen más fuerzas, porque también son más fuerzas para el delito”.
Página/12 reveló el domingo pasado que en el conurbano crece una fuerza paralela a la policial al amparo de los intendentes. Son cuerpos formados por efectivos retirados que recorren los municipios. Van uniformados y con armas: no tienen permitido detener pero sí pueden disparar. La experiencia ya está en marcha en Ezeiza, San Isidro, Lomas de Zamora, Florencio Varela y Avellaneda.
En una entrevista radial, Carrió opinó que resulta “absolutamente peligroso” la instalación de vigiladores comunitarios, y sostuvo que “estas fuerzas parapoliciales, en vez de solucionar esta cuestión (de la inseguridad), la agravan”. Carrió impulsó la realización de “una reforma política profunda” para dar cuenta de los delitos y sus entretelones, en lugar de sumar fuerzas parapoliciales.
La ex diputada sostuvo que esa vinculación entre “delito, policía y política” puede mantenerse en la provincia de Buenos Aires porque “es garantizada por (Eduardo) Duhalde”, a quien señaló como parte de “la alianza central de poder” actual en la Argentina.
Uno de los primeros en denunciar la existencia de un círculo vicioso entre delito, policía y política fue el ex viceministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires Marcelo Sain.