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JORGE TODESCA
economista Consultora Finsoport
“Dependerá del Gobierno”
¿Por qué las automotrices fabrican la mayoría de su producción en Brasil y no en Argentina?
–La industria automotriz opera a nivel internacional. Las plantas que pone en Brasil o en Argentina, desde el punto de vista de su competitividad, son similares. El problema es que cuando Brasil devaluó en 1999 se creó una asimetría de costos enormes que transfirió inversiones que estaban en Argentina a Brasil e hizo que las nuevas inversiones se radiquen allí. Eso sumado al anuncio de la liberación del mercado en 2006 hizo que las empresas no tuvieran demasiado que pensar para decidir sus inversiones.
¿Se puede revertir la situación?
–Estamos frente a procesos que pueden modificarse. El comercio automotriz en el mundo es administrado. Es un sector con espaldas muy anchas. Distinto es un sector de pequeñas y medianas empresas de capital nacional donde si al empresario se le agotó su capacidad de inversión el proceso es irreversible.
¿Pero por qué las multinacionales deberían tener interés en producir modelos en Argentina?
–Los gobiernos son los que definen la política y las empresas adaptan su conducta. Si no existieran reglas, las empresas irían ordenándose en los mercados con criterios diferentes, pero no funciona así. El mercado automotor se ha liberalizado mucho, pero hay un interés de los gobiernos en que haya producción local. Si Argentina tuviera que importar los autos que produce gastaría más o menos el equivalente al 70 por ciento de las divisas generadas por el complejo de soja.

DANTE SICA
economista CEB
“No liberalizar no alcanza”
¿Qué consecuencias podría haber traído la liberalización del comercio con Brasil?
–Lo que uno veía era una tendencia preocupante porque en los últimos cuatro años el grueso de las inversiones se asignó a Brasil. La preocupación era si el libre comercio iba a generar una sustentabilidad para el futuro, pero con no liberalizar el mercado no se soluciona el problema de la sustentabilidad. La relación con Brasil es uno de los temas, pero también hay que prestarle atención al cambio en la composición de la demanda argentina y la poca oferta de productos.
¿Se debió apoyar más a la industria?
–Brasil tiene una política industrial mucho más agresiva, pero la industria automotriz argentina fue la única donde se aplicó una política sectorial durante los ‘90. No se puede decir que Argentina no haya apostado fuerte. Lo que pasa es que en Brasil aparte del programa que puso el gobierno federal se dio la guerra fiscal entre los distintos estados para fomentar inversiones. Además, en Brasil ha habido una muy fuerte inversión en diseño y desarrollo.
¿Qué cambios deberían introducirse?
–Se deberían agilizar trámites como la devolución del IVA y uniformar el tratamiento impositivo al interior de la cadena. Todavía hay divergencias de impuestos entre provincias. La producción está concentrada en la provincia de Buenos Aires, pero hay distorsiones en la cadena de concesionarios con respecto a las tasas que se cobran.

CARLOS PALLORDET
economista Fundación Capital
“Es una pregunta difícil”
¿Qué medidas se deberían tomar para que las terminales sigan produciendo autos en Argentina?
–El último acuerdo firmado en el 2000 les permite a las terminales importar 2,4 dólares por cada dólar que exportaban. En ese esquema, por ejemplo, las automotrices tienen mucho margen para hacer lo que está haciendo Fiat que exporta motores e importa vehículos. Modificar eso sería una forma de equilibrar la producción generando incentivos para fabricar en el país. Otra posibilidad es aplicar aranceles extra cuando se puede probar que la producción viene de estados brasileños que otorgan subsidios.
¿Argentina debe producir para su mercado interno o puede dedicarse a importar para su mercado y fabricar para afuera?
–Mientras haya una industria nacional que produzca y exporte, no es tan importante que los coches que se consuman sean mayoritariamente nacionales.
¿Cuando se debería dar la liberalización?
–Es una pregunta difícil de responder porque tiene que ver con el futuro del Mercosur. No es sencillo pensar en un comercio libre de vehículos, sin ningún tipo de regulación, con Brasil porque en términos de escala van a ser siempre más competitivos que Argentina. Imaginaría un comercio libre con Brasil en un contexto en que las dos economías estén mucho más integradas, a punto tal que para las terminales sea lo mismo estar produciendo en uno u otro país. Se puede flexibilizar el comercio, pero no creo que la liberalización total sea factible en el corto plazo.