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Miércoles, 25 de febrero de 2015

RADIO › DIEGO IGLESIAS CONDUCE AHORA ES CUANDO. PERIODISMO SIN SPAM

“Buscamos hacer periodismo”

Después de pasar enero en la primera mañana de Metro, el ex Caiga Quien Caiga arrancó programa diario en Blue, en el que se propone “informar, analizar, reflexionar, tratar de ser sintéticos, poner las cosas en contexto, explicar”.

 Por María Zentner

“Un periodista que no es crítico es como un río que no moja. Es un oxímoron. Debemos tratar de utilizar el medio de comunicación del que disponemos para, desde el lugar que nos tocó, contribuir a una sociedad mejor.” Con estas palabras, Diego Iglesias sienta las bases de lo que espera de su profesión. “Honestidad”, “compromiso con la información”, “herramientas”, “hechos”, “datos”: un conjunto de términos que dan forma a un discurso que parecería tener bien estudiado, masticado. Se brinda a la charla con Página/12 con un par de ideas muy claras. Y se nota.

Iglesias viene de pasar un mes al frente de las mañanas de la Metro (95.1), durante las vacaciones de Juan Pablo Varsky y todo su equipo. Un enero movido, que resultó un gran entrenamiento para encarar su nuevo proyecto: desde febrero, es parte del aire de Blue FM (100.7) con Ahora es cuando. Periodismo sin spam, de lunes a viernes de 6 a 10. El ex Caiga Quien Caiga desembarca en la primera mañana radial con una propuesta que transgrede por lo simple: sin culto a conductores, sin “conversación de amigos”, sin transmisiones en video ni llamadas de oyentes. Un programa periodístico en el que la información circula de manera transversal: actualidad, entrevistas y un puñado de periodistas jóvenes que informan de manera rítmica y precisa.

–¿A qué se refieren con “periodismo sin spam”?

–Tratamos de buscar una palabra que hiciera referencia a toda la basura que muchas veces se vierte desde el periodismo y que tiene que ver con la desinformación. Estamos en una etapa en la cual los medios de comunicación masiva, en muchísimos casos, contribuyen mucho más a la desinformación que a la información. Esa desinformación la relacionamos con basura, y una palabra que nos pareció un poco más elegante para decir eso fue “spam”. Me parece que hay mucho de soberbia, de egocentrismo y de abandono total del periodismo en búsqueda de la indignación, de retroalimentar el malestar de un grupo de personas que están descontentas o con el Gobierno, o con su estilo de vida, o con las condiciones que les han tocado vivir, y lo que se agita desde cierto tipo de periodismo, muchas veces, es eso: la indignación.

–¿Puede dar un ejemplo de periodismo con spam?

–Bueno, creo que está claro. Cuando, por ejemplo, el diario Clarín pone en tapa un supuesto peritaje de la Policía Federal que indicaría ¡en potencial! que Alberto Nisman había recibido el disparo a quince centímetros: una mentira. Lisa y llana. Una mentira que apunta únicamente a desinformar y crear un clima de confusión generalizada en el cual no se sabe qué es lo que pasa. Y, si bien se trata de una investigación judicial compleja, que requiere un montón de procedimientos y demás, decir una barbaridad semejante, cuando los peritajes hechos por especialistas dicen claramente que el disparo fue realizado a menos de un centímetro, es abonar la teoría del homicidio. Que es una teoría posible. Pero mentir deliberadamente, publicando información falsa, contribuye a generar un clima negativo. En ese sentido es que hablo de periodismo basura: hecho para desinformar. Para confundir.

–Desde el punto de vista periodístico y frente a un caso como el de Nisman, en el que las versiones se modifican casi hora a hora, ¿cuál es la manera de no caer en el spam?

–Con rigurosidad, con honestidad, con responsabilidad, con seriedad, que no necesariamente quiere decir solemnidad. Tratar de separar la información de la opinión. U opinando, no sin antes aclarar, brindar la información que sea necesaria. No es tan difícil.

–En entrevistas anteriores, usted habló de CQC no como un programa periodístico, sino de humor. ¿Piensa que en televisión es necesario decorar la información para que sea más atractiva?

–No. Lo que dije en esa entrevista, y lo sostengo, es que el humor es una extraordinaria herramienta de comunicación. Con el humor se puede hacer periodismo y de eso hay sobrados ejemplos. El humor penetra en fibras a las que, de otra manera, quizás es imposible llegar. A mí, Caiga... me enseñó el humor como herramienta de comunicación y la radical importancia que tiene. Aparte, hacer humor con la actualidad no quiere decir que uno no se la tome en serio. El humor es lo más serio que hay. Y el humor es genuino.

–¿La información entretiene?

–Por supuesto que sí. Eso no quiere decir que haya que hacer “infotenimiento”. Pero sí, definitivamente, tenés que tener la suficiente habilidad, inteligencia y cintura para transmitir las noticias de manera atractiva para el público al que te querés dirigir. Hacer de la información algo atractivo no quiere decir banalizarla. Eso tiene que ver con la expertise de cada uno. Con la forma en que cada uno construye un relato de la información. La densidad ya no se corresponde con esta época de nuevos medios, de comunicación breve, instantánea. Sí se puede hacer las cosas de manera profunda. Profunda y sintética. Lo que no quiere decir que todo tenga que ser breve. Me parece que la síntesis es un poder muy importante que no cualquiera logra alcanzar. Para contar algo sintéticamente hay que ser bueno y saber mucho acerca de lo que se quiere contar. Y para hacerlo interesante, también.

–¿El horario de la primera mañana le permite informar más despojadamente?

–Es un horario que posibilita anclarse más en el vértigo y el análisis de la información. El vértigo, en cuanto a que se está construyendo el día y se va perfilando la agenda periodística. Por otro lado, el análisis de las cosas que van pasando: parar un poco la pelota y analizar desde otro costado. Contar las cosas desde otro lado, siempre y cuando tengas un afán de creatividad e interés. A mí me interesa muchísimo el cómo. Es una de las cosas que siempre utilicé en Caiga...: contar las cosas de una manera singular. Mi objetivo siempre es centrarme en el enfoque. En cómo lo voy a contar.

–¿Cuál sería esa manera especial de contar las cosas en Ahora es cuándo?

–No tenemos una fórmula, todavía. El programa recién tiene un par de semanas, así que estamos intentando encontrarla. Nosotros buscamos hacer periodismo. No un periodismo aséptico. Un periodismo que es fruto de la época. Tengo mi ideología, como cada uno de los integrantes del programa. Cada uno tiene un recorte donde legitima ciertas cosas e impugna otras. Pero esa ideología no hace que alteremos la realidad para favorecer nuestra mirada del mundo. El programa tiene un objetivo muy claro que es informar, analizar, reflexionar, tratar de ser sintéticos, poner las cosas en contexto, explicar. Ese es el desafío y vamos a tratar de llevarlo adelante.

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“Hacer de la información algo atractivo no quiere decir banalizarla”, asegura Diego Iglesias.
Imagen: Joaquín Salguero
 
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