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Martes, 29 de abril de 2014

DANZA › EUGENIA SCHVARTZMAN Y MARIELA RUGGERI HABLAN DEL PROYECTO DE LEY NACIONAL DE DANZA

“No es fácil, pero tampoco imposible”

Las bailarinas y coreógrafos que redactaron el proyecto subrayan su carácter federal e integrador, que replica experiencias realizadas con el teatro, el cine y la música: “Es un bien cultural intangible, llevado a cabo por artistas con una vida útil muy corta”.

 Por María Daniela Yaccar

“A la danza se la vincula con el divertimento, se la utiliza para reafirmar la tradición, como elemento turístico o hecho elitista. Pero no es eso. Es un bien cultural intangible, llevado a cabo por artistas con una vida útil muy corta. Debe ser susceptible de cuidado y ayuda por parte del Estado”, coinciden Eugenia Schvartzman y Mariela Ruggeri, bailarinas y coreógrafas que redactaron, junto a Noel Sbodio, un proyecto que podría convertirse en la primera ley nacional de danza. La iniciativa será presentada hoy a las 10.30 en la Cámara de Senadores del Congreso, con una conferencia de prensa. Además habrá, desde temprano, performances, clases y coreografías en el espacio público. A las 16 actuarán Maximiliano Guerra y el Ballet del Mercosur, el Ballet Estable del Colón y el del San Martín, entre otras compañías. La movida tendrá su paralelo en distintas ciudades del país, donde también se organizaron master classes, charlas y stands frente a instituciones legislativas.

Podría decirse que, en la Argentina, la danza es la más castigada de las disciplinas artísticas. No cuenta con una ley, un instituto que regule fondos o un archivo. Hace cinco años, los artistas empezaron a reunirse con el fin de crear un marco legal para la actividad. Así surgió el proyecto de ley nacional de danza, a la que definen como “una herramienta federal”, tanto por su alcance como por su cocina, de la que participaron intérpretes y coreógrafos de distintas provincias. Maximiliano Guerra, Patricia Baca Urquiza, Julio Bocca, Eleonora Cassano, Mauricio Wainrot, Oscar Araiz, Ricky Pashkus, Lino Patalano, Laura Fidalgo, Mora Godoy y Carlos Casella, entre otras figuras, apoyan la iniciativa. Se espera la presencia de algunos de ellos en el Congreso. Además, artistas que no pertenecen al mundo de la danza, como Julio Chávez o Ricardo Darín, respaldaron el proyecto a través de videos que lo promocionan.

“La ley tiene como objetivo principal crear el Instituto Federal de la Danza”, explica Ruggeri a Página/12. “Entre otras cosas, esto implica que se impulse el valor social de la danza por parte del Estado, a la danza como actividad, a los artífices de la danza como trabajadores, o sea, sujetos de derecho. Implica el apoyo a la creación, la interpretación, la docencia, la investigación, producción, difusión y acerbo de todas las danzas que existan y puedan llegar a existir”, cierra.

Los bailarines más conocidos, como Iñaki Urlezaga o Bocca, siempre han hablado de las dificultades para desempeñarse en la actividad, con poco o nulo apoyo del Estado. Como explica Cassano (ver recuadro), muchos de los que bailan suelen hacerlo ad honorem o en cooperativas. En la ciudad de Buenos Aires, los artistas pueden pedir subsidios a Prodanza o al Fondo Metropolitano de las Artes. A nivel nacional pueden aplicar al Fondo Nacional de las Artes. “Pero, en todos los casos, las posibilidades de acceder son mínimas: la cantidad de posibles subsidiados excede la capacidad de los organismos. Y el dinero ofrecido es realmente tan poco que, si hacemos un análisis financiero, son los artistas los que subsidian al Estado”, aportan Schvartzman y Ruggeri. A través del Instituto Nacional del Teatro (INT) también se pueden conseguir fondos para obras de danza, pero en tal caso “deben contener aspectos claramente teatrales, como palabra o dramaturgia”, explican. En las provincias, la situación es todavía más difícil: no hay un organismo equivalente a Prodanza.

“Además de los vacíos legales que dejan a los trabajadores totalmente desprotegidos, existe un vacío con respecto a una política integral que contemple la danza como hecho artístico. Esto es, en definitiva, una deuda pendiente en materia cultural”, sostiene Schvartzman. “Estos vacíos han colaborado para que la actividad se maneje dentro de parámetros sumamente precarios, hecho que impacta retrasando la reflexión y el debate sobre una situación que tiende a naturalizarse”, cierra Ruggeri.

“La pregunta por una ley nacional de danza comenzó en 2008”, repasa. En ese momento, Marcelo Isse Moyano, docente del IUNA, convocó a la comunidad de la danza a una reunión en Casa Rosada para empezar a tratar el tema. “La propuesta no prosperó porque no estaban dadas las condiciones”, pero ese episodio fue el puntapié inicial de la lucha. Entre 2009 y 2012, Sbodio, Schvartzman y Ruggeri –oriundas de Santa Fe, Córdoba y La Pampa, respectivamente– redactaron el proyecto de LND. Lo presentaron en el Congreso nacional en septiembre de 2012. Tenían en mente la posibilidad de que perdiera estado parlamentario, cosa que finalmente sucedió, pero decidieron presentarlo para generar “un hito fundacional e instalar el debate”. Hoy, el Movimiento por la Ley Nacional de Danza presentará nuevamente el proyecto, en este caso con apoyo de artistas de todas las provincias argentinas. “El grado de movilización es inédito”, coinciden las bailarinas.

Los detalles del proyecto

El proyecto de LND se puede descargar completo en www.ley nacionaldedanza.com. Establece que “la danza, en sus diversos géneros y manifestaciones, por su valor social y por constituir un factor esencial en el desarrollo de la cultura, será objeto de promoción, estímulo y apoyo del Estado”. Para ello se crearía un Instituto Federal de la Danza, conducido por representantes del Poder Ejecutivo y del quehacer de la disciplina de diferentes provincias (el proyecto tiene un fuerte carácter federal). Este organismo brindaría apoyo financiero a la danza no oficial y salas, a la investigación y la formación. Impulsaría la difusión y la promoción, con eventos, ciclos y festivales. Se crearían, además, un Observatorio de Danza y un Archivo Nacional para la recuperación, conservación, difusión y estudio del patrimonio de la danza argentina.

Por otro lado, el proyecto prevé la creación de “circuitos de la danza” para la circulación y la difusión de actividades a nivel provincial, regional y nacional. También crea la “red de teatros y espacios amigos de la danza”, conformada por teatros, salas y espacios culturales que comprometan parte de su programación a actividades de esta disciplina. Finalmente, entre otras cosas, se genera una línea de apoyo de subsidios y créditos.

Según cuentan Schvartzman y Ruggeri, para la redacción del proyecto se inspiraron en las leyes que existen para el teatro, el cine y la música, esta última sancionada en diciembre de 2012. Esta propuesta, como aquella norma, surgió del trabajo conjunto de los artistas: “El clima de la época sin dudas colaboró a que las cosas se encaminaran hacia donde estamos; siempre el momento histórico es crucial para la concreción de iniciativas”, recalcan. También tuvieron en cuenta planes que se desarrollaron en España, Brasil, Colombia y Francia. “Y centramos la atención en las realidades y diferencias de las regiones culturales de nuestro país”, explican. “Esta es una acción en estado embrionario. Es un hecho inédito hasta el momento, que tímidamente está planteando demandas que deben ser atendidas desde afuera y que requieren ser observadas hacia adentro del colectivo”, concluyen.

Moverse por la ley

El evento de hoy se llama 29A - La danza se mueve por su ley, y fue declarado de interés social y cultural por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. Si llueve, se realizará mañana. A las 10.30 se realizará una conferencia de prensa y se presentará el proyecto en el Congreso de la Nación, con la presencia de las tres redactoras y referentes de la danza. Será en el salón Illia de la Cámara de Senadores. Cuando la carpeta con el documento viaje hasta la mesa de entradas, acompañará la danza de Preludio Flamenco, con dirección de Mariana Astutti, y el grupo Una Constante, de hip hop. Esto será en la explanada del Congreso.

En Plaza Congreso habrá un festejo. Desde las 12.30 se podrá participar de seis master classes dictadas por Martín Piliponsky (contemporáneo), Analía González (jazz lírico), Gaby Pardo (danzas urbanas), Cecilia Benavídez (danzas de orixás), Maximiliano Avila (tango) y Sergio Pérez (malambo). A las 16 tendrá lugar el espectáculo central: actuarán Maximiliano Guerra y el Ballet del Mercosur, el Ballet Estable del Teatro Colón, el Ballet del Teatro General San Martín, la Compañía de Leonardo Cuello, Arabian Danza Company Amir Thaleb, Koki y Pajarín Saavedra, Grupo de Danza de la Unsam, las tres compañías del IUNA Artes del Movimiento y Folklore, Castadiva, Compañía en Movimiento. La conducción estará a cargo de la periodista y bailarina Daniela Fernández. A las 18, con la intervención de estudiantes de todas las edades y bailarines, será el cierre con un flashmob creado por la coreógrafa Laura Roatta.

Schvartzman y Ruggeri dicen que hoy es un “feriado federal”, ya que habrá espectáculos, charlas y clases en decenas de localidades adheridas al Movimiento por la Ley, desde Puerto Iguazú hasta Ushuaia. “Siempre tuvimos como premisa la pluralidad: consideramos que el proyecto tiene que ser apoyado y defendido por todos los integrantes del Parlamento”, sostiene Ruggeri. “Lo presentamos por mesa de entradas como ‘particular’, porque de esa manera protegemos la diversidad a la cual pertenecemos. Luego de la presentación continúa un arduo trabajo con los legisladores, para poner en agenda el proyecto. No será fácil, ni rápido, pero tampoco imposible.”

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“Necesitamos la pluralidad: el proyecto debe ser apoyado y defendido por todos los integrantes del Parlamento.”
Imagen: Guadalupe Lombardo
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