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Martes, 7 de junio de 2011

MUSICA › DEBATE ENTRE TOMAS COOKMAN, TWEETY GONZáLEZ, RAFAEL ARCAUTE Y SEBASTIáN KRYS

En busca de mercados para los discos

Fue una charla que abordó la falta de interés en el exterior, el momento de la industria y la necesidad de autocríticas.

 Por Luis Paz

Parte de lo más contundente entre lo dicho y discutido el sábado en una de las charlas del primer Mercado de Industrias Culturales Argentinas (MICA) salió de boca del productor Rafael Arcaute: “Es importante mencionar que todo lo que pasó con la música en español se generó acá, en la Argentina. Pero es momento de cambiar el discurso de lo que es considerado popular aquí, porque es muy difícil comercializarlo afuera. Se siguen exportando los clásicos de siempre y no está mal, pero hay que hacer también un llamado de atención porque es extraño que nada nuevo interese en el mercado”, señaló el músico que maquilló discos de Luis Alberto Spinetta, Calle 13 y Andrés Calamaro, entre otros. Para el orgullo rockero argentino, basado en la idea de ser pioneros y de tener no sólo la avenida más larga del mundo, sino también la más ancha tradición de música moderna en español, es algo bastante duro, pero da de lleno en el eje de la charla: “Herramientas para la inserción de producciones discográficas argentinas en el mercado internacional”. Para exportar se precisan bienes, por supuesto. Pero bienes que sean necesarios fuera de este país.

De la charla participaron también el productor Tomas Cookman, titular del sello Nacional Records y de la productora-consultora Cookman International; el músico y productor argentino Tweety González y su colega Sebastián Krys, crédito local afincado en Los Angeles. Por eso, la riqueza de experiencias de los expositores abrió el juego para una serie de conversaciones algo alejadas de aquel eje, como la actualidad de la industria en un nivel mainstream, sobre lo que Krys opinó largamente: “No hay lugar en el mercado para tanta oferta, por lo que los grandes sellos viraron su negocio del arte al entretenimiento. Lo que les interesa es el espectáculo y deciden su catálogo en función de lo que más pueda vender, de lo que un espectáculo más grande pueda ofrecer. Ahora, la calidad de la música sólo es apreciada en los sellos pequeños. Si las grandes empresas siguen lanzando discos es porque el disco es lo que justifica que exista su estructura: los lanzamientos en CD son lo que justifica el sueldo de los empresarios, su forma de vida, la estructura de su sello. Un presidente de Sony Argentina me dijo, en un momento, que las compañías servían para robar. Es algo duro, pero que no me sorprendió”.

Según Cookman, en este contexto se debe reconsiderar y actualizar el concepto de negocio. “Vender mil discos puede ser un éxito comercial si estás con la cabeza abierta para generar otros negocios con eso, como ubicar tus canciones en un comercial o un programa de televisión, desarrollar tu merchandising, hacer tratos con sitios web. Nosotros, con Nacional Records (donde trabaja con Los Fabulosos Cadillacs, Bomba Estéreo y, recientemente, No Te Va Gustar), llegamos a un acuerdo con YouTube para cobrar un porcentaje por las publicidades que los sponsors de ese sitio ponen en las páginas de nuestros videos, que tienen muchas visitas. Hay que estar alerta para generar negocios creativos y nuevos”, instó. Y Arcaute intercedió para señalar que “todo eso sólo es posible con contenidos”, con hechos artísticos que lo justifiquen. Es claro: habla de música.

Eso, mencionó González, enfrenta a los artistas a una autocrítica necesaria: “Si tu música no funciona comercialmente, incluso entre tu público, tenés que preguntarte si en realidad sos tan capo como creés. Quizá no vendés discos porque no pasa nada con tu música. Que tus amigos y tu familia festejen tus canciones no significa que alguien vaya a querer comprarlas”. Y también dijo que la base es la misma desde que la industria nació, que los “clientes” no aparecerán solos: “Una de las primeras cosas que tenés que preguntarte a la hora de pensar un negocio es a cuántos les puede interesar. El caso de (el colectivo de percusión) La Bomba de Tiempo es paradigmático: si no hubiesen hecho un ciclo todos los lunes metiendo más de mil personas en un lugar impensado, como la Ciudad Cultural Konex, no habrían ido a tocar al interior. Primero necesitaron evaluar el interés del público en ellos”, aclaró, e invitó a hacerlo.

Una reflexión final de Krys sirvió de máxima para los presentes: “Si te considerás un músico que trabaja de un modo independiente, tenés que preguntarte qué tan independiente sos. No sólo de la industria mainstream, también de sus pautas. ¿Por qué vas a grabar un disco?, ¿porque tenés una obra de diez canciones o porque es lo que hace todo el mundo? ¿Por qué hacés canciones de no más de tres minutos y medio?, ¿porque las radios no pasan canciones más largas? Si las radios ya no existen... Liberate de todo y será entonces cuando hagas las cosas no por la inercia del marketing, sino porque estás aburrido del modelo y querés hacer algo diferente. Ahí aparecen las mejores ideas”.

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Imagen: Bernardino Avila
 
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