espectaculos

Martes, 26 de enero de 2016

MUSICA › BUENOS AIRES NEGRO REGRESARá A LOS ESCENARIOS EN EL CENTRO CULTURAL Y POPULAR BARVARIE

“Con este ciclo veremos cómo estamos”

Cuatro años después del fallecimiento de su líder, el cantor Peche Estévez, el grupo de música urbana se presentará todos los miércoles de verano, ahora con el trompetista y cantor Ricardo Culotta –miembro fundador– “tirando del carro”.

 Por Cristian Vitale

Mayo de 2005. Algún día. Peche Estévez está a punto de hacer su primera nota con Página/12. Se sienta en la mesa del bar que da a la ventana, mira hacia ambos costados, y saca un as de la manga: un petaca de whisky. “Es para cortar el té, vio”, sonríe, y se toma el brebaje de un par de sorbos. Al lado suyo estaba Ricardo Culotta, el trompetista que lo había ayudado a fundar el ríspido Buenos Aires Negro allá por 1997, y no recuerda mucho la situación. Sí que si no era whisky era ginebra. Que Peche estaba siempre bien provisto. “Era bravo Peche, che... ¡Que corazón enorme tenía, un corazón que explotaba de amor, de emoción! Una montaña rusa de emociones, se dijo alguna vez sobre él”, evoca Culotta hoy, a casi veinte años de la fundación del grupo, a dieciséis del disco debut (Turra vida), siete de Sol del Once, el segundo; y a cuatro años y medio de la muerte de aquel cantor y autor que dejó una áspera y rica estela artística para las nuevas músicas urbanas. “Lo que nos dejó básicamente Peche es una impronta musical, una manera de hacer música, de cantarle a Buenos Aires, a las cosas de acá, además de todo su arte, su pluma, su visión política”, dice Culotta.

La evocación no es mero recuerdo. Tampoco hay una reedición de discos que pudiera justificarla –en términos periodísticos, claro– y tampoco un aniversario. Hay, lisa y llanamente, un retorno de Buenos Aires Negro todos los miércoles del verano a las 21 en el Centro Cultural y Popular BarVarie, ubicado en Sarmiento 3632. “Como la energía que mueve ahora soy yo, a veces no tenía ganas de ponerme todo al hombro y empezar a empujar, así que por eso estuvimos parados, hasta este verano. Ahora sí me dieron ganas de empezar a agitar a la tropa”, explica el también cantor, acerca de un remozado BAN, que hoy forma con el mismo Culotta en trompeta y voz, Nicolás Estévez –hijo de Peche– en guitarra y voz, Pablo Manis en bandoneón; Santiago Cariboni en bajo, Coqui Carbonero en guitarra eléctrica y Juanpi Di Leone en flauta traversa. “Eso sí, no queremos ser las viudas de Peche”, sentencia el líder sobreviviente, sobre un ciclo que, a la gorra, al birrete o a la galera, también mostrará fileteado porteño en vivo, muestras fotográficas, body painting, performances con telas, parejas de baile y músicos invitados. “Estos tres años de parate, además de la muerte de Estévez, claro, implican que es difícil sostener una banda en la que no ganás plata, en la que es todo vocacional, en donde es todo por amor a la música, etc. Tener que sostener ensayos, combinar, llamar, y eso, quita un poco de ganas. Es bastante agotador, sobre todo cuando tenés otros laburos. El tema central es que antes con Peche tirábamos los dos juntos del carro, pero después era hacerlo solo y da fiaca, porque los músicos son como chicos”, se ríe Culotta, que conforma un dúo de música popular argentina junto al tucumano Leopoldo Deza, e integra la maravillosa orquesta Los Amigos del Chango.

–¿Cómo ponerle el pecho sin Peche, sería la cosa?

–Como dije antes, no queremos ser las viudas de Peche. Ahora nos estamos probando. Estamos haciendo este ciclo para ver cómo estamos... tenemos ganas de hacer temas nuevos, temas viejos, y ver cuál nos queda bien y cuál no, sin Peche. Bueno, esas cosas que son una mierda (risas). Estamos haciendo una autocrítica y enfocándonos en cosas nuevas.

–La tesitura estética de Buenos Aires Negro siempre fue ecléctica: jazz fusión, mucho tango y milonga, algo de rock. ¿Esto se mantiene en el nuevo enfoque del que habla?

–Aún no está definido eso. Por ahora, estamos pelando más temas viejos y nos estamos divirtiendo. Nos cagamos de risa abajo y arriba del escenario, y se verá qué pasa después de este ciclo. La idea es salir un poco de la temática mortuoria, porque es algo pesado, ¿no? Incluso hay temas de ese tipo que los hacemos más cortos, para que queden más livianos.

–¿El repertorio sigue siendo el de Sol del Once?

–También hay cosas del primer disco y un par de temas inéditos.

Otra idea es grabar un disco durante este año, tipo de transición, porque están esas cosas inéditas con Peche, que queremos grabar. Uno se llama “El Che” y del otro no me acuerdo el nombre (risas), pero sí la historia, la de un torturador que vivía en el barrio de Peche. La letra era el pensamiento de ese tipo que iba caminando por el barrio y era mirado con desprecio por la gente, aunque en el estribillo les dice a todos “¡pero yo los tuve en la parrilla!” Es tremendo. La idea es grabar un disco gris (porque blanco, para nosotros, no da) y uno negro, con canciones que no se tocan, esas que quedaron sin editar.

–¿Por qué presentan el ciclo como un “hermoso cambalache”?

–Porque invitamos a gente a que haga lo suyo. Ya van dos miércoles de escenario abierto, con actrices, músicos, artistas plásticos, muestras fotográficas... La cosa es pasarla bien, recuperar el gusto por tocar temas viejos, e ir probando los temas nuevos.

Compartir: 

Twitter

“No queremos ser las viudas de Peche”, sentencia Culotta, ahora líder de Buenos Aires Negro.
Imagen: Leandro Teysseire
 
CULTURA Y ESPECTáCULOS
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.