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Jueves, 3 de mayo de 2007

CINE › “EL HOMBRE ARAÑA 3”, DIRIGIDA POR SAM RAIMI

Una superpoblación de villanos

 Por Horacio Bernades

Peter Parker siempre tuvo problemas con su uniforme. Primero se lo tuvo que coser a mano, para salir a purificar Nueva York de la lacra de ladrones, asesinos y maleantes que la ronda por las noches. Después, el traje llegó a molestarle tanto que hasta se lo sacó en público, en medio de un ascensor, algo estrictamente prohibido por el Reglamento del Superhéroe en Spándex. Ahora, para convertirse en vengador de su amado tío, se saca el que tenía y lo hizo famoso –ese rojo que se consigue en cualquier casa de disfraces– para calzarse uno todo negro. Que no sólo inspira temor por su funesto color, sino por el terrible material con el que está hecho, y cuyo origen será mejor no develar por ahora. Baste decir que es tan siniestro que hasta uno de los supervillanos que combaten a Spiderman termina poniéndose un traje igual.

Estrenándose en Buenos Aires un día antes que en Estados Unidos, con Sam Raimi siempre a cargo de la dirección (y coescribiendo el guión), la tercera parte de El hombre araña reelabora los temas que las anteriores habían desplegado y que vienen directamente de la historieta original de Stan Lee. En plenos preparativos de casamiento con su novia de toda la vida (Mary Jane, siempre interpretada por esa reina adolescente llamada Kirsten Dunst), Peter Parker (Tobey Maguire) sobrelleva como puede su proverbial esquizofrenia. Disfruta de la condición de ídolo popular que su personaje le provee, sigue trabajando como fotógrafo en el diario El Clarín (sí, eso es lo que quiere decir The Bugle) y progresa en sus estudios de Física. Pero dos seres simétricos lo llamarán de nuevo a la guerra. Uno es su ex compañero de estudios, el ricachón Harry Osborn (James Franco), que, dispuesto a vengar la muerte de su padre, se convertirá él también en archivillano enmascarado, poniéndose un nombre no muy original: Nuevo Goblin. La dupla vengador-vengado se invierte en el caso de Flint Marko (Thomas Haden Church), que sería el verdadero asesino de Ben Parker, amado tío de Peter, y que mueve a éste a salir de su semiostracismo y luchar otra vez por la Verdad, la Justicia y la Vendetta Familiar.

Pero sucede que –por culpa de un experimento fallido, como corresponde en estos casos– Marko se ha convertido en Hombre de Arena. En Sandman, para decirlo en términos estrictamente historietísticos. O sea que ya hay dos villanos. ¿Dos? No, tres, porque un poco más adelante cierto fotógrafo venenoso, que quiere quitarle a Peter su condición de mimado en el diario (Topher Grace, de la serie That 70’s Show) devendrá Venom, enmascarado dueño de una dentadura que hace honor a su apodo. ¿Tres, entonces? No, dos, porque cuando aparece Venom, Nuevo Goblin ya abdicó, convencido de que Peter Parker lo quiere bien. Típico efecto de agrandamiento de las secuelas, no sólo proliferan villanos en El hombre araña 3, sino varios personajes secundarios, que se agregan a los que vienen de antes. Básicamente, una linda compañerita de estudios que pondrá celosa a Mary Jane (Bryce Dallas Howard, la sirena de La dama del agua) y su papá-jefe de policía (el australiano James Cromwell).

Si a la hora de los némesis la multiplicación funciona como división (ninguno llega a tener entidad suficiente, aunque el trágico y torturado Sandman es claramente el más interesante), en el caso de los secundarios, los nuevos son mero relleno. Más preocupante todavía es que a la misma condición hayan quedado reducidos personajes de las anteriores, empezando por el genial director de diario encarnado por J. K. Simmons, que tiene dos o tres bocadillos y eso es todo. El efecto de empalidecimiento es general e incluye a Mary Jane, cuyo papel resulta aquí notoriamente más plano y decorativo que en las anteriores. Con un mayor desarrollo se ha visto favorecida la tía de Peter y eso tampoco es bueno, porque funciona como conciencia moral de un Hombre Araña que crece cuanto más se ennegrece. Y se ennegrece gracias a cierta sustancia caída del espacio, que da lugar a que Raimi parafrasee una de sus mayores fuentes creativas: el cine de ciencia ficción de los ’50.

Si se suma al debe que los combates aéreos entre Spiderman y sus rivales lucen más digitalizados y más confusos y al haber el sentido del humor –que rinde como nunca cuando Peter, para volverse “malo”, se peina con flequillo y baila por la calle, como Travolta al comienzo de Fiebre de sábado a la noche–, el balance de El hombre araña 3 termina dando entre “insuficiente” y “aprobado con lo justo”, según se vea el vaso medio vacío o medio lleno. Habrá que ver qué pasa la próxima vez, cuando Peter Parker se vea obligado a conciliar vida matrimonial y su inevitable, trágica, fidelidad al rol de paladín.

6-EL HOMBRE ARAÑA 3

(Spiderman 3) EE.UU., 200

Dirección: Sam Raimi.

Guión: Sam Raimi, Ivan Raimi y Alvin Sargent.

Fotografía: Bill Pope.

Intérpretes: Tobey Maguire, Kirsten Dunst, James Franco, Thomas Haden Church, Topher Grace, Bryce Dallas Howard y Rosemary Harris.

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Spiderman estrena villanos, personajes secundarios y traje.
 
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