Por Rodrigo Lara Serrano *

Es verdad que los chilenos ahora se bancan que una mujer sea presidenta, pero también que Michelle Bachelet va a tener que andar dando examen semana por medio en los primeros meses. Ahora, en campaña, circulan mails que dicen abiertamente que, por su condición femenina, va a ser más fácil que la abusen peruanos y bolivianos en situaciones de crisis diplomáticas. ¿No es patético que una canciller, ministra o presidente tengan que ser “de hierro” para obtener respeto? En un político hombre y en ser “de hierro” sería un defecto casi inhabilitante.

Además, a Bachelet le han dicho desde “gorda” (el ministro de Hacienda del mismo gobierno) hasta incapaz, inoperante y mala funcionaria. La ironía del asunto es que, aunque muchos pueden no estar de acuerdo con sus políticas o ideas, es indudable que se trata de una persona entregada en grado máximo a sus trabajos. Si fuera un hombre no se le exigiría tanto.

* Periodista chileno y corresponsal de El Mercurio en Argentina.