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Jueves, 7 de febrero de 2002

EL DISCO HOMENAJE A JEFFREY LEE PIERCE, LEYENDA PUNK

Tributo al hombre sin suerte

Lideró The Gun Club, una banda californiana de las buenas de la escena punk de los ochenta, y llevó en vida una singular existencia. Así murió, también. Es el rocker favorito de Sergio Rotman, que soñó con integrarlo al primer disco de Cienfuegos, y que seis años después pudo concretar un disco homenaje que estará, en breve, disponible en Internet.

 Por Martín Pérez

Seis años atrás, Sergio Rotman –por entonces aún compositor y saxofonista en ejercicio de Los Fabulosos Cadillacs– pasaba la vida en Puerto Rico. Tenía con él las cintas del aún inédito álbum debut de Cienfuegos, que se editaría recién a fines de ese año en Buenos Aires, y esperaba un llamado telefónico para volar a Los Angeles a concretar uno de sus sueños. Después de doce años de fanatismo, Rotman estaba a la espera de un llamado de Tomás Cookman (manager de Los Cadillacs en Estados Unidos) para viajar a grabar con Jeffrey Lee Pierce, su rocker de culto preferido, el líder de una banda llamada The Gun Club. La oficina de Cookman había ultimado todos los detalles con los representantes de Pierce, y sólo esperaban que el cantante, guitarrista y compositor oriundo de Los Angeles retornase a su ciudad luego de visitar a su padre en Salt Lake City, para concretar el encuentro. A las ocho de la mañana del 1º de abril de 1996, según recuerda Rotman con precisión, un llamado telefónico lo despertó en Puerto Rico. Era Cookman desde Los Angeles, pero no con la noticia esperada. Acababa de enterarse que Pierce nunca llegaría a Los Angeles: el diario informaba que había fallecido el día anterior, en Salt Lake City, a los 37 años. “Estuve tan cerca de lograrlo”, se lamenta aún hoy Rotman, con la primera copia de El Fuego del Amor –su homenaje personal a Jeffrey Lee Pierce y The Gun Club, terminado casi seis años después de aquel encuentro fallido— entre sus manos.
Nacido en El Monte, California, el 27 de junio de 1958, Jeffrey Lee Pierce es uno de los personajes más oscuros de la escena punk de Los Angeles de la década del ochenta. Fanático de Blondie al punto de ser el presidente de su fan club, hacia fines de la década del setenta Pierce escribía con pasión sobre el blues de los años treinta, el rockabilly de los cincuenta y el reggae jamaiquino en una revista llamada Slash, que luego devino sello discográfico. Pero un encuentro en un recital de Pere Ubu con un tal Brian Tristan, a la sazón presidente del fan club de los Ramones de la zona oeste de Los Angeles, fue la génesis de su propia banda. Luego conocido como Kid Congo Powers, Tristan abandonó aquella primera formación de The Gun Club –que debutó discográficamente en 1981 con un álbum que muchos consideran el mejor de su carrera, Fire of Love– para irse a militar en The Cramps, pero volvió al lado de Pierce para grabar en el tercer disco de la banda, The Las Vegas Story (1984). “Yo conocí a The Gun Club con ese disco, porque por entonces era fan de The Cramps, y ahí tocaba uno de sus integrantes, Kid Congo Powers”, recuerda Rotman, que por entonces apenas si era uno de los protagonistas de una reducida escena post-punk porteña. “Mira si seríamos pocos que por entonces ni siquiera teníamos un grupo al que seguir, porque aún no habían aparecido Los Pillos”, cuenta Sergio, que se reunía con Gamexane (luego guitarrista de Todos Tus Muertos) y Pablo Carmona (futuro líder de Casanovas) a escuchar vinilos en la casa de un personaje de la época, llamado Federico González Moreno. “Federico fue el que me hizo escuchar The Las Vegas Story en su departamento de Riobamba y Juncal”, recuerda Sergio. “Su familia tenía mucho dinero, y me acuerdo que en el piso de abajo vivía Alsogaray. Solíamos escuchar sus discos de The Gun Club o The Birthday Party a todo volumen, saltando desaforadamente, haciéndole pogo en el piso de arriba, a propósito.”
Convertido en mito en Francia y casi un desconocido en Estados Unidos -al que apenas si homenajearon luego de su muerte Mark Lanegan versionando sus temas y Henry Rollins reeditando sus discos–, la carrera de Pierce y su The Gun Club es bastante irregular, desviándose durante la segunda mitad de los ochenta y comienzos de los noventa en proyectos solistas y varias formaciones del grupo, que grabó muchos de sus discos para sellos independientes europeos. Integrante de la banda de Nick Cave circa The Good Son (1990), Kid Congo Powers volvió varias veces a ponerse al lado de su amigo Pierce, en esa búsqueda extraña que se inició con la idea de hacer con el blues lo que The Cramps hicieron con el rockabilly. Es decir:homenajearlo y ponerlo al día, pero sin un ápice de respeto funerario. “Lo que a mí siempre me atrajo de Pierce fueron sus buenas canciones. Y su poesía rocker, que pone siempre primero al rock”, confiesa Rotman. “Pero lo que más me impacta en él es su intensidad, que sólo puedo comparar con la de Ian Curtis, el cantante de Joy Division.” Alguna vez Pierce dijo que los franceses lo veneraron hasta que se dieron cuenta que no moriría trágicamente. Y que a partir de entonces fue sólo un “poseur” para ellos. O sea, un tipo en pose. “Mirá, creo que no hay un rocker anglosajón con más mala suerte que Pierce”, asegura Rotman. “Fue un tipo con una vida muy sufrida, que ni siquiera tuvo la ‘suerte’ de tener una muerte trágica como la de Curtis. El único rocker de su generación con peor suerte que él fue Darby Crash, el cantante de The Germs, que preparó su suicidio por sobredosis de heroína muy cuidadosamente. Armó toda una escenografía con velas para que los policías descubriesen su cadáver. Pero la noticia de su muerte pasó totalmente desapercibida porque ese mismo día asesinaron a John Lennon.”
La idea de este homenaje, dice Rotman, recién se le apareció dos años atrás, cuando grabó un tema junto a Mimi, Martín Aloé, Potenzoni y Gamexane para un proyecto italiano con el que se conectó vía internet. “Ahí me picó el bichito”, confiesa. “Aquel proyecto se postergó, y yo esperé dos años con mi tema grabado. Y entonces me decidí a hacerle mi propio homenaje.” El flamante El fuego del amor es un proyecto firmado por “Sergio Rotman y amigos”, en el que participan músicos de Los Muertos, Cienfuegos y Mimí Maura, además del agregado de Ariel Minimal. El disco se venderá en un futuro cercano en los shows de Mimí Maura, pero antes de eso estará disponible de forma gratuita a través de Internet, en el site www.elfuegodelamor.com.ar. “No quiero hacer plata con este proyecto”, asegura su impulsor. “Sólo ansío llegar a quienes supieron disfrutar de la música de Pierce, y por eso no adapté los temas al castellano. Eso es algo que dejo para un segundo volumen”, anticipa Rotman.

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