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Domingo, 26 de enero de 2003

VALE DECIR

VALE DECIR

MARGAARITAS A LOS PADRES

En tiempos no muy lejanos pero definitivamente arcaicos, solía referirse el acto sexual mediante la eufemística y muy poco feliz expresión de “hacer la chanchada”. Ocurre que, por estos días, las autoridades de algunas zonas rurales de Noruega han involuntariamente desempolvado, con perdón de la palabra, dicha expresión, reasignándole aquel viejo uso en versión corregida y aumentada. La cuestión es así: una de las mayores preocupaciones de la región de Sjoa tiene que ver con la actual depresión demográfica que la afecta, y que sus representantes esperan poder revertir mediante un premio estímulo a la familia numerosa. Knut Granli, el hombre detrás de la iniciativa, opinó que “las bajas temperaturas y el alto costo de la electricidad deberían constituir todo un incentivo para comenzar a aumentar la producción en la cama”. Pero, consciente de que tamaño argumento será no obstante insuficiente, prometió que quienes hayan fabricado más bebés para fin de año recibirán los siguientes premios: por un hijo, algo más del equivalente a cien dólares en regalos, y medio cerdo. Cualquiera que consiga gemelos, se hará del premio mayor: un cerdo entero. Lo cual, como retribución, no está del todo mal, y a la vez no deja de ser una verdadera porquería.


MACHO MAN

¡Igualdad de derechos y a quemar calzoncillos a la plaza! Algo por el estilo parece ser la consigna de NMM, Primer Movimiento Nacional de Masculinistas de la República Checa, que ha anunciado, en los últimos días, su firme decisión de combatir a “las mujeres histéricas” y la “funesta erosión de los derechos masculinos”. En su discurso de presentación oficial, los muchachos no dudaron en calificar a las mujeres de “frías, histéricas y traicioneras, en comparación con los hombres”. El fundador del movimiento, un tal Karel Petr, le dijo al periódico local Mlada Fronta Dnes que “es cierto que las mujeres, en relación con los hombres, han tenido, globalmente, salarios más bajos, y que algunas son discriminadas en sus trabajos e incluso en la sociedad”. Pero toda su voluntad de comprensión se hizo humo a continuación, al agregar que “no obstante, la verdad es que, a diferencia de los hombres, las mujeres, en la vida social y en el trabajo, son mucho más traidoras, frías e histéricas”. El movimiento promete concentrarse en la misión de proteger a los hombres de la tortura, la violencia sexual y la pérdida de sus derechos como padres, y que “de ninguna manera se transformará en otro partido político sin sentido”. Tal vez, eso sí, saquen un disco y se fotografíen vestidos de obreros, indios y policías, pero eso ya es otra historia.


ROPA LIMPIA, NEGOCIOS SUCIOS

Algo huele a mal lavado en el fundamentalismo islámico: según un cable que recorrió el mundo esta semana, los “líderes espirituales de Egipto” estarían llevando adelante una campaña para boicotear el jabón de la ropa marca Ariel, dado que están convencidos de que su nombre homenajea nada menos que a Ariel Sharon y que en su logo se incluye un dibujo sospechosamente parecido a la Estrella de David. Que se sepa: el conflicto de Medio Oriente no pasó el desafío de la blancura.

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