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Domingo, 18 de septiembre de 2011

>EL PROYECTO DE JUAN JOSé CAMPANELLA QUE NO PUEDE SER

Cultura para nadie

Cuando El secreto de sus ojos ya había sumado más de dos millones de espectadores en los cines y de pronto se la empezó a conseguir en el mercado ilegal de DVD, su director Juan José Campanella se manifestó indignado por la inacción del Gobierno respecto de la piratería. Dos meses atrás le contaba a Radar que desde la Academia de Cine, que él mismo preside, se encontraban trabajando en la implementación de un sistema que no apuntaba ya a la persecución individual de los usuarios de Internet que suben o descargan películas, sino que por el contrario intentaba adaptarse a lo que ya probó ser un cambio estructural inevitable, con el objetivo de ofrecer una alternativa legal y económicamente sustentable a la piratería. El sistema todavía no estaba listo; se encontraba en una fase de prueba: “Estamos tratando de solucionar problemas técnicos, viendo cómo puede hacer un portal para alojar 500 películas, a qué velocidad pueden bajar, si se pueden dar en HD (alta definición)”, contaba Campanella. “Obviamente la de Internet es una revolución como la de la imprenta, y cuando un trabajo se torna irrelevante hay que dejarlo de lado: la obra Mateo, de Discépolo, lo pinta perfecto: cuando salieron los coches, el sulky se quedó sin trabajo. Las que se van a quedar sin trabajo con Internet son las vías usuales de comunicación y comercialización. Es cierto que no puede ser que un DVD cueste 30 pesos, y no puede ser lo que cuestan los libros acá, pero el autor tiene que poder vivir de ese trabajo, no por egoísmo o angurria, sino por supervivencia. Si nadie puede vivir de su trabajo autoral, toda nuestra cultura se va a convertir en una cultura de hobbystas de fin de semana. Creer que Internet elimina el derecho de autor por su mera existencia es absurdo. Lo que puede hacer Internet es despojar a un producto de todo costo agregado de la cadena de distribución, permitiendo que se cobre sólo el pequeño porcentaje del precio que de verdad llega al autor, para hacerlo más accesible al público y que el autor pueda vivir de eso. No lo digo por mí: a pesar de toda la piratería, El secreto de sus ojos vendió 160 mil DVD. Los que más se perjudican son los más chicos, los que menos herramientas tienen. Así como están las cosas, lo de cultura gratis para todos es una falacia que nos va a dejar con cultura para nadie.”

El proyecto sonaba prometedor, en parte por la eventual posibilidad de que por esta vía entraran en circulación unas cuantas producciones argentinas con dificultades para encontrar distribución, así como por la potencial disponibilidad de clásicos y films olvidados. Pero, cuenta hoy el creador de El hombre de tu vida, el desarrollo de este sistema quedó por ahora interrumpido. “La idea era hacer un sitio de venta de cine argentino a un precio muy económico, en el que quedara todo para los productores. Pensábamos que eliminando a los intermediarios, se podía reducir drásticamente el precio de venta de una película, quedándoles a los autores lo mismo que reciben ahora de un DVD, pero a un precio de venta de no más de 7 pesos por película. Técnicamente habíamos llegado a encontrar la manera de descargar películas en HD por ese precio. Habíamos efectuado ‘plataformas testigo’ en donde descargábamos nuestras propias películas, para ver la calidad, modo de compresión, etcétera”, dice Campanella. “Lamentablemente, nos encontramos con un escollo enorme: la presión impositiva. Entre el IVA, ganancias, porcentaje del Incaa y otros impuestos, el precio llegaba a un nivel en el que ya no servía como lucha contra la piratería. Insisto en que la idea era un sitio sin fines de lucro, como es la Academia, por lo que no había ningún porcentaje de intermediario. La intención de la Academia (y un sueño personal mío) es poder ir directo del autor al espectador.”

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