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Domingo, 4 de diciembre de 2005

DEPORTES › CENTRAL EMPATO EN UN PARTIDO INTRASCENDENTE

Una noche con sabor a nada

Apenas los goles salvaron el encuentro de un equipo que quiso
más, como Estudiantes, frente a uno que aun arrastra los jirones
de una campaña mala. Como dato negativo, la dura lesión de Papa.

 Por Alejo Diz

1 CENTRAL: Ojeda (7); Moreira (5), Raldes (6), Fassi (6), Rivarola (6); Diego Villagra (5), Calgaro (5), Vecchio (5), Papa (5); Vitti (4), Ruben (4). DT: Angel Zof.

1 ESTUDIANTES: Herrera (6); Araujo (5), Ortiz (6), Alayes (5), Cáceres (5); Braña (5), Bastía (6), Cardozo (6); Sosa (7); Carrusca (5); Senger (6). DT: Jorge Burruchaga.

Goles: PT: 39m Ortiz (E) y 41m Rivarola (C).

Cambios: ST: 25m Arano por Cáceres (E) y Alemanno por Diego Villagra (C), 31m Guerrero por Sosa (E) y Moya por Papa (C), 34m Ledesma por Calgaro (C) y 42m Melendez por Carrusca (E).

Arbitro: Alejandro Toia.

Cancha: Central

Fue un partido de gusto insulso y donde el desprecio a la pelota se reflejó en las dos camisetas. Quizás uno --Estudiantes-- intentó algo más, hasta que a 15 minutos del final su entrenador no dudó en proteger el punto. Tras los 90 minutos, lo único a destacar fueron los dos goles que se señalaron. Uno cayó maduro tras la ejecución de una pelota parada, el otro fue más espontáneo, porque surgió de un zapatazo y entregó la foto del arquero volando al palo opuesto sin chances. Esos instantes fueron lo más interesantes que dejaron Central y Estudiantes.

Salió un partido de mal juego. Como tantos de los que acostumbra entregar el fútbol argentino. En ese marco, se vio a un Central con problemas --los mismos que lo tienen en el tercio inferior de la tabla-- para jugar buen fútbol en terreno rival y a un Estudiantes que, por el contrario, careció de audacia para consolidar en equipo las buenos intenciones de Sosa y Carrusca.

La pelota no tuvo dominador. Pasaba de un lado al otro sin recibir buen trato. Y mientras rebotaba en los pies de los jugadores, el encuentro se hizo más friccionado y las jugadas violentas se sucedieron ante la complicidad de un árbitro (Alejandro Toia) que jugó tan mal de como lo hicieron los equipos.

Central llevó peligro en las oportunidades que Rivarola se entregó el juego ofensivo. El resto no aportó. Porque Vecchio y Vitti tocaron siempre para el costado, perdieron mucho y chocaron más. En Estudiantes hubo algunas cosas distintas. Porque Sosa se animó, a veces, a romper el libreto de Burrucha. Así fue como Senger lo tuvo con un cabezazo frente al arco que se fue desviado y Ortiz llegó al gol, tras un tiro libre ejecutado por Carrusca donde sacó una palomita que dejó sin chances a Ojeda.

El local sólo había llegado con un cabezazo de Papa que ni siquiera fue al arco. Pero a dos minutos del gol pincharrata Rivarola, con su zurda, hizo todo aquello que el equipo no podía: generar una situación de gol. Pirulo, cerca del lateral, sacó un zurdazo que no tuvo mucha potencia pero que sorprendió a Herrera y la pelota se metió por el segundo palo.

Las emociones de los goles fueron las únicas del encuentro. Es que los canallas jamás lograron sintonizar alguna acción de equipo. En verdad hubo una en la que Herrera contiene un tiro de Papa y en el rebote le gana el mano a mano a Rivarola. Estudiantes, por el contrario, no se animó. Tenía a un Sosa veloz y desequilibrante. Pero a su lado tenía sólo a Senger y a veces a Carrusca. Esa falta de decisión alejó a los platenses del triunfo. Aunque en verdad los visitantes renunciaron a la victoria a falta de un cuarto de hora cuando Burruchaga sacó a Sosa. Don Angel, por el contrario, metió cambios con otros fines. Las movidas nada modificaron.

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Pirulo Rivarola, con un soberbio tiro libre, fue el autor del empate en Arroyito. El técnico Zof ya piensa en el 2006, luego de un torneo donde Central navegó por el fondo.
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