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Lunes, 6 de marzo de 2006

CULTURA / ESPECTáCULOS › LA OPRESIVA VIDA DEL SUJETO EN "LA CORPORACION"

Costa Gavras te despierta

El genial realizador vuelve a reivindicar el cine que interroga
a la sociedad, en este caso con un film que dibuja un alegato
sobre la paranoia respecto del temor de perder el trabajo

 Por Emilio A. Bellon

"La Corporación"("Le couperet").

Francia - Bélgica - España, 2005.

Dirección: Costa Gavras.

Guión: Costa Gavras y Jean Claude Grumberg, sobre la novela de Donald Westlake "The Ax".

Fotografía: Patrick Blossier.

Música: Armand Amar.

Intérpretes: José García, Karin Virad, Ulrich Tukur, Olivier Gourmet.

Duración: 122 minutos. Distribuye Alfa.

Salas: Monumental, Del Siglo y Village.

Puntos: 9 (nueve).

Fue a fines de los años 60 cuando el nombre de Constantin Costa Gavras adquirió resonancia internacional a partir del perseguido, censurado y prohibido film "Z"; obra, que por otra parte, en aquellos años y en ciertos breves períodos democráticos obligaba al público a escuchar por boca de los encargados "no hay más localidades". Nacido en Grecia, en la ciudad de Arkadie, exiliado político en la época dictatorial, su obra siempre fue un llamado de alerta a partir de representar los grandes temas sociopolíticos de su tiempo. Y algunos de sus títulos, sólo se conocieron en países latinoamericanos en salas de cine club, de arte o bien se vieron clandestinamente.

Asistente de realizadores de la talla de René Clair, Henri Verneuil, Marcel Ophuls, Jacques Demy, entre otros, Costa Gavras nos lleva a repensar el lugar del cine como una expresión que interroga a ciertos aspectos de la realidad. Así, en su extensa filmografía, que afortunadamente se pueden encontrar en ciertos video﷓clubs, podemos seguir de cerca conductas de la sociedad de nuestro tiempo, tales como los golpes de estado, la presencia de grupos fundamentalistas que intentan revivir el Ku Klux Klan, los secuestros de personas, las listas negras y las torturas, el dilema ético ante una situación de horror, las relaciones entre la iglesia y el nazismo, como lo certifica su tan polémico film de 2002, "Amén". Igualmente, mira hacia otras propuestas, y de estos títulos que se recortan más en el orden de la vida íntima de los sujetos, recomendamos su film del 79, "Claro de mujer" con Romy Schneider e Ives Montand, en los roles principales.

Los párrafos anteriores nos ubican a Costa Gavras, en el hoy tan liquidado renglón de los realizadores que mantienen una gran coherencia, que se definían entonces de acuerdo con la máxima sartreana como comprometidos. Y sí podemos señalar que aún en sus films demarcados voluntariamente de los condicionamientos del poder, siempre están presentes las grandes tensiones de una época. Ahora, en "La Corporación", film que es España se conoció en noviembre del 2005 como "Arcadia" (nombre que remite a una gran empresa papelera de peso internacional) apuesta a un thriller, despierta un sentido tragicómico, dibuja un alegato sobre la paranoia respecto del temor de perder un espacio en la oferta laboral; subraya el dolor y la angustia de quien, en su desborde, ya confunde los reclamos individuales con los derechos ajenos.

Con la presencia del actor gallego José García, (en un rol cercano al de Daniel Auteil en "El adversario"), el film de Costa Gavras nos presenta a un Bruno Davert, que se verá perseguido, en su condición de nuevo desocupado y serán los permanentes fantasmas en torno a ir perdiendo su status, lo que lo llevan a diseñar un macabro plan. Al tener como bandera de remate de su propia existencia la figura de la competitividad, irá desde su conducta de personaje de todos los días, transitando un periplo que le irá marcando su propia desesperación. Con su rostro, que por momentos nos recuerda a Jack Lemmon, se irá abriendo paso con su conducta cínica y al mismo tiempo torpe entre los variados currículums que destacan cinco expedientes.

En "La corporación" todo funciona en espacios de una presión contenida a partir de simulaciones y coartadas, de sobresaltos que no llegan a ser tales, de encuentros que deparan lo inesperado. Film de profunda reflexión, teñido de un humor que espanta, esta obra del siempre admirable Costa Gavras hace suyo uno de los grandes temas de nuestro tiempo. Y es el que intenta rebajar a un sujeto a un desecho dentro de los planes de las grandes empresas. Desde aquí, el director de "Missing-desaparecido", sobre la gran tragedia latinoamericana, levanta su mirada, abre bien los ojos, sobre aquellos comportamientos, que el mismo sistema obliga a repetir, y que desocultan la extraña y perversa ambigüedad que los rituales sociales, a veces, esconden.

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El protagonista de "La Corporación" se verá perseguido, en su condición de nuevo desocupado. El film funciona en espacios de una presión contenida a partir de simulaciones y coartadas.
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