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Miércoles, 15 de enero de 2014

CULTURA / ESPECTáCULOS › SEGUNDO LIBRO DE CUENTOS Y PREMIO PROVINCIAL "ALCIDES GRECA".

La narrativa femenina de Marta Ortiz

La autora es licenciada en Letras por la Universidad Nacional de Rosario y dirige la Colección Narrativas Contemporáneas junto a Gloria Lenardón.
Sus personajes exploran lo imaginario donde alguien enfrenta al poder del tener desde la autoridad del ser.

 Por Beatriz Vignoli

El segundo libro de cuentos de Marta Ortiz, Colección de arena (Editorial Fundación Ross, Rosario, 2013) fue publicado el año pasado en la Colección Narrativas Contemporáneas que Ortiz dirige con Gloria Lenardón. Había sido escrito unos años antes y obtuvo la primera mención en el Premio Provincial de Narrativa "Alcides Greca 2007". El jurado estuvo integrado por Hebe Uhart (Buenos Aires), Sonnia De Monte (Mendoza) y Graciela Pacer (Entre Ríos). "En ese tiempo no se editaban las menciones como ahora, tuvo que esperar a encontrar otra forma de mecenazgo, aunque contó (contaron, los tres libros que editamos) con el apoyo de la Secretaría de Cultura de la Provincia", cuenta la autora, licenciada en Letras por la Universidad Nacional de Rosario. (Se refiere además a Shopping, novela de Gloria Lenardón, y La prueba viviente, novela de Patricia Suárez). Marta Ortiz ha editado también un libro de poemas, Diario de la plaza y otros desvíos (El Mono Armado, Buenos Aires, 2009). En narrativa, su trabajo de orfebre con la palabra se refleja en una prosa poética que viste lo narrado, lo engalana y le da una suntuosa carnadura. Su eufónico lenguaje logra evocar todo un mundo con un término como "minifalda piel de durazno".

"Siempre creí que más que tenerla, mi literatura era una mirada de mujer", dijo Marta Ortiz a Fernanda González Cortiñas en 2006, al presentar su primer libro de cuentos: El vuelo de la noche. Publicada por la Editorial Universidad de Puerto Rico, aquella compilación de cuentos de la década del 90 obtuvo el Premio "Emilio Díaz Valcárcel" en la Bienal Internacional de Literatura de Puerto Rico del año 2000.

La de Marta Ortiz es una escritura intensa y agónicamente femenina, en el cabal sentido de agón: combate, lid. La psicología de sus personajes explora el ruedo de lo imaginario donde alguien enfrenta al poder del tener desde la autoridad del ser. De este lado del ring: esta mujer, la verdadera mujer, un sujeto subalterno y sufrido que calla sus verdaderos sentimientos mientras padece la opresión de tener que vivir para complacer (pero la venganza será terrible, aunque también será secreta). También puede ser un varón, obsesionado y obsesivo, como el narrador de "Muñecas" o el turista enamorado de Belinda Wong en "Vigilia con estrellas". Y del otro lado del ring se encuentra la femme, esa que no existe según Lacan y que mal se traduce como "la mujer". Porque la femme no es la mujer; es la otra mujer, es "esa" mujer; es la mina ideal, la muñeca Barbie, la flaca, la viajada, y en su peor y más insoportable expresión: la diva.

Las femmes, en varios de estos 23 cuentos de Ortiz, sufren. Merecidamente (por vanas, por ilusas, por creerse ganadoras) sufren. Aunque el castigo (como en ese minucioso fresco de la femineidad contemporánea que es el cuento "Cumpleaños") no pase de la infidelidad sospechada en una fiesta (y narrada con una sutileza como la de Katherine Mansfield en Bliss). Hay algo de la Justine de Sade en esto. Hay algo de El Bosco en estos infiernos internos, algo de dantesca justicia jacobina a lo Danton: el último peinado de María Antonieta rodando en la cesta al pie de la guillotina. Las mujeres verdaderas también sufren aquí pero su sufrimiento es injusto. Y estos personajes de femmes en desgracia son tan vívidos que a algunos cuesta resistir la tentación de buscarlos en Google. Esta cronista puso "Belinda Wong" en el buscador y se encontró con que así se llama la directora general de Starbucks China. Habrá recorrido un largo camino la muchacha"

Otro ángel caído inolvidable que construye Ortiz es Betiris, la estrella ascendida desde el fango y venida a menos desde las alturas de un reconocible Teatro El Círculo, descrito á la Proust, en "Telón": "Cientos de tulipas ámbar subrayan la línea semicircular de los siete pisos que sostienen los palcos, la tertulia y también el paraíso" las carteras abren y cierran broches de strass, de carey, de azabache". En la vida de Betiris (nombrada así por el padre a partir de sus dos nombres, Beatriz Iris) hay dos mujeres verdaderas que la crean pigmaliónicamente y la destruyen a su antojo: la madre y la asistenta. Ortiz la construye a partir de detalles, plumas de pavo real que le serán arrancadas por el tiempo cruel en un sádico festín para la Schadenfreude del lector que la considere antagonista; si bien, contra las buenas intenciones moralizantes de la autora, Betiris convoca a la identificación, igual que aquella prima lejana suya: Blanche Dubois (la heroína del drama de Tennessee Williams Un tranvía llamado deseo).

Las mujeres en los cuentos de Marta Ortiz son seres compuestos, no sólo de cuerpo y alma sino de zapatos y ropa, fetiches que encarnan el espíritu del tiempo. La fina mirada femenina de Ortiz lanza contra la gran Historia las preguntas de la pequeña historia. Ante las mujeres desaparecidas por la dictadura, se pregunta qué pasó con sus zapatos. Esa mirada que es su literatura trabaja como la de una directora de arte, rescatando detalles, como la moda de los zapatos blancos con tiritas de los años setenta: "los zapatos blancos arrojados al fondo de una bolsa con la minifalda y la camisola hindú".

Desde 2003 Ortiz coordina un taller literario y desde 2007 lleva adelante el blog Vuelo de noche (http://marta﷓ortiz.blogspot.com.ar/).

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La Ortiz es una escritura intensa y femenina desde lo combativo.
 
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