Cuando Liliana Herrero habla de memoria y tradición es fundamental comprender que no hay allí una exaltación de la nostalgia sino un punto de partida para repensar presente y futuro. La memoria en movimiento, la tradición como motor. La memoria, la música, como hechos artísticos, políticos. Aún cuando es la notable cantante entrerriana la que, en diálogo con Rosario/12 con motivo de la presentación del flamante Imposible, aclara: "Sinceramente quería hacer un disco austero y memorioso. Pero no es que lo hice pensando en los tiempos que corren, porque en realidad hace un año y medio que estoy trabajando en Imposible. Así que, más bien, encuentro en este disco una especie de premonición de que vendrían tiempos oscuros para la Argentina, para cada uno de nosotros. Mirándolo desde lejos, desde el presente, era como que necesitaba más urgencia que otras veces por regresar a una memoria que está muy presente".

Con una formación delicada, camarística, que la reúne nuevamente con Pedro Rossi en guitarra de siete cuerdas, Ariel Naón en contrabajo, Mario Gusso en percusión y Martín Pantyrer en clarinete bajo, Herrero interpreta obras del Cuchi Leguizamón ("Lavanderas de Río Chico" y "Chaya de la albahaca", con Tejada Gómez), Franco Páez ("Imposible"), Atahualpa Yupanqui ("Luna Tucumana" y "Chacarera de las piedras"), Falú y Castilla ("La catamarqueña"), Chacho Muller ("Tiempo del río largo"), Juanele Ortiz y Walter Heinze ("Villaguay vidalita de la vuelta"), Buenaventura Luna ("La noche") y Juárez-Quiroga ("Carita morena"). Un repertorio que esta noche, a las 21.30, será recorrido en el Teatro de Plataforma Lavardén.

"Son músicos y poetas que ya no están con nosotros, pero sin embargo su obra sigue incidiendo en nuestros corazones, nuestras emociones, nuestra consciencia", resume Herrero, que explica: "Lo llamé Imposible porque el pasado se recupera como se puede. Es imposible pensar que se recupera en su totalidad. En esas formas musicales y poéticas que plasmé en el disco está la esperanza de que esas obras persistan en el tiempo para nuevas generaciones".

Desde esa formación instrumental poco frecuente dentro de la música popular, folklórica, la cantante vuelve a proponer nuevas miradas a composiciones esenciales de la música argentina. Una labor que, remarca, lleva sello colectivo. "La música tiene una promesa de comunidad, y si es una promesa de comunidad emancipada, mejor aún. Siento la música así, de modo que buscamos juntos un sonido", aclara sobre un trabajo que también contó con la participación del periodista, músico y escritor Santiago Giordano (quien colaboró en la búsqueda del repertorio) y que se grabó en vivo en ION, "un estudio al que Teresa Parodi, en sus últimos días de su trabajo en el Ministerio de Cultura, le hizo un reconocimiento fantástico".

- Menciona a Teresa Parodi y su labor en Cultura y es inevitable pensar, por contraposición, en una figura como la de Darío Lopérfido. Y en su reciente renuncia: si bien era insostenible que continuara en el cargo, sería un error considerar que todo se resuelve con esa renuncia.

- Sí, pero también es un error pensar que cualquier funcionario puede decir cualquier cosa con total impunidad y provocación. En ese sentido celebro su renuncia. Pero sí es cierto lo que decís: es una ilusión pensar que se resuelve con una renuncia de un funcionario. Y al mismo tiempo hay otro detalle importante: no creo para nada que el gobierno, tanto de Ciudad de Buenos Aires como el gobierno nacional, no piensan lo mismo que Lopérfido. Estoy convencida que piensan lo mismo, nada más que Lopérfido fue un militante provocador, atentando contra una memoria histórica de los organismos de Derechos Humanos. Después se metió con los actores, como si fueran voluntades comprables, e hizo estallar todo el malestar. De algún modo es un triunfo de las movilizaciones que se hicieron en contra de él. Es cierto, un funcionario por ahí no determina mucho, pero hay que ver, porque hay un corrillo de que renuncian otros funcionarios. Creo que hay que esperar, con paciencia, con inteligencia. Con angustia también, porque estas políticas son desastrosas, malditas, hacen mucho daño a los pueblos. Pero hay que esperar, haciendo las denuncias ante cada injusticia, de las que hay infinitos ejemplos en estos seis meses.