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Lunes, 23 de abril de 2007

CULTURA / ESPECTáCULOS › "SCOOP", EL ULTIMO FILM ESCRITO Y DIRIGIDO POR WOODY ALLEN

Londres, la muerte y el purgatorio

Una historia en clave detectivesca con ciertos componentes de comedia rosa y recurrentes alusiones al "más allá".

 Por Emilio A. Bellon

"Scoop".

USA, 2006.

Guión y dirección: Woody Allen

Fotografía: Remi Adefarasin

Intérpretes: Scarlett Johansson, Hugh Jackman, Woody Allen, Ian Mc. Shane, Charles Dance, Romola Garai.

Duración: 96 minutos.

Salas de estreno: El Cairo, Del Siglo, Showcase y Village.

Puntaje: Siete (7).

La ciudad de Londres, con sus referencias a esa torre que vio decapitar a tantos condenados, es nuevamente el escenario elegido por Woody Allen para narrar esta historia que se puede definir en clave detectivesca y con ciertos componentes de comedia rosa; que reúne, al igual que la mayor parte de sus films, una permanente cita de situaciones de sus obras anteriores, pero que no logra, a mi entender, transmitir esa fuerza que les permita generar algo admirablemente diferenciador.

Para su film número 36, aquel hombrecito de Manhattan, que hoy ya tiene todo un capítulo en la historia del cine, y que siempre crea singulares expectativas, ha vuelto a convocar a la actriz de ese film singularmente dramático, de profunda raíz filosófico﷓existencial que es "Match Point", ahora, volviendo a ser la joven que llega de la otra orilla, dispuesta a ser alguien en el campo del periodismo, de conductas un tanto vacilantes; que a partir de un más que inusual encuentro, en un no menos insólito ámbito, se lanza en busca de esa gran primicia. Y lo hace de la mano y del brazo de un ya veterano hombre de la escena, un risueño y torpe prestidigitador, que es el rol que asume nuestro Woody Allen.

El secreto proviene de voces del más allá, corporizado en un juego escénico que lleva a la figura de un asesino serial, que sigue los pasos de tantos homicidas famosos de los años de la era victoriana, movida por su fuerte y movilizador puritanismo y que se siente elegido para esas acciones por los designios que marcan las cartas del tarot. Allen recrea en esta ciudad, Londres, la tradición de tantas historias de las que fueron víctimas señoritas que se apartaban de ciertas normas morales y que pasaban a ser sacrificadas y redimidas por mandatos purificadores.

Tenemos entonces las cartas a medio desocultar. El juego ya ha comenzado. Hay espacios secretos, con claves combinatorias que se tratan de recordar desde hilarantes juegos asociativos y vamos conociendo los espacios de una aristocracia que repite sus hábitos y costumbres a la vieja usanza. Tenemos a la joven periodista y al sorprendido mago que pronto pasará, por decisión de un nuevo guión, a jugar a ser otra figura y en la mira, ahí, por indicación de esa voz proveniente del más allá, a un joven que pasea su elegancia de clase y sus aires de seductor, como principal sospechoso. La nueva pareja de detectives entra en acción y las próximas coartadas se van alimentando, a veces, penosamente, de una verborragia incontenible.

Por momentos, "Scoop", que según se nos ha informado apunta a señalar ese término que apunta a nombrar a esa primicia sobre algo que se mantenía en secreto, parece poner el acento en la figura del propio realizador, en su intento de que no nos olvidemos de él. En cambio, hay situaciones en donde Allen puede dejar un poco más libre a sus personajes y es allí en donde una reconoce más placenteramente el juego de la ficción. Está claro igualmente que por la manera en que la joven Scarlett Johansson corre a su lado, no se separa de su tutela, la misma ha pasado a ser su nueva musa inspiradora y al mismo tiempo su nueva creación.

Si de grandes aciertos del film hablamos me inclino por destacar todo aquello que corresponda a lo que se ubica en el dominio del propio terreno de la Muerte. Ya Allen en un reportaje fechado en Barcelona en noviembre del 2006 afirmaba que en "Bananas" había elegido meterse en un ataúd, tras lo cual cerraba la propia tapa y que como ciertamente recordamos los que hemos visto el film en "La última noche de Boris Grushenko", su film del 75, en una clara alusión a "El séptimo sello", la secuencia final, en clave de comedia, planteaba una partida en ritmo de danza, tal como las coreografías medievales lo han representado. Y allí el propio personaje, interpretado por Allen, formaba parte de esos nuevos elegidos que seguían a la Muerte colina arriba.

En "Scoop", a diferencia de "Los secretos de Harry" en donde se nos describe al mismo Infierno, es el Purgatorio el que tiene su propio espacio. Y tal vez, lo que entiendo lo más logrado del film, lo que se nos muestra desde imágenes que se nos presentan en una atmósfera azul neblinosa nos remita a esa idea de eternidad: un juego de representaciones, como una puesta en escena, en donde cada uno de nosotros, como aquellos antiguos personajes de la Commedia Dell`Arte, oficie su propio rol, a bordo de esa Nave de los Espíritus que han elegido cambiar los ropajes de la truculencia y el sufrimiento por el humor.

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La bella Scarlett Johansson, una auténtica chica Allen, y Hugh Jackman, la pareja protagónica. Una periodista que a partir de un insólito encuentro se lanza en busca de una gran primicia.
 
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