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Miércoles, 25 de abril de 2007

CULTURA / ESPECTáCULOS › LAS EDITORIALES ROSARINAS QUE SIGUEN APOSTANDO A LA POESÍA

Esos versos que siempre resisten

Ante el adverso panorama que propone el mercado para el género, la poesía tiene espacio en editoras independientes.

 Por Sonia Scarabelli

La poesía es un género que no suele tener cabida en el actual mercado de publicación dominado por los grandes grupos editoriales. Si bien se trata de un fenómeno que excede cualquier tratamiento local, no es menos cierto que eso no nos libera de estar atentos a las consecuencias que se hacen sentir en nuestro propio contexto. Claramente, una vez más, las imposiciones del mercado intentan sancionar como realidad la interdicción de todo aquello que no se condice con sus dudosos cánones de oferta y demanda. Aún así, y contrariando abiertamente la adversidad que supone un panorama como el actual, la poesía ha encontrado un creciente espacio en el catálogo de las editoras independientes. En este sentido, vale la pena mencionar los títulos de dos editoriales rosarinas, Ciudad Gótica y Serapis, que decidieron abrir el juego, en este año 2007, con sendos libros de poesía, con el condimento de que, en ambos casos, se trata de reediciones.

Por una parte, la editorial Ciudad Gótica, que cuenta ya con una nutrida nómina de poetas locales en su haber, ha dado a conocer una segunda edición aumentada de A los amigos y otros poemas, del santafesino Jorge Isaías.

Isaías, cuya obra suma ya más de veinte títulos de poesía y prosa, entre ellos Oficios de Abedul, Crónica Gringa, Poemas de amor, Aspero cielo, Pintando la aldea, El país de la infancia, Como un caballo salido del mar y Futboleras, y cuyos poemas han sido traducidos al inglés, francés e italiano, nació en Los Quirquinchos, en 1946, pero reside en nuestra ciudad desde hace ya más de cuarenta años. En su poesía, que busca siempre la expresión despojada, y hace pie en un lirismo en el cual el yo no deja de apelar a la necesidad de cuidar una memoria de lo cercano, de lo propio, sin perder de vista aquello humano universal, la voz se vuelve muchas veces nostálgica, y visita los lugares de la evocación, pero también celebra. En ese sentido, los poemas que integran esta nueva edición de A los amigos se despliegan como un ejercicio de memoria y reivindicación de lo vivido con otros, y exalta una suerte de pequeña épica entrañable con relación a los lugares y los seres queridos, que alcanza su punto culminante en versos como los de "Kelo volviendo", "Era el tiempo" y "A los amigos", que da título al volumen. Y es ese mismo movimiento integrador el que sostiene la serie compuesta por los poemas en los que el yo lírico se enmascara tras la referencia de personajes emblemáticos de la épica, la tragedia o la historia griegas, como es el caso de "Hécuba", "Ulíses" o "Temístocles", para señalar desde allí la prevalencia de lo humano, a pesar de su precariedad y finitud, como un valor que recorre todos los textos que conforman el libro. De este modo, lejos de sentir el lector que está ante dos propuestas diversas en un mismo conjunto, lo que percibe es la profunda unidad de destino que convoca la experiencia humana y que brilla aquí con peculiar intensidad. Por su parte, con una propuesta distinta, pero no menos valiosa, la editorial Serapis, que lanzó su primer título el año pasado, vuelve al ruedo con una publicación que rescata un texto fundamental de la poesía en lengua española, las Soledades, de Don Luis de Góngora y Argote, impresa por primera vez a comienzo del siglo XVII. La conciencia de los exigentes cuidados de edición que demanda una obra de estas características salta a la vista en la selección y tratamiento de los materiales que integran el volumen. Éste es presentado en el "Prólogo" ﷓de lectura imprescindible por lo apropiado de sus señalamientos﷓ como un desprendimiento de la edición de las Obras completas de don Luis de Góngora que realizara, a fines de los noventa, el poeta rosarino Héctor A. Piccoli en formato L.E.I. (Libro Electrónico de Investigación), y da cuenta así del cuño riguroso y noble de su origen. De este modo, junto con el texto de las dos Soledades (Primera y Segunda), revisado y anotado por Piccoli, se incluye el aparato completo de dichas notas, más los "Comentarios de García Salcedo Coronel" (1644﷓1648) ﷓quien hace allí referencia a "las alusiones mitológicas, históricas y literarias contenidas en la obra"﷓ y un apéndice que contiene, entre otras, imágenes facsimilares del manuscrito Chacón (1628). Aún tratándose de una de las producciones más extraordinarias de nuestra lengua, dada su difícil lectura las Soledades han sido durante mucho tiempo objeto de una polémica que en ocasiones ha intentado condenar su grandeza al olvido. No obstante, esta obra depara aún, después de casi cuatro siglos, un disfrute insospechado para todo aquel que se atreva a tomar el desafío. Quienes ya la conozcan tendrán la oportunidad de acceder en esta edición a un material precioso; quienes se dispongan a abordarla, no podrán hacerlo con mayor ventaja y en mejor compañía que la que aquí se ofrece.

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El santafesino Jorge Isaías tiene ya una segunda edición de A los amigos y otros poemas. La editorial rosarina "Ciudad Gótica", lo cuenta entre su nutrida nómina de poetas locales.
 
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