Los inundados del 29 de marzo de 2007 volvieron ayer a la Casa Gris, donde pudieron reunirse con el gobernador Hermes Binner y después, con el ministro de Desarrollo Social, Pablo Farías. En medio de la segunda audiencia, el silbato de un inspector de tránsito se coló desde la calle hasta el primer piso. "¿Alguien dejó algún vehículo mal estacionado?", preguntó Farías. El presidente de la vecinal de Barranquitas Sur, Ramón Narváez, saltó entonces de la silla para salvar su auto de la grúa municipal. Pero no bajó hasta la calle, gritó desde arriba: "¡No lo lleven! ¡No lo lleven", suplicó desde el balcón del Salón Blanco, el mismo que sus seguidores habían intentado copar hace un año cuando gobernaba Jorge Obeid. Farías, que recordaba el hecho, ironizó: "Al final, tomaron el balcón".