Eran las dos de la mñana y el padre Enzo escuchó ruidos. Se levantó de su cama y se encontró con una ventana con vidrios rotos. Optó entonces por cerrar todas las puertas con llave y luego de vestirse fue hasta la comisaría del barrio a pedir ayuda. Minutos después una patrulla policial inspeccionó la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe de Empalme Graneros

y encontró oculto detrás del parrillero del patio a Gustavo Osvaldo Molina, de 32 años. El hombre intentó sin éxito justificar su presencia con una urgente confesión ante el párroco, por lo que fue detenido por los efectivos policiales.