El ex ministro de Salud de la Nación Daniel Gollán estuvo ayer en los Tribunales provinciales de Rosario para testimoniar sobre la persecución que sufrió el colectivo trans durante la última dictadura militar en Rosario. El Largui, como le decían sus compañeros, fue preso político entre 1976 y 1980, y en un traslado hacia la Jefatura de Rosario (no al Servicio de Informaciones, adonde había estado desaparido tiempo antes) compartió la detención con dos chicas trans que le contaron lo que sufrían a manos de la policía. El expediente fue iniciado por la Subsecretaría de Género de la provincia de Santa Fe para la reparación histórica a once trans rosarinas. "También fue una persecución de tipo político y por eso encuadra en la ley 13298 que establece pensiones para ex detenidos políticos. Este colectivo la pasó muy mal", dijo Gollán.

El ex ministro dio testimonio en la causa Díaz Bessone por los delitos de lesa humanidad sufridos por él mismo durante su privación ilegal de la libertad en el SI y mañana declarará en Santa Fe por la causa sobre la cárcel de Coronda. En la presentación de ayer, aportó al reclamo del colectivo trans. "En uno de los momentos de mi detención por cuestiones políticas, me trajeron a la jefatura de Rosario y tuve oportunidad de conocer personalmente a dos chicas trans, reiteradamente perseguidas, que estaban detenidas por su condición", relató Gollán. En su recuerdo, eran "una rubia de cutis muy blanco y la otra morocha. Estuve en la Jefatura nuevamente unos 20, 25 días. Me trajeron desde Coronda para declarar en Tribunales Federales. Ellas nos contaron cómo las perseguían".

Gollán subrayó que "fue política la discriminación a este colectivo, que no sólo se ejerció en la época de la dictadura, pero sí fue mucho más grave, y luego hemos tenido un proceso en democracia, donde hemos ido avanzando mucho, aunque todavía falta".

Por su parte, el abogado de la Subsecretaría de Diversidad Sexual Ricardo Lamas explicó que tramitan "la sumaria información que tiene como finalidad producir los testimonios que dan cuenta de cómo vivía el colectivo trans en los años de la última dictadura". "Los testimonios son ricos porque dan cuenta de cómo era el día a día de ellas, cómo la represión era absoluta a su modo de ser, al ejercicio explícito de su identidad de género. Primero eran expulsdas de la familia, de la institución escolar, se encontraban en la calle, se alojaban en pensiones que les cobraban dos o tres veces más, y no tenían alternativas. Y cuando iban a hacer compras, las llevaban detenidas", subrayó Lamas. En la misma causa declaró otro detenido-desaparecido durante la última dictadura, Angel Chichín Ruani. "Esta es una ley que se viene aplicando para los detneieos y presos políticos clásicos. Es importante subrayar que el ejercicio de la identidad de género tenía una sanción política, y que la represión que sufrían era en función de los valores que representaba la dictadura militar".