La reunión realizada ayer de un amplio sector de gremios fue una primera aproximación al camino normalizador de la CGT elegido que, como lo definió el triunviro Héctor Daer, es el “institucionalista”. Esto es generar una serie de acuerdos con los diferentes gremios que forman parte del actual consejo directivo para convocar a un futuro congreso. Para eso es preciso asegurarse el quórum del consejo y el almuerzo realizado ayer en la Federación del Gas tuvo ese objetivo. Si bien todavía no se consiguió ese número necesario, lo cierto es que el encuentro de ayer sirvió como un primer paso y por eso es que habrá más encuentros de este tipo. En el marco de esa estrategia, que pretende una CGT sin camioneros, participaron también aquellos gremios que hoy no forman parte del consejo directivo y son refractarios a los Moyanos pero quieren sumarse a la nueva conducción que imaginan para dentro de un par de meses.

La información oficial del encuentro dice que los participantes respaldaron a la actual conformación del consejo directivo. No es mucho pero para el camino elegido sirve por aquello de la “cuidar la institucionalidad”. En rigor, esa frase es la prueba de que gordos e independientes, principales impulsores de esta idea, están tejiendo alianzas con aquellos sindicatos que ocupan cargos en el Consejo y que tienen la característica de ser o haber sido parte de la alianza con el moyanismo. No quieren que se espanten y están buscando sumarlos. El hecho de que el cervecero Carlos Frigerio, un hombre cercano al camionero, estuviera presente, y saboreara las empanadas, sandwichs y saladitos que se sirvieron, es prueba de ello. Para las próximas reuniones esperan contar con otros más como Jorge Sola (seguros) y Abel Frutos (panadero) y así, de a poco incrementar la participación de lo que podría definirse como el moyanismo disidente. 

La publicitada renuncia de Pablo Moyano a ser parte de la actual conducción cegetista y conformar otra central sindical (ver aparte) fue aprovechada por gordos e independientes. Pero la comida de ayer no sirvió solo para la futura reunión del consejo directivo. También fue útil para el futuro congreso y allí radicó la importancia de que participen los referentes del Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), Sergio Sasia (Unión Ferroviaria), Omar Viviani (taxistas) y Guillermo Moser de Luz y Fuerza. El MASA con los camioneros mantienen una no tan vieja enemistad pero lo suficiente como para que en 2016, cuando se eligió el triunvirato, se mantuvieran prescindentes por el hecho de que estaba el moyanismo. Ahora todo cambió.

Algo similar ocurre con un sector de las 62 Organizaciones que ayer llegó hasta la sede de la Federación del Gas que conduce Guillermo Mangone y también los referentes de los gremios de la rama energética. Los que no participaron fueron los gremios de la industria como la Unión Obrera Metalúrgica y los mecánicos del Smata. Estos son poderosos por la cantidad de afiliados que tienen y por lo tanto son necesarios. Eso sí, ambos gremios aspiran a ocupar un puesto de importancia en la futura conducción de la CGT y están esperando para desembarcar. 

Durante la reunión se habló de la renuncia de Pablo Moyano a su puesto en el consejo directivo. No hay buena relación con el secretario adjunto de Camioneros pero ante la prensa prefirieron sostener que se trató de “una decisión personal” y que el gremio continúa siendo integrante de la CGT. 

El taxista Viviani fue uno de los voceros, quien aseguró que “estuvimos haciendo un análisis de la situación en la que está el país, de la situación de los trabajadores y de la situación que se viene planteando dentro del consejo directivo de la CGT”. En tanto, Daer dijo que “hubo coincidencias totales en sostener el actual consejo directivo hasta tanto encontremos los consensos necesarios para formar uno nuevo y a partir de ahí seguir transitando por un camino que nos lleva a la solución de todos los problemas que viven los trabajadores”. El triunviro, que aspira a ser el futuro secretario general unipersonal de la central obrera, dijo que no durante la comida no se hablaron de nombres sino de consensuar “un criterio de construir un consejo directivo que genere consensos y síntesis para llevar adelante las políticas que emanen del conjunto del movimiento obrero”.