Producción y textos: Juan Funes.


Mariel Ortiz (15)

Feminista a los quince

“Hace cuatro meses que me considero feminista y esta es la primera gran marcha a la que vengo. Estoy muy emocionada”, contó Mariel, que va a la escuela 64 en González Catán, partido de La Matanza. La acompañaron a la marcha su mamá y su tío. “Hace un año me empecé a cuestionar por qué yo soy la única que tengo que limpiar la casa mientras mi hermano no hace nada; por qué en el colegio si salgo con muchos chicos soy una puta. Empecé a buscar más información sobre el movimiento y sobre las luchas feministas, a informarme más, a leer. Así me fui haciendo feminista”, recordó. Mariel no forma parte de ninguna organización y sostuvo que “me siento con mucha contradicción de venir acá con mi tío. Por un lado, me parece que estaría bueno que por un día seamos sólo mujeres ganando las calles, pero también pienso que hay que estar juntos para dar esta lucha, para que los varones tengan conciencia también de lo que está pasando”. Para ella “el primer reclamo de este año es el aborto, que se puedan hacer en los hospitales públicos. Pero también es importante seguir denunciando que dejen de matar pibas”. 


Agustina Montes (19) y Lionel Galstian (18)

“Nuestra generación está cambiando”

“Marcho con mi novio porque me acompaña, porque apoya la lucha feminista igual que yo”, sostuvo Agustina, que vive en Capital Federal, al igual que su novio. “Hace unos meses sentí que tenía que sumarme a la lucha feminista porque se estaba haciendo cada vez más grande; sentí que un montón de mujeres se empezaban a unir y quería formar parte de eso”, explicó. Según la joven “no podemos permitir que sigan pasando las cosas que pasan, como los femicidios. Además marchamos por el aborto y por el respeto hacia la mujer en la calle. Hoy no se puede ir a la facultad tranquila porque caminas dos cuadras y te gritan mil cosas; no podes caminar por la calle de madrugada por miedo a que te violen o te maten. Es algo que se vive todo el tiempo y no puede seguir pasando”. Lionel contó que desde hace dos años va a las marchas de Ni Una Menos y que le parece importante “que los varones empecemos a participar de estas marchas y de estas discusiones. Entre todos tenemos que luchar por cambiar la realidad de la sociedad machista”. Ambos consideraron que “nuestra generación está cambiando los roles del varón y de la mujer”.


Ana María Gravinese (69)

“Me da mucha esperanza”

“El movimiento de mujeres de los últimos años me da mucha esperanza, después de tanto tiempo, de tanto haber caminado”, opinó la docente jubilada de Ezpeleta, partido de Quilmes. “Vengo a todas las marchas sola, salvo a las últimas dos porque me dio miedo”, contó Ana María. “Como todas las mujeres yo sufrí la violencia de género con una pareja. Todas llevamos al menos un recuerdo de una pareja que nos maltrató, un recuerdo de un varón que nos haya fajado, o no nos haya dejado hablar en una reunión o en privado. Si te dicen que a ellas no les pasó, te están mintiendo. Durante muchos años las propias mujeres educaron al varón para que sean machos”, opinó. Ana María confesó que “todavía no tengo muy claro el tema del aborto, no lo tengo muy definido. Pero sí lagrimeo con las chicas que son asesinadas en manos de varones, con las fotos de las víctimas que se ven en muchos carteles y remeras”. “Nunca milité políticamente pero siempre me gustó el feminismo, si se quiere me considero feminista”, agregó.


María Elizabeth Campodónico (42)

La docente que da pelea

“Empecé a militar en 2007 como docente luego del fusilamiento de Carlos Fuentealba y ahí conocí el movimiento de mujeres”, indicó María Elizabeth, que además de docente es congresal de Suteba. Vive en el partido de San Martín, tiene cuatro hijos y fue a la marcha con sus compañeras de Pan y Rosas. “Creo que las mujeres trabajadoras sufrimos de una doble opresión y esclavitud. Con el movimiento de Ni Una Menos, que es muy amplio, muchas mujeres se pusieron de pie y dijeron basta a la explotación”, señaló. Según María Elizabeth, “el gobierno tomó de manera oportunista la discusión del aborto seguro, legal y gratuito, y está especulando a ver quién vota y quien no, pero es un gran paso para el movimiento de mujeres y una pelea que la tenemos que dar también en la calle”. “Si hay una enorme movilización de las mujeres, con el apoyo que ya tiene el tema en la sociedad, esta jugada del gobierno le va terminar jugando en contra: puede terminar en un terreno que no querían, que es la aprobación del proyecto del aborto”, afirmó.


Gisela Parisi (30) y Mariana Petraco (28)

“Sufrimos la violencia”

Gisela y Mariana son pareja desde hace diez meses y viajaron desde Villa Eloísa, provincia de Santa Fe, para participar de la marcha. “Es mi primera vez en una marcha así, es muy emocionante”, contó Gisela, que trabaja como fotógrafa. “Desde que me conocí con Mariana empecé a conocer este mundo del feminismo. Soy de un pueblo super chiquito en el que no se habla del tema. Yo creo que ahí no se conoce lo que es el feminismo todavía. Hoy ser lesbiana está bastante aceptado, aunque en mi pueblo soy una de las pocas”, agregó. Mariana es de Amstrong y se considera feminista “desde hace cuatro años”. Ambas coincidieron en que el reclamo más urgente de este año es el aborto, pero también “la violencia y la desigualdad”. “Todo el tiempo sufrimos la violencia machista con cosas que a lo mejor antes a una le parecían normales, como el acoso en la calle. Todas tenemos amigas o conocidas que sufrieron maltrato y no nos podemos quedar de brazos cruzados, por eso decidimos venir. Con el tema del lesbianismo siempre sufrimos ese machismo de ‘vení, yo te voy a hacer dar vuelta’”, sostuvo Mariana. Gisela añadió que se trata de “la creencia machista de que una mujer sin un hombre no es nada, que tenés que tener un hombre y ser mamá para realizarte como mujer”. 


Wanda Albornoz Olivera (23)

“Una machista en recuperación”

“Personalmente me considero una machista en recuperación porque he sido criada en un sistema sumamente hetero-patriarcal”, aseguró Wanda, escritora y periodista. Llegó a Plaza de Mayo desde Morón, zona oeste del conurbano bonaerense, con una amiga. En la espalda tenía escrito en pintura violeta “+ Brutas/- Monjas”. “El feminismo es un estilo de vida, más allá de que sea un movimiento. El primer paso es darse cuenta de que todas las cosas que ‘se deben hacer’ porque son lo ‘correcto’, son simplemente producto de una construcción social. Una vez que te das cuenta de eso podés empezar a crecer internamente y cuestionarlo; ver cómo podes luchar contra eso en el día a día”, opinó. Para ella no hay dudas de que “el reclamo fundamental de este año es cubrir las tres aristas del aborto: educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal y seguro para no morir. Esta es más que solamente una frase porque pone en tela de juicio los problemas estructurales de la sociedad”.


Gabriela Alamis (39)

“Crecer con la igualdad”

“Es importante que ellas ya sepan, de alguna manera, que existe esta lucha”, apuntó Gabriela, que marchaba con su hija Olivia de un año en brazos y con Mía, de siete, de la mano. Gabriela trabaja como empleada y vive en Buenos Aires. “Lo que yo quiero transmitirles a ellas es que se tienen que hacer valer como mujeres. Ya desde chiquitas se marcan las diferencias entre niños y niñas y yo les explico que no es así, que somos todos iguales, que no hay diferencia entre niñas y niños”, señaló. Su hija más grande va a una escuela de pedagogía Waldorf, que “está totalmente fuera de lo tradicional, con un enfoque de igualdad y sensibilidad”. “Tienen que crecer con los valores de la igualdad, contra el patriarcado, y saber que existen en esta época un montón de injusticias hacia las mujeres. Esta bueno que desde chica ya estén advertidas de eso”, indicó luego. Gabriela miró alrededor, a las miles de mujeres que marchaban y afirmó que sus hijas “se van a encontrar con un mundo un poco mejor porque está empezando a haber conciencia de la igualdad”.