Manuel Marina era todavía un niño cuando, de oído, replicaba en el piano las sonatas que estudiaba su hermana. Sin embargo, sus estudios formales se dieron primero con la guitarra, más tarde con la flauta traversa (a la que se dedicó entre los 15 y 19 años) y finalmente con la carrera de dirección orquestal. Pero hubo también otro proceso de aprendizaje, íntimo y dedicado, que encontró como guía a la obra del Conjunto Pro Música de Rosario, organismo al que terminaría sumándose a la edad de 26 años. A dieciséis años de aquel desembarco ("soñado"), Marina fue oficializado como el flamante director de la histórica agrupación que fundara Cristián Hernández Larguía, rol que estrenará formalmente esta noche, a las 21.30, en el clásico concierto navideño que el Pro Musica brindará en la explanada del Museo Castagnino (Avenida Pellegrini y Oroño).

Desde la ciudad de Santa Fe, de donde es oriundo, Manuel Marina recibe el llamado de Rosario/12 y de inmediato reconoce: "En realidad el cargo de director del Pro Música es un cargo muy importante, para mí es mucha responsabilidad". La valoración del músico sopesa lógicamente la historia del Conjunto y, a la vez, su propio vínculo con un proyecto artístico al que reconoce como formador de su propio camino: "De chiquito escuchaba no sólo los discos, sino que iba cuando había algún concierto cerca. Para mí eso era todo. Aprendí música con sus discos, con sus interpretaciones, en una época en la que no había partituras en internet, no se conseguían libros de ese tipo de música, entonces no quedaba otra opción que escuchar los discos, sacar nota por nota, y escribirlas. Así las estudiaba y tocaba. Puedo decir que aprendí lo que sé gracias a esos discos".

Años más tarde, y ya volcado al clave por sugerencia del maestro Sergio Siminovich --que en 1996, tras dirigirlo como solista en un concierto para flauta traversa y orquesta, lo sumó al Coro Polifónico de Santa Fe--, Marina llegó a Rosario para ofrecer un concierto que compartió con Susana Imbern, Sandra Alvarez e Irene Chaina, integrantes del Conjunto Pro Musica. "Ellas tres me escucharon tocar y me invitaron a participar. Estuve a prueba varios años hasta que me convertí oficialmente en integrante", recuerda Marina que, seleccionado por concurso, ahora ocupará nada menos que el lugar de Cristián Hernández Larguía, a quien reconoce: "Musicalmente aprendí muchísimo de Cristián. El lenguaje lo aprendí gracias a las manos de él. Y toda la parte extra musical, que es la idea de seguir trabajando con gente amateur, con un grupo de gente que va a hacer música porque quiere, sin obligaciones, sin rendirle cuentas a nadie".

Desde su nuevo rol, el músico santafesino buscará darle continuidad a los lineamientos históricos del Pro Música: "Pretendo seguir con el lineamiento que el conjunto tiene, el que le dio su fundador. Obviamente que para el director todo depende de la cuestión interpretativa de cada obra, ahí va a estar mi sello personal, pero no creo que sea nada diferente a lo que se venía haciendo. De hecho yo aprendí con el Conjunto, con Cristián, y lo que voy a hacer es continuar con lo que se venía haciendo".

Para el concierto de esta noche, la impronta de Marina podrá intuirse en la apertura, para la que seleccionó con una obra del renacentista Giovanni da Palestrina, con la que homenajeará también al maestro ("Cristián siempre empezaba con una obra original de tema navideño, además tiene lo que más me gusta a mí que es la unión de coro con instrumento"), mientras que el receso de verano le permitirá diagramar la temporada 2017, sobre la que adelanta: "Para el concurso presenté un proyecto de trabajo anual, que está aprobado por el jurado. Calculo que empezaremos con eso. En vacaciones tenemos que reunirnos para definirlo con Susana Imbern, que es el alma mater del repertorio y de todo lo que tiene que ver con la organización de cada concierto".