Comenzó la audiencia por la ampliación del aeropuerto de El Palomar, desde donde opera la low cost Flybondi y que los vecinos calificaron de “trucho” por no contar con medidas de seguridad. Allí el ministro de Transporte Guillermo Dietrich reafirmó que la habilitación de los vuelos comerciales en la ex base aérea “va a mejorar la situación de todos los que trabajan y viven en zonas aledañas”. Dietrich fue abucheado luego de celebrar “la cercanía” del aeropuerto, el principal reclamo de los vecinos que advierten por riesgos de seguridad y perjuicios ambientales.

A pocos minutos de comenzar su presentación, una frase desafortunada de Dietrich generó la reacción de los vecinos presentes para repudiar la habilitación del aeropuerto, quienes abuchearon al funcionario e intentaron interrumpirlo. “Volar nos genera cercanía. La misma cercanía que la mayoría de las personas que viven cerca del aeropuerto sienten que le genera tener el aeropuerto de El Palomar, es la cercanía de El Palomar con el resto del país y con el resto del mundo”, afirmó el ministro en referencia al reclamo de los vecinos que viven en las zonas linderas al aeropuerto y se ven afectados por el ruido o la posibilidad de un accidente.

La afirmación del ministro, que pudo ser entendía como una burla del reclamo de los vecinos, no terminó ahí. Dietrich dijo: “Hoy viajar en avión cuesta mucho menos que viajar en auto y es mucho más seguro ya que no tiene riesgos de que una cubierta se rompa en el viaje”. Con risas y gritos algunos presentes intentaron interrumpir al funcionario, pero el encargado de conducir la audiencia no lo permitió.

La corta vida de Flybondi no fue el mejor ejemplo que puedo haber elegido el ministro para hablar de seguridad y accidentes. Desde su inauguración, en el aeropuerto de El Palomar, la compañía low cost ha suspendido vuelos por desperfectos técnicos y falta de condiciones de seguridad para el despegue o aterrizaje. “Será la puerta de ingreso de muchos turistas que utilizan las low cost que ahora tendrán a El Palomar como puerta de ingreso; y van a consumir y pernoctar en El Palomar”, siguió Dietrich, luego de la interrupción, y señaló el beneficio de contar con un aeropuerto en el barrio.

La habilitación para vuelos comerciales en el predio de la base militar desató una guerra judicial, ante la resistencia de los vecinos de El Palomar, Ciudad Jardín y Hurlingham, quienes alertan por riesgos de seguridad y perjuicios ambientales. Las organizaciones presentaron una queja ante la Corte Suprema para que “suspenda la audiencia pública y declare la nulidad de todo lo actuado a partir del intempestivo levantamiento de la medida cautelar firmada por la jueza Forns el 1 de febrero pasado y restablezca la prohibición que regía hasta ese día para efectuar vuelos comerciales”. Sin embargo, desde el Gobierno pretenden que se habiliten más frecuencias en ese aeropuerto. 

En la audiencia se analizarán las obras de ampliación del aeropuerto, que demandó para el Estado una inversión de 209 millones de pesos para poner la terminal en valor y realizar obras tendientes a aumentar la seguridad y mejorar los accesos y su entorno. Desde los gremios aeronáuticos remarcaron la ausencia de obras que ofrezcan mayor seguridad en los vuelos, teniendo en cuenta que la cabecera de la pista desemboca en el tradicional colegio religioso Emaús.