En el norte del Océano Pacífico, bien al fondo, un grupo de investigadores se encontraron con una serie de ejemplares de Hydrolagus trolli, más conocidos como tiburón fantasma o, más poético, quimera azul de nariz puntiaguda. No los buscaban, pero ahí estaban los extraños depredadores pocas veces vistos.

Se llaman quimeras tal vez porque son animales extraños y reciben su nombre del mito griego, un animal que tenía cabeza de cabra, cola de serpiente y cabeza de león. Sin embargo, en las profundidades del mar son comunes y existen 38 especies conocidas en todo el mundo. Esta variación, la trolli o tiburón fantasma, es muy común, pero bastante desconocido para los humanos, que lo descubrieron en 2002 en las profundidades marinas del sur del Pacífico.

Mientras los investigadores realizaban expediciones de reconocimiento con vehículos operados por control remoto (ROV) para descubrir otra especie, apareció esta quimera, el tiburón fantasma, con su pene retráctil en la frente. El trolli. Al analizar las imágenes, el equipo concluyó que habían filmado, por primera vez, a este tipo de ejemplar.

El hallazgo fue en el fondo marino de las costas de California y Hawái, y demuestra la presencia de este animal también en el norte de este océano. El tiburón fantasma o quimera azul de nariz puntiaguda había sido avistado apenas en seis ocasiones, la última en 2007 y esta es la primera vez que se registra en video.

"La ampliación de la zona en la que se encuentra esta especie y el hecho de que se haya extendido hacia el hemisferio norte es una gran noticia. Esto significa que es muy probable que este animal se encuentre en aguas profundas a lo largo de todo el océano Pacífico", explicó Lonny Lundsten, investigador de Monterey Bay Aquarium Research Institute (MBARI) y autor principal del estudio que publicó luego con su colega Amber Reichert en la revista Marine Biodiversity Records.

El Hydrolagus Trolli es una especie grande, aunque delgada, y tiene una cabeza estrecha. El hocico es puntiagudo. “En lugar de dientes, tiene unas placas dentadas, que son como el pico de un loro, muy diferentes a las filas de dientes de los tiburones”, contó Lundsten. Son animales escurridizos y muy veloces, lo que dificulta a los investigadores filmarlos para luego poder analizarlos.