“Artista, mecenas, referente del coleccionismo local, animador cultural, performer, figura mediática, aficionado al canto lírico, hoy ícono queer y leyenda urbana”. Así abre sus puertas El cuerpo de una colección, la muestra de la Fundación Klemm curada por Federico Baeza y Guadalupe Chirotarrab, motivada por una clara intención de aunar ese fabuloso eclecticismo desbordado de Klemm en un espacio fragmentado por seis salas reunidas cada una bajo una temática particular. Glam, transvanguardia, surrealismo, kitsch y pintura metafísica se abren paso a pasos de la antesala que da la bienvenida a la exposición con una serie de fotografías que registran las performances y obras de teatro protagonizadas por Klemm, como Oh, sólida carne, además de sus escritos y guiones para el inolvidable programa de televisión El Banquete Telemático, junto a piedras preciosas y otras gemas de su colección privada, entre las que se encuentra un exquisito cuaderno personal de 1953 con la dramaturgia de El principito atrevido, obra escrita a sus 11 años de la cual podemos espiar el comienzo de su segundo acto. Pasando por el living que exhibe el Retrato de Federico Klemm realizado en tachas de metal sobre cuerina por el colectivo Mondongo en 2002, la exposición se abre al desnudo andrógino de Klemm en su Autorretrato (El ser es víctima y es sacrificio en lo cotidiano), que en 1990 cruzaba su propia imagen con un Jesús-chongo flotante y otras celebridades que descienden de las alturas de un cielo profano, cargado de glamour y muy cercano a las cotidianidades húmedas y contraculturales de las magistrales placas fotográficas de la norteamericana Nan Goldin, que comparte sus claustrofóbicos espacios con el retrato grupal de las más hermosas losers de la Factoría de Warhol en Andy Warhol and Members of the Factory, de Richard Avedon, las chicas raras de calendario de Cindy Sherman o la belleza de Donald Cann debajo de un autorretrato de Robert Mapplethorpe, a metros de las serializadas y cuasi holográficas Marilyn de Warhol.

“Teatro, Mitos y Lirismo” es bautizado el espacio dedicado a la obra de Klemm, que intercambia iconografías cristianas y grecorromanas en clave queer con el consumo masivo y un zapato de taco alto nevado en glitter que ilumina el camino hacia “Imagen de una imagen. Consumo, simulacro y trauma”, en donde el pop local y el extranjero se une en dirección a la pija rosa de Marta Minujín, al costado de más divas y más flores de la Warhol. El diseño espacial de la muestra, creado junto a Job Salorio, pone el acento particular en el universo camp, bizarro y fantástico que conformó Klemm junto al crítico Carlos Espartaco en el televisivo El banquete telemático, transmitido entre mediados de los 90 y el 2002, año de su fallecimiento. La muestra desnuda más de un centenar de obras que también incluyen a Joseph Beuys, Alicia Penalba, Yves Klein, Jeff Koons, Marcos López, Roy Lichtenstein, Mariette Lidys, Christo y unas cuantas decenas de nombres memorables e imperdibles que desfilan por estas alfombras tan brillantes como mágicas.

De lunes a viernes de 11 a 20 en la Fundación Federico Jorge Klemm, Marcelo T. de Alvear 628