En un entretenido partido, River consiguió un importante triunfo en Avellaneda al vencer 2-0 a Racing en la segunda derrota del ciclo de Eduardo Coudet –que sobre el final se iría expulsado– al frente de la Academia. Con goles de los ingresados Rafael Borré y Exequiel Palacios, y con Franco Armani como figura excluyente, el conjunto de Marcelo Gallardo sumó así tres puntos que lo posicionan entre los que pelean el ingreso a las copas Libertadores y Sudamericana. 

La siempre cambiante estructura de los torneos del fútbol argentino hizo que la última presentación del Millonario en el Cilindro de Avellaneda fuera en noviembre de 2014. En aquella oportunidad, River llegaba a defender la punta con un equipo de emergencia, ya que estaba disputando la final de la Copa Sudamericana. El local estaba a dos unidades y si vencía, pasaría a ser el líder a falta de dos fechas. El gol en contra de Ramiro Funes Mori hizo que toda la alegría –y luego el campeonato– quedara del lado blanquiceleste y la frustración, para los de la banda. El cotejo de ayer también los encontró en un momento en que ambos estaban obligados a sumar puntos, aunque no para pelear la cima de la Superliga –hace rato que abandonaron la ilusión de pelearle a Boca– sino para el único gran premio disponible: entrar a los máximos certámenes continentales. Y si faltaba algún ingrediente al clásico más añejo del fútbol argentino, se lo dio la continua llovizna que hacía la cancha muy rápida y la pelota, por momentos, inmanejable.

El que mejor se adaptó a esas condiciones fue la formación de Chacho Coudet, que en los primeros minutos se hizo cargo del protagonismo, aunque abusando de los pelotazos para Lautaro Martínez. Esa tendencia fue corregida por Lisandro López, que empezó a comandar los ataques académicos y cuyas combinaciones con el chico de Bahía Blanca le daban bastante trabajo a Armani. El equipo visitante no encontraba los circuitos de juego, pero la jerarquía de sus jugadores era una permanente amenaza para la última línea local.

Racing empezó así a llegar en forma continua al arco contrario. Probó el “Licha” López de lejos, vinieron los centros desde la derecha por medio de Saravia, en tanto Neri Cardozo, el Pulpo González y Nery Domínguez daban profundidad para llegar en corto. La más clara para el local fue un derechazo de Zaracho que obligó a Armani a volar a su derecha y despejar el peligro. River tuvo tres respuestas muy buenas a partir de las subidas de Saracchi, la más nítida una combinación entre Scocco, Pratto y Quintero que el volante colombiano definió, aunque su disparo fue tapado por un defensor local. También lo tuvo Pinola a la salida de un corner. Así, en cero, se fue un primer tiempo que mereció lo que no tuvo, es decir goles.

En el complemento todo pareció igual. Lautaro lo tuvo al inicio, pero desperdició la chance. Respondió River con un cabezazo de Pratto que Musso mandó al corner. El local buscó la diferencia, pero se encontró con el mejor Armani, que sobre los 16 minutos alzó las manos para sacarle el gol a Zaracho. Poco después, el cansancio de Zaracho hizo que el “Pity” Martínez empezara a imponer su juego, lo que hizo crecer a River. La otra diferencia sustancial con la primera etapa fue que en Racing se apagó su capitán y la ofensiva local quedaba reducida a lo pudiera hacer la “Joya” Martínez.

Pasados lo 30 minutos, Gallardo buscó en el banco lo que no encontraba en el césped y mandó a Santos Borré por Pratto. Y la suerte volvió a guiñarle el ojo, porque el colombiano puso el 1-0 tras una mala salida de Musso. El local se desesperó y perdió claridad, que fue la que tuvo Gallardo para modificar su once y llegar al segundo tanto a través del también ingresado Exequiel Palacios. Demasiado premio para River, pero una recompensa justa para la muy buena noche de Armani, sin duda la figura del partido.