Un grupo de trabajadores despedidos de Fanazul bloquearon los accesos de esa planta de Fabricaciones Militares (FM) de la localidad de Azul para frenar el “desmantelamiento” de sus instalaciones. Según denunciaron, mientras aún continúan las negociaciones para evitar el cierre total de esa fábrica, comenzaron a llegar camiones para “llevarse toda la maquinaria” que se encuentra parada desde que el gobierno nacional decidió el cierre. “No lo vamos a permitir”, aseguraron.

“Ayer cargaron tractores y carros. También ropas y herramientas de los talleres. Ahora están desmantelando el laboratorio y distintas unidades productivas”, describió Página/12 Vanina Zurita, secretaria general de ATE-Azul. Según dijo, los camiones son provenientes de Beltrán y Villa María, Córdoba, provincia donde se encuentra otra de las plantas más importantes de Fabricaciones Militares.

El cierre de Fanazul y el despido de 250 empleados fue anunciado hace poco más de cien días por el gobierno de Cambiemos. Desde entonces, hubo acampes y una larga serie de movilizaciones que en varias oportunidades involucró a casi toda la comunidad de Azul, que se concentró durante varias horas en la plaza céntrica de esa ciudad.

A pesar de la férrea posición de Fabricaciones Militares por cerrar esa planta, los trabajadores lograron ser recibidos por autoridades nacionales. El último encuentro tuvo lugar en Casa de Gobierno hace 15 días. Allí, los despedidos presentaron un informe que dio cuenta de la sustentabilidad de la fábrica, a contramano de lo que sostienen los funcionarios de FM.

Si bien la serie de reuniones -en las que también se negocia la situación de los despedidos- aún no terminó, los empleados se sorprendieron esta semana cuando fueron avisados de que “comenzaron a desmontar la fábrica”. “Hay un camión cargado esperando salir con todas las maquinarias”, aseguró Juan Cacace, uno de los delegados de la fábrica.

En diálogo con este diario, Omar Menchaca, otro de los representantes de los trabajadores despedidos, sentenció: “No dejamos entrar ni salir ningún vehículo. El personal que ingresa a trabajar, se tiene que bajar la combi y entrar a pie”. Por este motivo, un grupo de al menos 35 operarios bloqueó los ingresos al predio.

“Este procedimiento va en contra de las reuniones en vías de encontrar una solución en el corto plazo”, criticó Zurita. Varios afiliados de ese gremio se movilizaron hasta las puertas de la fábrica para respaldar el reclamo. “Lo cierto es que (los funcionarios) no pueden argumentar por qué decidieron cerrar la planta. Lo hacen porque sí. Mientras tanto, nosotros nos vamos a quedar aquí hasta que sea necesario”, advirtió la gremialista.