Enzo Lampasona trabajaba como coordinador de viajes de egresados de la empresa Snow Travel. En 2015 fue acusado de violación por una estudiante sanjuanina, que tenía 17 años en ese momento y denunció haber sido abusada en el cuarto del hotel donde se hospedaba con el resto de sus compañeros. A pesar del testimonio de la víctima y de las lesiones vaginales constatadas en el hospital Zonal Bariloche, el tribunal de la Cámara Penal Primera rionegrina otorgó al acusado el “beneficio de la duda” y lo absolvió. Ayer la Fiscalía apeló la sentencia por considerar que el falló “tergiversó” las pruebas y dejó en una situación de “desprotección inédita” a la joven.  

“El fallo carece de perspectiva de género, mal interpretó toda la prueba y arribó a conclusiones infundadas. Además dejó en una desprotección inédita a la víctima de abuso. Es necesario revisar la sentencia”, le dijo a Página/12 el fiscal Martín Lozada que este viernes presentó la apelación.

El 29 de octubre de 2015, la joven de 17 años se fue descompuesta del boliche al que había ido a bailar esa noche con el resto de sus compañeros. Lampasona  la acompañó hasta la habitación 74 del Hotel Patagonia, donde se hospedaba, y, según el relato de la víctima, aprovechó la oportunidad para abusar sexualmente de ella. En estado de shock, la estudiante fue a pedir ayuda a la conserjería del hotel y al policía que custodiaba la entrada pero fue desoída.

“Somos muchos los compañeros que la apoyamos y queremos justicia. En ese momento no la pudimos ver porque la empresa se encargó de aislarla y de manipular la información. Teníamos todos 17 y 18 años y nos empezaron a decir que mentía y se la llevaron, la dejaron sola”, es el recuerdo de una de las amigas que acompaña ahora a la joven abusada. La joven, que prefiere mantener su nombre en reserva, contó que esa mañana cuando volvieron del boliche había un “ambiente raro” y que enseguida otra de las compañeras las reunió en un cuarto y les dio la noticia: el coordinador había violado a una de ellas.

No lo volvieron a ver. Además, a la joven que denunció el abuso, “se la llevaron, la aislaron para que no contara nada, la dejaron sola”, contó la amiga de la víctima a este diario. Más tarde se enteró de que entre dos coordinadores llevaron a la joven a un ginecólogo de confianza de ellos, y que el profesional de la salud, al sospechar que se trataba de un caso de abuso, insistió con llevar a la adolescente al hospital, con la excusa de que allí sería atendida por una médica mujer. En el Hospital Zonal Bariloche constataron las lesiones y aplicaron el protocolo por abuso sexual.

Para Lozada el proceso penal contra Lampazona “no está terminado” y ahora espera que Casación revise la sentencia. El fiscal insiste en que “las pruebas fueron mal interpretadas”, y enumera todos los elementos que demuestran el ataque sexual. Según él, los jueces Miguel Ángel Gaimaro Pozzi, Ricardo Calcagno y Emilio Riat “diluyeron el valor incriminatorio” de las lesiones constatadas en el Hospital, donde la joven fue atendida todavía en estado de shock. Las mismas lesiones fueron corroboradas más tarde por otro profesional, de apellido Saccomanno, que también confirmó una “sugestiva lesión vaginal”.  

Según el fiscal, el tribunal tampoco tuvo en cuenta el registro fílmico del hotel, que muestra el estado de desesperación y angustia de la joven luego de denunciar el ataque, y, en cambio, dudó de la veracidad del relato de la estudiante al señalar algunas contradicciones en la descripción del abuso. Pero para el fiscal Lozada esas contradicciones “resultan esperables” por el estado de “conmoción postraumático” de la víctima. 

También fueron desestimadas las declaraciones de las tres ginecólogas que activaron el protocolo de abuso sexual cuando la joven ingresó al hospital —las profesionales Rosana González, María Victoria Cédola y Mesoraca— y el testimonio de una trabajadora social del mismo centro de salud.

“El fallo carece de perspectiva de género”, subrayó el fiscal, que remarcó que los jueces tampoco tuvieron en cuenta la actitud del empleado del hotel y del policía que desestimaron la denuncia de la estudiante. “Esa ausencia de perspectiva de género se tradujo en una liviana apreciación de la prueba producida”, finalizó el fiscal. “Ella está muy mal porque no le creen ni una palabra pero sí le dan validez a lo que dice el coordinador. Es algo que pasa, en Bariloche está naturalizado y ella se animó a denunciar”, remarcó por último la amiga de la joven, también egresada del Colegio Central Universitario Mariano Moreno.