¿Cómo anda, lectora, cómo le va, lector? ¿Preparándose para este fin de semana largo con sabor a fin de mes más largo todavía, aunque sin olor ni textura ni ruido de fin de mauriciclo, mal que nos pese?

¿Va a aprovechar este finde de 4 días para cambiar de aire, y de ser posible respirar uno que sea menos meritocrático, más barato, con más oxígeno y menor proporción de maurígeno, vidalio o arangurio?

¿Quizás dedique usted estos tiempos a recuperar fuerzas perdidas? ¿O a mantenerse en su peso, o en sus pesos, o en la clase media? ¿O aprovechar para sacarse de encima esos subsidios que tanto le molestan desde que se enteró que no tiene derecho a quitarle al estado dinero que podría estar utilizando para pagarles a los fondos buitres?

¡Qué duras son las leyes de la moda, lectora, lector! Durante doce años “se usa” pagar poco, o lo razonable, o en todo caso, que las tarifas “no le tiren de sisa”. Talles cómodos, que no remarcan la pobreza., aunque estén un poco subsidiadas de ancho o de largo.

Y un día, empieza a correr el rumor de que eso es “kitsch”, o peor que eso, “kirch”, y nuestra gente aspiracional sale corriendo al modisto para que le diseñe un modelo exclusivo, o sea “no inclusivo”. “¡Durante doce años me hicieron creer que me quedaba bien, y ahora resulta que me hace gorda, y peor que eso, me hace barata!”, se quejaría una señora mientras se prueba una soirée amarilla pro, que no le quedaba nada bien, pero tampoco le quedaba “pobre”. Y eso es lo único que importa, cuando lo que corre es ser “fashion”, perdón “facho”, y lo que “no se estila”  pasa a ser “las vintage verdades peronistas”.

 Queda muy claro el diseño de moda : “los ricos al gobierno, los ricos al poder”

¿Y los pobres? Los pobres pasan a ser,  a los fines de este contrato social “ustedes”. En verdad no inventan nada. Hace más de dos mil años, un Marcos que no era Peña, ni Roca, ni Piedra (ése era Pedro, aunque ahora en el gobierno le dirían Piter),  anunció palabras que podría hoy enunciar el mismísimo Sumo Maurífice.

Si un día lo sorprende la lectura del Nuevo Testamento  ( ya la palabra Nuevo les encanta), nuestro Primer Mandatario podría decirle a su gabinete, en lo que no sería “La ¨Última Cena” pero sí, quizás, el vernisage de la semana: ” Siempre habrá pobres entre ustedes ¡Ojo, cuando digo “ustedes” no digo “ustedes” porque ustedes no son “ ustedes”, ustedes son “nosotros”,  cuando digo “ustedes” me estoy refiriendo a “ellos”  ¿entendieron?

-No- diría el gabinete a coro

-Perfecto, es lo que esperaba de ustedes- seguiría el Sumo Maurífice - “pueden ayudarlos, pero a mí no siempre me tendrán”, como dijo Marcos

-Yo no dije nada- dirá Marquiavelo Desempeña- ¿hay otros marcos?

-Sí, los que había en Alemania antes del Euro- aclararía el Ministro de Evasienda

-Lo que quise decir- dirá El Sumo Maurífice- es que no siempre voy a estar yo para mandarme alguna que distraiga a la gente mientras ustedes miran para otro lado  y los pobres siguen creciendo. ¡Hay que hacer algo… vos no, Patricia, que después bajamos en las encuestas por unos días!

No sabemos si esta reunión tuvo lugar, tiempo o dimensión. Lo cierto es el gobierno sabe que algo tienen que hacer con los pobres. Habrán pensado en vacunarlos, aplicarles “la “chocobariólica, la antigrupal, la populomiedítica,  la Triple Vidal y Anticoquelucheyvuelve” pero es caro

Lo que sabemos, es que al menos circuló la idea de contratar trabajadores sociales, para ocuparse del tema.

El principio, la idea no estaría siendo (con perdón de la brutalidad gramatical de moda), ni buena ni mala. Pero, parece, pareciera, pareciese, hubiere parecido, que para conseguir ese cargo, el profesional debía mostrar su diploma (hasta ahí nada raro) ¡qué no fuera de la UBA!

No sabemos si es cierto ese rumor, lectora, pero que circuló circuló. Y es lógico.

Porque  los que vengan de  una universidad privada, seguramente (más allá de excepciones) no serán pobres, habrá podido costearse la carrera. Y es muy claro que si uno quiere terminar con los pobres, lo peor que puede hacer es contratar pobres ¡las especies, libradas a su propia voluntad tienen a reproducirse, no a extinguirse!

Si además el exigen que el diploma sea de una Universidad extranjera, prestigiosa, con nombre en inglés, alemán, francés, o aunque sea “polaco pero que no se note”, ¡sería mariu-villoso!

Porque entonces nuestros pobres serían objeto de estudio

de los científicos europeos o yanquis, y ese sería uno los pasos, diría nuestro mejor equipo contrario de los últimos 50 años en pleno, para empezar a acceder al primer mundo. ¡Que nuestros pobres se instalen allí!, al menos  serían primermundistas virtuales, a partir der sus datos, que es la forma de vida fashion que se impone “¡Uno no es uno, es su perfil” diría un Unamuno del siglo XXI.

Seguramente, los científicos sociales “high” “Top” O ”mainstream”,  nos darían un abanico de pro-sibilidades  para saber qué hacer con los pobres, que sea “filoso-ficamente sustentable: “Dejarlos ser ( si les gusta ser pobres, que se la banquen)”, “dejarlos ir (por ejemplo, al reino de los cielos, que es de ellos, en vez de ocupar “el reino de los Ceos ) ” o simplemente “dejarlos (marginación trascendental)”. Cabe, como  medida de urgencia pintarlos de amarillo para que hagan juego con la vereda.

“¡No pudiste solucionar los trapitos, vas a solucionar la pobreza!”, le espetaría En que te has convertido  Daniel, en un balotaje inimaginable

En todo caso, Dios, o el Sumo Maurífice, pro-verán

Nos vemos. Nos escuchamos, lectora, lector.

@humoristarudy