El prefecto de la Secretaría de Economía del Vaticano, el cardenal australiano George Pell, será juzgado en su país acusado de abusos sexuales en la década del 70. La Justicia australiana encontró “suficientes evidencias” para elevar a juicio las acusaciones contra Pell, de 76 años, imputado por supuestos abusos contra al menos dos personas cuando el ex arzobispo de Melbourne era sacerdote en la ciudad de Ballart. Los denunciantes son dos hombres que en 2005 revelaron haber sido abusados cuando eran niños por parte del religioso, miembro del consejo de nueve cardenales que asesora al papa Francisco en la reforma de la Curia romana.

Ayer, Pell se declaró “no culpable” ante la Justicia de su país, en tanto que horas después de conocerse la noticia de su envío a juicio, la Santa Sede expresó en un comunicado que “toma nota de la decisión” de la magistrada Belinda Wallington. Asimismo, el Vaticano indicó que “se mantiene todavía válida” la decisión que Francisco había adoptado el año pasado, de otorgarle a Pell un “período de excedencia” para defenderse en los tribunales de su país.

Pell fue designado por el papa Francisco en 2014 al frente del organismo encargado de “sanear” las cuentas de la Santa Sede y desde mediados del año pasado se encuentra en Australia, donde fue enviado por el pontífice argentino para que haga frente a las acusaciones en su contra. “El Santo Padre, informado de ello a través del propio Cardenal Pell, le ha concedido un período de excedencia para poder defenderse”, planteó el Vaticano el año pasado.

Según una Comisión especial australiana, la Iglesia católica de ese país recibió denuncias de unas 4500 personas por presuntos abusos a menores cometidos por unos 1880 miembros de la institución, sobre todo sacerdotes, entre 1980 y 2015, aunque algunos casos se remontan a la década de 1920.

Ex arzobispo de Sydney y Merlbourne, Pell fue ordenado sacerdote en Roma en 1966 antes de regresar a Australia, en 1971, época en la que lo acusan de haber cometido “delitos sexuales”.

Cuando se iniciaron las investigaciones, las autoridades australianas pidieron una audiencia por estas acusaciones, pero él se negó a viajar a Australia, por lo que fue entrevistado en Roma por la policía de Victoria, donde negó las acusaciones pero admitió que se encubrieron casos de pederastia en el seno de la Iglesia Católica australiana y admitió que debería haber hecho más ante ellos. 

Pell, el funcionario vaticano de cargo más alto investigado por casos de corrupción de menores, ya había sido acusado de abusos sexuales cuando era arzobispo de Sydney, en 2002, aunque después fue exculpado. Así, Pell se convirtió en el segundo miembro del denominado “C9” en estar bajo la lupa por casos relacionados con pedofilia, luego de que víctimas de abusos sexuales en Chile pidieran en las últimas horas la renuncia del purpurado Francisco Errázuriz por haber encubierto ataques del párroco Fernando Karadima.

La noticia del envío a juicio de Pell se da justamente en medio de la visita al Vaticano de tres víctimas de los ataques sexuales de Karadima, donde se reunieron el fin de semana con el papa Francisco.

Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo fueron alojados por Jorge Bergoglio en su residencia de Santa Marta y tuvieron reuniones individuales con el Papa de más de dos horas cada uno, antes de una reunión conjunta en la tarde de ayer.