En octubre de 2012 el conductor de radio Baby Etchecopar quedó sobreseído por “legítima defensa privilegiada”. En un tiroteo había matado a uno de los ladrones que ingresó a robar a su casa de San Isidro. Desde el inicio, Etchecopar fue considerado una víctima. Nunca fue indagado en la causa y declaró como “testigo”. “Baby” contó públicamente que él se defendió y tomó un arma cuando quienes habían ingresado a su casa lo reconocieron, le gatillaron sin que saliera la bala y empezaron a disparar contra su hijo. Nadie dudó de su palabra. Los peritajes balísticos determinaron que en la casa se efectuaron al menos 37 disparos, de los cuales 25 fueron realizados por los ladrones y 12 por los Etchecopar. El conductor estuvo internado algunos días en el Hospital Central de San Isidro, donde le tuvieron que reconstruir un hueso de su pierna derecha que había sido fracturado por uno de los balazos, mientras que su hijo Federico tuvo una recuperación más larga porque recibió cuatro tiros, uno de los cuales le afectó un pulmón.
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