Un ataque explosivo contra un colectivo repleto de soldados del Ejército sirio mató al menos a ocho militares en el sur del país, en tanto que once civiles, entre ellos cinco niños, murieron en un bombardeo de aviones militares contra un campo de refugiados palestinos controlado por el Estado Islámico (EI), informó ayer el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Según la ONG, que aseguró que el estallido podría haber sido causado por un artefacto explosivo, el ataque tuvo lugar en la carretera que une las poblaciones de Al Sura y Baraq, en las afueras de la ciudad de Sueida, capital de la misma provincia y situada en el sur de Siria. Entre los fallecidos se encuentran dos oficiales. Algunos cadáveres estaban carbonizados.

El gobierno de Bashar Al Assad controla más del 60% del territorio del país, frente a las milicias rebeldes y las facciones islámicas que mantienen en su poder solo el seis por ciento de la superficie siria, en su mayoría repartido en la provincia de Idleb y partes de Alepo, en el norte, y parte de Deraa, fronteriza con Sueida. Las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), alianza liderada por kurdos y apoyada por Estados Unidos en la lucha contra los yihadistas, controlan el 26,7 por ciento del país y el grupo islamista EI, que también tiene presencia en Deraa, controla un tres por ciento.

En tanto, al sur de Damasco, en el campo de refugiados palestimos de Al Yarmuk, controlados por el EI, al menos once civiles, entre ellos cinco menores, murieron durante un bombardeo de aviones militares controlado por el Estado islámico (EI). Con esta cifra aumenta a 47 personas, entre ellos trece menores y seis mujeres, el número de civiles que murieron desde el inicio de la ofensiva gubernamental en la zona. El pasado 29 de abril las autoridades sirias alcanzaron un acuerdo para evacuar a yihadistas de EI del campo de refugiados Al Yarmuk, pero este pacto no ha sido cumplido por las partes.

La ONG estima que el EI todavía controla una pequeña porción del territorio  sirio, sobre todo en zonas desérticas en la frontera iraquí. A estas zonas se suman pequeños enclaves en el campo de Al Yarmuk y en las provincias meridionales de Deraa y Al Quneitra, donde opera el Ejército de Jaled bin Walid, afiliado al EI.